El hijo de Llarión

2. Limnátides

—¿Cómo te llamas?— Le pregunté a la ninfa.

—Limnátides, ninfa de los lagos, majestad— Hizo una reverencia.

—¿Majestad?—

—Si, usted es Orión hijo primogénito de Llarión de Floder, sucesor al trono del dios Llarión—

— ¿En dónde queda Floder?—

—¿No recuerda nada?— Dijo Limnátides con una mueca de preocupación.

—No...—

—Floder está en el planeta mayor, Itzmaltnzin—

—¿En dónde estoy ahora?— Todo parecía tener sentido, pero no dejaba de ser confuso.

—En el planeta tierra, en la Vía Láctea— Otro planeta, lejos.

—¿Cuánto tiempo llevo aquí?—

—En la tierra menos de un día, mientras viajabas aquí deben ser unos... de cuarenta y tres a cincuenta chronotempus y vivo llevas doscientos treinta y siete kuentrios— Llevaba mucho tiempo vivo y a lo mucho sabía con certeza mi nombre...

Estaba oscureciendo y veía las gotas de agua de las hojas de los árboles viniendo a mis manos, con la mirada fija en el tronco mientras algo azul se reflejaba en el, de pronto, escuché el sonido de algo como de un árbol siendo golpeado, unas voces y sentí algo tocando mi hombro. Cuando me giré vi a la misma mujer de la mañana, la cual se sobresaltó al verme.

—Sus ojos brillan— Mire mis manos y estas tenian el reflejo azul, que momentos antes estaba en el árbol, cerré un ojo y el reflejo disminuyo. La señora me llevo al interior de esa estructura y vi a dos hombres y otra mujer. Entonces la mujer habló.

—Este es el joven que encontré— Dirigieron su atención a la mujer y me miraron extrañados.

—¿Cómo te llamas muchacho?— Dijo el hombre, mire a la ninfa y esta asintió.

—Orión—

—Orión ¿Qué?—

—Orión de Floder— Al decir eso todos dejaron lo que hacían y me miraron confusos.

—Muchacho, no tenemos tiempo para perder, ¿Cómo te llamas?—

—Orión de Floder— Repetí, vi que el hombre se acercaba hacia mi con paso firme y seguro, la segunda mujer lo detuvo y dijo.

—Padre, se nota que no es de aquí, es posible que se llame así— El hombres se frotó las sienes y continuó con otra pregunta.

—¿Qué viniste a hacer aquí?—

La ninfa me susurro "trabajar".

—¿Trabajar?— El hombre iba a decir algo, pero la mujer se adelantó.

—Mejor vamos a la mesa y luego seguimos, ¿si?— Todos asintieron y fueron a otro lugar acompañados de la mujer, debo irme, al voltear y dar unos pasos la voz de la mujer me detuvo.

—Tu también muchacho, no has comido nada, debes estar hambriento— Me llevó a donde una tabla horizontal, apoyada en bases de madera con una tela encima y objetos humeantes, al rededor de esta tablas con bases, pero mas pequeñas en donde estaban los demás.

—Sigue a la mesa, estas en tu casa— ¿Mesa? Debe ser en donde están los objetos humeantes, ¿Casa? Claro, la "cabaña". Antes todos se tomaron las manos y pronunciaron unas palabras para seguido decir "Amen". Espere que todos empezaran, para imitar sus acciones.

La ninfa se quedo en la base de un objeto brillante que sostenía algo largo, fino de color blanco con fuego encima. Todo estaba en silencio hasta que la mujer tomo la palabra.

—Soy Agnés, el es mi esposo Edmond— ¿Esposo? deben ser unidos; señaló al hombre que anteriormente me cuestionó.

—Ella es mi hija Agathe y su prometido Christophe— ¿Prometido? ¿Qué se prometieron? me limite a asentir y eso creo tensión.

Al acabar Edmond quedó en que hablaríamos mañana, todos fueron hacia otro lado de estructura y Agnés me dio una tela suave y un rectángulo blando, para quedarme en un "sofá".



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En el texto hay: cuatro elementos, agua, orion

Editado: 03.10.2024

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