El hijo de Llarión

6. Carta para el señor

—Señor, ya le dije que tengo poder sobre el agua— Esto era tan irritante, sentía como mi paciencia iba agotándose, para ese momento Agathe y Cristophe salieron.

—Pero no hubo alguna clase de pacto— Afirmó mientras seguía mirándome fijamente, como si quisiera encontrar algún indicio de deshonestidad en mis expresiones.

—No— Me soltó y miró a la señora Agnés.

—Ayúdalo, por favor, se ve que es un joven de bien— Dijo la señora Agnés, el señor Damien sacó un colgante de plata y me lo puso en la frente.

—Vuelve a sentarte muchacho, voy en un momento—

—Eso estuvo cerca—Dijo Limnátides.

—¿Por qué me puso plata en la frente?—

—Para verificar que no hizo un supuesto pacto, se supone que si mentía, la plata debía quemarlo, o algo así—

—¿Cómo que un pacto?— Le pregunté.

—Majestad, dicen que las personas que tienen habilidades que salen de la compresión de los demás o son inusuales, hicieron un trato con una deidad que se dice maligna, aunque nunca la he visto y me quedan dudas sobre eso y...— La interrumpió el señor Damien.

—Bien muchacho, toma la pluma, intenta hacer lo mismo que yo— Comenzó a escribir, seguí su instrucción y un recuerdo me invadió.

"Mira hijo mío, tallado de la mejor madera del dominio de la tierra"

La voz de Llarión, el objeto era algo parecido a la pluma, pero de este no salía tinta, si no, agua y no de la cristalina, tenía un tono azul, por los pétalos de los muscaris, y solo escribía en hojas sacadas de todo Itzmaltzin.

—¿Entendiste muchacho?— Comencé a escribir, no estaba tan mal.

—¿Así?— Pregunté.

—Aprendes rápido, entonces podemos seguir—

—¿Qué edad tienes?—

—Veinte y dos— Me dijo Limnátides

—Veinte y dos—

—Y ¿Para qué eres bueno? ¿Qué sabes hacer?— No respondí.

—Vamos a tener mucho trabajo, bueno escribe lo que yo diga—Asentí.

03 - Sept -XXXX

Laón - Francia

Estimado conde D'Arpagon:

Me llamo Orión de Floder, sobrino de Damien Armistead, empleado suyo. Escribo para pedirle un puesto de trabajo en su humilde morada, soy un joven recién llegado a Laón, tengo veinte y dos años, poseo conocimiento en lectura, escritura, servidumbre y trato a personas distinguidas.

De mis características físicas le puedo decir que mido 194 cm, tengo ojos de un tono azul índigo, además poseo un cuerpo atlético y se puede decir que soy de agradable presencia.

Espero que pueda serle de gran ayuda.

Con sinceridad

Orión F.

—¿Por qué "conde"?— Pregunté al terminar de escribir, era una carta demasiado superficial.

—No lo se muchacho, debe ser de su gusto, además es de la élite— Desde mi perspectiva el "famoso" conde D'Arpagon le gustaba recibir todo tipo de halagos.

—¿No cree que es mucha información?—

—Un poco si, pero así le gusta a D'Arpagon, espero que al menos eso te ayude— Damien le dijo a Agnés que cuando la tinta seque meta la carta en un sobre.

—Ahora debemos hacer algo con tu ropa—

—¿Qué tiene mi ropa?—

—Como verás, muchacho, hay diferencias — Señaló su ropa y la mía.

—Mañana mismo vamos a ver que conseguimos hasta que tengas una repuesta del conde—

Luego Agnés sirvió la comida, cuando todos terminaron ayudé a Agnés en la limpieza, Damien y Christophe trataron de persuadirme, pero me negué.

—Espero que te vaya bien muchacho—

—¿Por qué le temen tanto?—

—¿A quién?—

—Al conde—

—Él es un hombre, como decirlo, incorrecto — Claro que no sabía que era un sádico que sacrificaba personas a su gusto

Cuando terminamos me asignó una habitación y debía prepararme para lo que venía y en poder cumplir con las misiones y objetos.



#5780 en Fantasía
#2315 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: cuatro elementos, agua, orion

Editado: 03.10.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.