Esa noche, el pequeño apartamento de Carla olía a ramyeon y a victoria agridulce. Min-jun y Soo-min, sus dos mejores amigos y su familia auto-elegida desde los días en la "Casa del Sol", la escuchaban atentamente mientras ella relataba los acontecimientos del día, gesticulando con sus palillos.
—¡Fue una pesadilla! —dijo Carla, sorbiendo los fideos—. La entrevista era para un solo puesto de asistente de proyecto, pero la harían en dos fases. Y la primera fase es un proyecto en equipo. ¿Y adivináis quién es mi compañero? ¡El chico del café!
Soo-min, siempre práctica, arqueó una ceja. —¿Es competente?
—Más que competente, es brillante —admitió Carla con un suspiro—. Sus ideas eran increíbles. Pero es... intenso. Es como mirarse en un espejo. Tiene la misma hambre que yo, la misma necesidad de probar que vale algo.
—Eso puede ser bueno o malo —reflexionó Min-jun, empujando un trozo de kimchi hacia su plato—. Puede que os hundáis juntos o que seáis un equipo imparable. ¿Es guapo?
Carla casi se atraganta. —¡Min-jun! ¡Es mi rival!
—Un rival guapo. Anotado —dijo él con una sonrisa pícara.
Mientras tanto, a varios kilómetros de distancia, en un gosiwon (un diminuto cuarto de alquiler para estudiantes), Justin hablaba por videollamada con su amigo de la infancia, Leo, que se había mudado a Busan.
—Leo, no sé qué hacer. Es brillante. Carla... es rápida, inteligente y tiene una pasión que asusta.
—¿Y dices que te tiró el café encima? —preguntó Leo, riendo al otro lado de la pantalla.
—Sí, pero esa no es la cuestión. La cuestión es que tengo que trabajar con ella durante dos semanas en este proyecto. Al final, solo uno de los dos conseguirá el trabajo. ¿Cómo se supone que voy a competir contra alguien que entiende perfectamente por lo que he pasado?
—Tal vez no tienes que competir contra ella —sugirió Leo con calma—. Tal vez, por primera vez, tienes que colaborar con alguien que está en tu misma trinchera. Piénsalo, Justin. ¿Cuándo fue la última vez que dejaste que alguien viera quién eres de verdad?
La pregunta quedó flotando en el aire, mucho después de que la llamada terminara. Justin miró por la ventana las luces de neón de Seúl. Por primera vez en mucho tiempo, no se sentía completamente solo en esa enorme ciudad. Y eso, más que la competencia por el trabajo, era lo que realmente le aterrorizaba.
Esa noche, el pequeño apartamento de Carla olía a ramyeon y a victoria agridulce. Min-jun y Soo-min, sus dos mejores amigos y su familia auto-elegida desde los días en la "Casa del Sol", la escuchaban atentamente mientras ella relataba los acontecimientos del día, gesticulando con sus palillos.
—¡Fue una pesadilla! —dijo Carla, sorbiendo los fideos—. La entrevista era para un solo puesto de asistente de proyecto, pero la harían en dos fases. Y la primera fase es un proyecto en equipo. ¿Y adivináis quién es mi compañero? ¡El chico del café!
Soo-min, siempre práctica, arqueó una ceja. —¿Es competente?
—Más que competente, es brillante —admitió Carla con un suspiro—. Sus ideas eran increíbles. Pero es... intenso. Es como mirarse en un espejo. Tiene la misma hambre que yo, la misma necesidad de probar que vale algo.
—Eso puede ser bueno o malo —reflexionó Min-jun, empujando un trozo de kimchi hacia su plato—. Puede que os hundáis juntos o que seáis un equipo imparable. ¿Es guapo?
Carla casi se atraganta. —¡Min-jun! ¡Es mi rival!
—Un rival guapo. Anotado —dijo él con una sonrisa pícara.
Mientras tanto, a varios kilómetros de distancia, en un gosiwon (un diminuto cuarto de alquiler para estudiantes), Justin hablaba por videollamada con su amigo de la infancia, Leo, que se había mudado a Busan.
—Leo, no sé qué hacer. Es brillante. Carla... es rápida, inteligente y tiene una pasión que asusta.
—¿Y dices que te tiró el café encima? —preguntó Leo, riendo al otro lado de la pantalla.
—Sí, pero esa no es la cuestión. La cuestión es que tengo que trabajar con ella durante dos semanas en este proyecto. Al final, solo uno de los dos conseguirá el trabajo. ¿Cómo se supone que voy a competir contra alguien que entiende perfectamente por lo que he pasado?
—Tal vez no tienes que competir contra ella —sugirió Leo con calma—. Tal vez, por primera vez, tienes que colaborar con alguien que está en tu misma trinchera. Piénsalo, Justin. ¿Cuándo fue la última vez que dejaste que alguien viera quién eres de verdad?
La pregunta quedó flotando en el aire, mucho después de que la llamada terminara. Justin miró por la ventana las luces de neón de Seúl. Por primera vez en mucho tiempo, no se sentía completamente solo en esa enorme ciudad. Y eso, más que la competencia por el trabajo, era lo que realmente le aterrorizaba.v
Esa noche, el pequeño apartamento de Carla olía a ramyeon y a victoria agridulce. Min-jun y Soo-min, sus dos mejores amigos y su familia auto-elegida desde los días en la "Casa del Sol", la escuchaban atentamente mientras ella relataba los acontecimientos del día, gesticulando con sus palillos.
—¡Fue una pesadilla! —dijo Carla, sorbiendo los fideos—. La entrevista era para un solo puesto de asistente de proyecto, pero la harían en dos fases. Y la primera fase es un proyecto en equipo. ¿Y adivináis quién es mi compañero? ¡El chico del café!
Soo-min, siempre práctica, arqueó una ceja. —¿Es competente?
—Más que competente, es brillante —admitió Carla con un suspiro—. Sus ideas eran increíbles. Pero es... intenso. Es como mirarse en un espejo. Tiene la misma hambre que yo, la misma necesidad de probar que vale algo.
—Eso puede ser bueno o malo —reflexionó Min-jun, empujando un trozo de kimchi hacia su plato—. Puede que os hundáis juntos o que seáis un equipo imparable. ¿Es guapo?
Carla casi se atraganta. —¡Min-jun! ¡Es mi rival!
—Un rival guapo. Anotado —dijo él con una sonrisa pícara.