A mis personas favoritas: Iris, Bruno, Mara.
No sé si esta carta la leeremos juntos algún día, si quedará guardada entre mis cuadernos o si volará en alguna charla de madrugada, pero necesitaba escribirles, para agradecer, para cerrar, para recordar.
Iris.
a vos que fuiste mi escudo incluso cuando todo te dolía.
Que no dejaste de buscar la salida, aunque la puerta estuviera invisible.
Fuiste hogar, incluso cuando te sentías perdida.
Fuiste amor, cuando lo único que recibías era confusión.
Bruno
Vos que elegiste quedarte, incluso cuando sangrabas por dentro.
Tu dolor no fue menos real que el nuestro, pero hiciste espacio para cuidar, para contener, para enseñarnos que la ternura también salva.
Gracias por no irte, gracias por volver de donde casi no se vuelve.
Y Mara.
Vos que fuiste el silencio durante tantos años, y aun así tu voz emergió.
Fuiste niña rota y ahora sos mujer reconstruida.
Tu valentía no gritó, pero se sintió como un terremoto en nuestras vidas.
Gracias.
Por no dejarme caer.
Por reconstruirme cuando no sabía ni por dónde empezar.
Por acompañarme a mis infiernos y también a mis renacimientos.
Hoy somos otras.
Distintas.
Más sabias, más serenas.
Y aunque el miedo alguna vez nos arrancó la voz… la recuperamos.
Este no es el final de nuestra historia.
Solo el cierre de un capítulo que supo doler, pero también nos enseñó a vivir con más verdad.
Si alguna vez nos volvemos a perder en la oscuridad, quiero que recuerden esto:
Sobrevivimos, nos elegimos, nos salvamos.
Y florecimos.
Con todo lo que soy, Asia.
#945 en Joven Adulto
#1196 en Thriller
#455 en Suspenso
novela comtepornea, amor dolor y celos posesivos, suspense psicolgico
Editado: 28.05.2025