El Inicio del Reino Lycan (reescribiendo)

Capítulo 46

 

Despertando de un sueño de libertad

 

 

 

—Pretender hacer una alianza con los Vampiros, y creer que tendrían éxito, suena como la idea menos inteligente que escuché en mi vida —El aporte de una Irena cómodamente situada en uno de los sillones de la sala, fue la atención necesaria para generar diversas reacciones.

 

Por suerte la única respuesta adelantada, fue del más sereno de los involucrados en la misión que se explicó hace unos minutos.

—Suena como una idea terrible y con resultados verdaderamente negativos pero, debíamos intentarlo, Señorita Aragón —El modal natural que tenía y el tono de voz tan pacífico como su sereno rostro llevó a la misma General a no tomar represalias, continúo sentada con las piernas cruzadas y la postura perfecta, mostrando un porte altivo natural. Su aspecto ni siquiera era arruinado por las prendas desgastadas que traía desde su aparición en estos terrenos nevados.

 

Admitía ser bastante inusual verla con una vestimenta pobre por así señalarlo. Desde conocerlos, ellos siempre mantenían sobre si mismos, ropa de calidad. Sobre todo Irena, siendo la principal General de Demetri y Seth como el Comandante vestían de acuerdo al título de: Joyas de la Corona; aspectos siempre impecables.

 

Tan acostumbrados a su muestra de riqueza sutil era extraño verlos así ahora.

 

—Tampoco es que sea importante tu opinión —Aquí vamos. —No entiendo porque le debemos explicaciones a estos asesinos, traidores. Ni siquiera sé porque no los hemos interrogado y apresados para llevarlos a ser juzgados por sus crímenes, y tampoco sabemos cómo llegaron hasta aquí. ¿Cómo sabían nuestra localización exacta?

 

Sin estar de acuerdo con la precipitada actitud de Regina, tuve que admitir que estaba de acuerdo en preguntar la última parte, y por la mirada pensativa de Malcom, sabía que él también se cuestionaba aquello.

 

 

 

—Marck —La voz profunda de alguien que se mantuvo al margen desde el inicio, participó desde la pared a un lado de la única ventana donde estaba recargado.

 

La interrogante no desapareció ante la revelación de tal nombre. Malcom pretendió buscar más información pero Irena sacando unos papeles arrugados poniéndolos sobre la pequeña mesa del centro lo aclaró, pareciendo ser esa una de las únicas respuestas que daría. —Hechizo de localización.

 

Apartándome de la esquina me acerqué a uno de los varios papeles que entre los hermanos revisaban aún sin entender. Contrario a mí, reconocí estos trazos formando un dibujo desconocido que según Leila aquella vez, mencionó ser algún carácter de una palabra en Latín muerto.

—Marck creó este talismán para localizar una persona —expliqué, observando las líneas trazadas sobre el papel marfil—. Esto te llevará al sitio exacto, pero el camino que marque puede o no ser amigable —Cité las mismas palabras que Marck me dijo aquella vez que me entregó lo mismo y supe que a Seth se lo repitió con esto al verlo observarme desde el otro lado y desviar la mirada de nuevo a la ventana.

 

Lo que sucedía ahora entre ambos, después de aclarar los problemas era un ligero distanciamiento que ambos decidimos en silencio… más bien él lo pidió y yo acepté dárselo. Después de todo seguía molesto y herido por lo que hice y yo debía afrontar las consecuencias.

 

 

—Es bastante asombroso —Ya sea o no que haya notado lo que ocurría muy aparte, alabó sinceramente las capacidades de Marck. —Escuché bastante sobre el híbrido entre las filas de Demetri. Su fama al parecer le hacen honor a sus capacidades —Compartía su pensamiento y compartí la ligera sonrisa que me dio, enorgulleciéndome de que alabaran a alguien como Marck.

Él merecía infinitos honores. Él merecía la libertad después de que todo esto termine.

Merecía una vida lejos de su ensombrecido despacho. Merecía una vida libre de cargas. Libre de Demetri.

 

—Los Talismanes de Marck —Leila apareció trayendo consigo una bandeja metálica con varios vasos de metal con contenido desconocido. —Entonces fue así como nos encontraron —dejó lo que traía a un lado, tomando uno de los papeles—. Si usaron esto ya no me sorprende que llegarán hasta aquí, aunque no entiendo cómo hicieron que funcione si esto solo es para localizar a alguien …

—Por qué haces preguntas sin sentido, si ya lo usaron antes —Regina la interrumpió, moviéndose a un lado.

Leila usualmente lista para las peleas abrió la boca para una contundente respuesta… la misma que no se llevo acabo gracias a otros pasos sobre la madera viniendo desde la cocina.

 

—Hey, Hey, miren lo que nuestro amigo Vampiro tenía a punto de desperdiciarse en su cocina —anunció animado trayendo otra bandeja, está vez con platillos de comida colorida—: un absoluto banquete —colocó el metal plano sobre la mesa del centro, siendo imitado por el Vampiro al que apodo amigo Vampiro.

—No es un banquete como tal ya que no contaba con muchas variedades de alimentos, pero aquí mi amigo Lobo es muy hábil en crear maravillas con tan poco.

Alabó sinceramente el mismo Vampiro que al inicio había intentando intimidar a Kaled con las habilidades de su especie. Él mismo que después fue convencido por los ojos esmeraldas de enseñarle la Fortaleza Vampírica. Él mismo que descubrimos que era joven para su especie, por eso se llevaba con Kaled y que por ello después del desastre en el intermedio de la Fortaleza, se acercó a nosotros y nos ofreció su cabaña oculta lejos del pueblo y lejos de la ira que estallaría de su Reina si no nos íbamos cómo nos pidió y/o ordeno.

 

Fue muy inusual que nos llevará hasta su hogar, y nos permitiera ventilar nuestros asuntos. Fue aún más inusual saber que no solo se alimentaban de Sangre y tenía alimentos en su cocina que no hacia mucho uso, al igual que esta cabaña que la tenía prácticamente abandonada por el polvo sobre algunos muebles.




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