El intercambio

Capítulo 12

Han pasado dos semanas y hoy estamos terminando la mudanza hacía el nuevo apartamento. Lukas y yo ya hemos organizado nuestra habitación, fue lo primero qué arreglamos.

En estas dos semanas hemos estado más unidos, incluso Lukas hizo videollamada con mis papás para conocerlos antes de ir a Long Beach.

—Chris, quiero que conozcas a mi madre —yo comienzo a toser —Oye, no es para tanto.

—¿Y si no le agrado? —me empiezo a preocupar.

—Tú le agradas a todo el mundo —pone sus manos alrededor de mi cintura —Además, nos invitó a comer a un restaurante.

—No tengo que ponerme —hago pucheros —¿Y si me acompañas a buscar ropa?

—Chris, tienes el armario lleno de ropa —lo abre y me enseña la cantidad de ropa que tengo.

—Bien. Voy a buscar que ponerme para esta noche.

—Chris, falta mucho para la noche.

—Y te recuerdo que soy mujer y necesito irme demasiado lindo y más si voy a conocer a tu mamá.

—Puedes irte desnuda y aun así verte muy linda.

—Gracioso, Lukas —sonrió —¿Tú que te vas a poner?

—Algo básico.

Veo que se pone algo nervioso y entrecierro mis ojos.

—Oye, Chris —saca un peluche de su armario —No soy bueno haciendo estas cosas, pero la verdad es que no puedo esperar más tiempo. ¿Quieres ser mi novia?

—Lukas, es hermoso —corro a darle un abrazo —Si quiero ser tu novia.

—Tenía miedo de que dijeras que no —suspira.

—¿Y por qué te diría que no?

—Porque no fue nada romántico. Prometo hacer algo muy especial. Te volveré a pedir ser mi novia de una manera que recuerdes para siempre.

—Esto es perfecto —tomo su mano —Cada momento contigo es perfecto, Lu.

Él comienza a sonreír y me levanta del suelo para llenarme de besos.

—Tú me haces muy feliz, ¿sabes eso?

—Y tú me haces feliz a mí, así que estamos empatados.

Me alegro tanto de que Lukas allá llegado a mi vida.
Desde que estoy con él me siento mucho más alegre y muchas de las inseguridades que tenía se han ido.

La tarde pasa más rápido de lo normal y mis nervios aumentan cuando salgo de la ducha y no sé qué ponerme para conocer a la madre de Lukas. Necesito dar la mejor impresión.

—¡Lukas! —grito como una demente.

—Chris, ¿qué pasa? —entra a la habitación con cara de preocupación.

—¿A dónde vamos a ir? —él se ríe —Lukas, necesito verme bien esta noche y dar la mejor impresión.

—Vamos a ir a un restaurante de pasta —yo sonrío ampliamente —¿Te gusta la pasta?

—La amo —soy sincera —¿Qué me pongo?

—Cualquier cosa —se sienta —Ser mujer debe de ser muy complicado.

—Bastante —digo en un susurro —¿Te gusta el jean, la blusa fucsia y la cartera fucsia? ¿O te parece demasiado exagerado? ¿Cómo se viste tu mamá?

Comienzo a llenarlo de preguntas y él comienza a reírse en la cama. Estoy haciendo el ridículo por lo nerviosa que estoy y nunca me he sentido así.

—Ponte eso —me anima —Te vas a ver perfecta.

Me comienzo a vestir y la verdad es que mi elección es perfecta. Lo único que me falta es el cabello y decido recogerlo en una cola alta.

—Lu, ¿tus hermanos van a ir?

—No —hace una mueca —No quiero que arruinen nuestra cita.

—Está bien —me pongo perfume —Ya estoy lista y tú no te has vestido.

—Porque soy mucho más rápido.

Me tomo unas cuantas fotos mientras Lukas se está arreglando y subo una historia a mi Instagram. Me quedo revisando mi celular y minutos después veo que Lukas sale del baño. Lleva una camisa roja y un jean de color negro.

—¡Omg! Estás hermoso —siento que se me va a caer la baba en cualquier momento.

—Ambos estamos muy lindos —me da un corto beso en los labios —¿Vamos?

—Sí.

Salimos del apartamento y nos montamos en el auto para que Lukas comience a manejar al restaurante donde nos vamos a ver con su madre.

No puedo evitar sentirme nerviosa porque Lukas en verdad me gusta mucho y lo que menos quiero es arruinar las cosas solo por dejarme ganar de los nervios que me están jugando un mal rato.

Lukas pone su mano sobre la mía y le da pequeñas caricias, parece que está notando lo nerviosa que estoy.

—Amor, tranquila —me dice —Ella te va a amar.

—Eso espero.

Me quedo pensando en confesarle todo lo que siento por él, pero no quiero asustarlo, aunque sé que es buen momento para decirle lo que siento.

—No quiero arruinar las cosas porque en verdad me gustas, Lukas.

Él detiene el auto y se queda un momento procesando lo que le acabo de decir. Tengo miedo de que él no sienta lo mismo que yo, tal vez está saliendo conmigo y me pidió ser su novia por...

—Tú me gustas desde el primer día —me logro calmar al escuchar esto —Yo nunca me he enamorado, hasta que te conocí y aquí estoy.

Me inclino a darle un beso y él pone el auto en marcha para llegar rápido al restaurante.

Después de unos minutos se detiene en un hermoso restaurante de dos pisos. El restaurante es de color blanco y tiene unos toques de color rosa, es bastante lindo. Nos acercamos al mesero y Lukas le da su nombre y él nos lleva hasta una mesa que está cerca de la ventana.

—Qué alegría conocerte —se levanta una mujer de cabello rubio —Me llamo Kimberly.

—Chris —digo sonriendo.

—Lo sé, cariño —sonríe —Lukas no ha parado de hablar de ti desde el día uno.

—Mamá —Lukas abre los ojos.

—Lo siento, me dijiste que no te avergonzara delante de tu novia y es lo primero que hago.

—Y lo sigues haciendo —habla entre dientes.

—Siéntense.

El mesero nos entrega la carta y la madre de Lukas ordena una lasaña para todos nosotros. Lo único que no entiendo es porque mando a traer cuatro bebidas, solo somos tres.

—Hijo, espero que no te molestes, pero es que...

Lukas la interrumpe —Papá está aquí —dice con voz de molesto.




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