El intercambio

Capítulo 18

La alarma comienza a sonar y abro mis ojos con pesadez. Miro que el lado de la cama de mi novio está vacío y me ha dejado una nota diciendo que salió a comprar unas cosas para el viaje.

Me levanto de la cama y me llevo un gran susto cuando veo a Neil dormido en el sofá de la sala. Pocas veces suele venir sin avisar.

—Neil —lo muevo un poco —¿Quieres algo de desayunar?

—Buenos días, cuñada —sonríe —Nunca nadie había sido tan amable conmigo.

—No te acostumbres —bromeo un poco —¿Y como vas con tu novia?

—No es mi novia —se defiende —Chris, ¿cómo haces para saber si tu novio te pone el cuerno?

—¡Que! —abro mis ojos.

—¡No! Ósea, mi hermano no te es infiel. La chica con la que estoy saliendo... creo que tiene otro.

—¿Y por qué lo dices?

—Porque ayer salí con ella —yo sonrío —Y se la paso escribiéndose con alguien durante toda la cita.

En verdad veo que está algo triste por eso y no sé qué decirle exactamente.

—¿Quieres huevos con tocino? —voy a la cocina.

La puerta se abre y Lukas entra con algunas cosas que deja encima del sofá. Luego camina hacia mí y me da un gran beso.

—Buenos días, hermosa.

—Buenos días, amor.

—Chris, dime algo —reclama Neil desde el sillón.

—No lo sé, tal vez hablaba con su mejor amiga.

—¿De qué hablan? —Lukas saca leche de la nevera.

—Neil dice que la chica con la que sale lo está engañando.

Neil le comienza a explicar a su hermano lo que está sucediendo y Lukas lo escucha con atención.

—¿Que hubieras hecho si Chris en la primera cita hubiese estado en su celular?

—Para eso fuimos al parque de diversiones —dice con una risa burlona y yo lo golpeo.

—Te ayudaré con tu novia —le aseguro —A veces puedo ser el F.B.I.

—Ya sabes, hermano —bromea Neil y le lanzo un pedazo de pan.

—Yo nunca engañaría a Chris —me toma de la cintura —Quiero pasar con ella el resto de mi vida.

—Tal vez, yo nací para estar solo —se acuesta en el sofá.

Comienzo a hacer huevos con tocino para los tres y cuando están listos nos sentamos en la mesa. El timbre comienza a sonar desesperadamente y por un momento me entra el pánico.

—Yo abro —mi novio se levanta de la mesa.

Lukas abre la puerta y una chica de cabello negro entra sin autorización.

—¿Elena? —Neil abre sus ojos.

—¿Neil? —mira a Lukas —Eres más guapo.

Yo ruedo mis ojos y me hago al lado de mi novio.

—¿Y tú eres? —me cruzo de brazos.

—Es la chica de la que te estaba hablando —me dice Neil —¿Qué haces aquí?

—Anoche estuve en una fiesta y me acordé que la otra noche te recogimos aquí —veo que la chica está ebria —Solo vengo a decirte algo y espero que lo entiendas.

—¿Que cosa?

—No quiero estar contigo —Neil abre sus ojos —No eres mi tipo, solo te acepté la salida porque estaba aburrida.

—Eres tan zorra —frunzo el ceño —A Neil de verdad le importas, pero que bueno que no gasto su tiempo con alguien como tú.

—¿Y tú quien te crees, rubia? —se acerca a mí.

—No pasa nada, cuñada —me dice Neil —No vale la pena que pelees con ella. Vete de aquí, Elena.

—No tengo a donde ir —se encoge de hombros —Mi papá no está en casa y...

—Y no nos interesa —la interrumpo —Largo de aquí o te juro que yo misma te voy a sacar de aquí.

Ella me da una mirada asesina y sale del apartamento.

—Gracias —Neil se pone las manos en la cara —Ya sabes que eres la mejor.

—Si —digo superior —Y debo arreglarme porque en unas horas tenemos que estar en el aeropuerto.

—¿Hasta cuando se quedan?

—Cinco días —responde Lukas.

Camino a la habitación y comienzo a darme un ligero baño, no quiero tardar tanto. Necesito arreglarme y verme muy linda el día de hoy.

Miro mi armario y me quedo sentada en la cama, me quedo viendo toda la ropa y no sé qué ponerme para mi regreso a Long Beach.

—Novio —comienzo a gritar.

Lukas entra corriendo a la habitación —Pensé que te había pasado algo.

—No sé que ponerme —hago un puchero.

—Entonces, ¿yo escojo tu ropa? —se queda viendo el armario.

Saca un jean, una blusa blanca que tiene el cuello alto, mis zapatos blancos y una cartera de color negro. Es una muy buena elección.

Me comienzo a vestir y Lukas sonríe cuando me ve lista.

—Soy un buen novio —me besa —Te ves demasiado hermosa, princesa.

—Gracias, amor.

—Me voy a bañar —otro beso —Ve a hablar con Neil. Eres como su consejera o algo así, por no decir que eres como su mejor amiga.

—A este paso tendré que hacer varias versiones mías, ya tengo una lista de mejores amigos y amigas.

—Yo puedo hacerte unas versiones tuyas o tal vez mías —guiña su ojo.

—Mejor date un baño —le despeino antes de salir del cuarto.

Voy a la sala y veo que Neil está tirado en el sofá.

—¿Te sientes bien? —me siento a un lado —Mira, esa niña no valía la pena.

—¿Y cuándo voy a encontrar una chica que realmente valga la pena? —se sienta a mi lado —Si te soy sincero, le tengo mucha envidia a mi hermano. Está contigo y tú eres perfecta.

—Nadie es perfecto —doy un suspiro —Sé que alguien va a llegar a tu vida. Yo estaba con un completo idiota antes de venir acá. Jamás imaginé que me iba a enamorar acá.

—Entonces, ¿tengo que viajar?

—No, tonto. Lo que digo es que en el momento más inesperado va a llegar una persona a tu vida.

—Gracias, Christy —me da un abrazo —Eres la mejor.

—Sin tanto abrazo, es mía —Lukas sale de la habitación con su jean puesto.

—¿Y tu camisa? —no puedo evitar ver su cuerpo.

—¿Roja o negra? —me pregunta.

—Roja —sonrió —La negra te la puedes poner en mi cumpleaños.

—¿Por qué?

—Porque te hace ver extremadamente sexi.

—Sigo aquí —Neil pasa su mano por mi cara.




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