Cuando llegamos al aeropuerto, siento que mi corazón comienza a acelerarse. Mi novio toma mi mano y comenzamos a caminar hacia la salida para empezar a buscar a Marcus y Naomi.
—Ahí están —dice Lukas.
Miro a mi mejor amiga y ella empieza a empujar a toda la gente para abrir paso hacia nosotros. Marcus la mira desde su lugar, negando con la cabeza por lo avergonzado que está en estos momentos.
—Chris —comienza a chillar cuando me da un abrazo.
La gente comienza a vernos de manera extraña, pero no me interesa en absoluto.
En lo único que puedo pensar es en que no puedo respirar bien por la manera en que me está abrazando.
—¡Al fin! —se pasa la mano por la frente —No sabes lo difícil que es estar sin ti.
—¿Y yo qué? —mi novio le hace reclamo.
—Lukas, eres mi hermano, pero sinceramente, amo a tu novia.
—¡Ups! Lo siento —volteo a ver a Lukas.
Marcus se acerca a nosotros y le da un abrazo a Lukas y luego besa mi mejilla.
—Los extrañamos un montón.
—¿Qué tal te fue en tu cumpleaños? —Marcus toma mi maleta.
—Muy bien —sonrió —Menos por el inconveniente.
Ellos ya saben lo que ha pasado con Logan. Mi novio hizo llamada esa noche con Marcus y le contó todo lo sucedido.
—¿Y tus padres? ¿Les agradó Lukas?
—Lo aman —le respondo a Naomi.
—Ya les debes estar haciendo falta, Chris.
Esta vez nos hicimos atrás Lukas y yo, pues han venido en el auto de Marcus. Me pego a mi novio y me recuesto en su hombro.
—Amiga, esta noche saldremos a celebrar tu cumpleaños —avisa Naomi.
—¿Quién te crees? ¿Su novia? —Lukas rueda los ojos —Déjala descansar.
—Podemos salir —acepto —¿Y ustedes que han hecho?
—Estuvimos con Neil y salimos con sus padres a cine a ver una película de terror —me cuenta Marcus.
—Mamá pregunto mucho por ustedes.
—Y Rose también lo hizo —concluye Marcus.
—Amo a Rose —admito.
—Yo me siento reemplazado —ríe Lukas —Eres la favorita de mi abuela.
—Pues yo pienso que mis papás te aman más a ti que a mí — él comienza a sonreír ampliamente.
Al llegar a casa me doy cuenta de que Neil está tirado en el sofá. En cuanto nos ve, se pone de pie y corre a darnos un gran abrazo.
—Al fin están aquí —sonríe —Aunque extrañe mucho más a mi cuñada.
—Que bueno porque yo no te extrañe —le dice Lukas —¿Cómo va todo?
—Mejor —abraza a su hermano.
Me siento tan feliz de estar aquí y esa felicidad desaparece cuando veo a Elizabeth salir del baño. Ella me mira de reojo y camina hasta la cocina.
¿Qué hace aquí?
—Les trajimos unos pasteles de dulce que compramos antes de venir —mi novio saca la caja de pasteles.
Naomi y Neil comienzan a arrebatarse la caja para ver quien va a tomar el pastel en forma de león, ya que solo hay uno con esa figura.
—¡Basta! —grita Marcus —Parecen niños de preescolar.
—Al parecer eres el más maduro.
—Amor, yo también soy maduro —me mira con cara de indignación.
Me quedo viendo a Elizabeth y ruedo mis ojos. No me agrada su presencia aquí.
—¿Vas a comer? —Naomi le pregunta a Elizabeth.
—No, gracias —me mira con desagrado —Son demasiadas calorías.
—Nosotras estamos a dieta, pero por un pastel no voy a morir —informa Naomi.
—Ya te dije que Chris no estará más a dieta. Además, comimos demasiado en Long Beach.
—Bien, se cancela la dieta —dice Naomi.
Seguimos comiendo durante veinte minutos, estamos probando cada dulce que Lukas compro en el aeropuerto y yo ni siquiera me di cuenta en que momento compró tantos. Los que más han comido son Lukas y Neil, lo bueno es que ellos no engordan.
—Yo debo irme —Elizabeth toma su bolso.
—¿Tan pronto? —Naomi le da un abrazo —Si quieres ir de fiesta con nosotros en la noche, me escribes.
Ella se despide de todos y cierra la puerta.
—Yo no sé si voy a ir —me mira Neil —Es que me quiero quedar viendo películas.
—No vas a traer a nadie, ¿verdad? —mi novio frunce el ceño.
—No —se defiende —Además, tú y Chris mantienen haciendo cochinadas en el cuarto, así que no me digas nada a mí.
Abro mis ojos y aprieto mis labios para no soltar una fuerte carcajada.
—Nosotros vamos a descansar un rato —mi novio me toma de la mano —¿A qué hora nos vamos a ir?
—A las nueve —Marcus mira su celular.
—Perfecto.
Lukas y yo llegamos al cuarto y me lanzo sobre la cama. Estoy demasiado cansada y para ser sincera, no me apetece mucho salir de fiesta esta noche.
—¿Qué piensas? —él se acuesta encima de mí.
—En que me quiero quedar aquí tirada en la cama.
—¿No quieres ir de fiesta? —junta sus cejas —Le puedo decir a mi hermana que...
—No pasa nada. Ella está entusiasmada en salir, así que lo haré.
—¿Y qué te vas a poner? —dice entre dientes —Es que no quiero tener que golpear a toda la discoteca.
—Qué exagerado —le doy un corto beso —Nadie va a voltear a verme, amor.
—Eres el centro de atención donde quiera que vayas.
—Tú también —ruedo mis ojos —No me hago responsable de lo que pueda pasar.
—¿Como qué?
—Si una chica te dice algo o intenta coquetear contigo, la voy a coger del pelo.
Él sonríe y me da un beso.
Prendemos la televisión y mi celular comienza a sonar, es un mensaje de Sandra diciendo que tengo un casting en tres días. Me manda todo a mi celular y me dedico a leer. Al parecer Joe es el que va a interpretar el otro personaje y tenemos que besarnos.
—Amor, tengo un casting en tres días —sonrió.
—Princesa, eso es genial —me da un abrazo —Vas a ganarte ese casting, mi amor. Yo también voy a empezar con el cortometraje la otra semana. ¿Vas a ser mi actriz principal?
—Yo estaría contenta.
—¿Quiere ver una película?
—¿Vemos una de amor?
—No —protesta —Veamos algo de acción o de terror.
—Está bien —me recuesto en su pecho —Aún no sé qué ponerme para esta noche.