Christina Rowe
Abro mis ojos y veo que Lukas no está en la cama.
Miro mi celular y veo que son las nueve de la mañana. ¿Cómo es que pudo levantarse tan temprano? Yo aún estoy cansada por todo lo que hicimos anoche.
Y también desnuda, Chris.
La llave de la ducha se abre y me vuelvo a dejar caer en la cama.
Aún es su cumpleaños, tonta.
Me levanto a la cocina y comienzo a preparar panqueques para el desayuno. También hago huevos con tocino para mi novio porque come bastante y también sé que son sus favoritos. Sirvo jugo de naranja y cuando veo que sale del baño dejo todo en la mesa del comedor y corro hacia él.
—Feliz cumpleaños, otra vez —me río —Te hice el desayuno.
Él pone sus manos en mi cintura y me da un profundo beso.
—Te amo.
Terminamos el desayuno y Lukas se ofrece a lavar los platos para que yo me dé un baño y luego irnos a la casa de la playa.
Me pongo un short, una camiseta rosada y mis zapatillas rosadas.
—¿Lista? —se acerca.
—Sí.
Lukas toma mi bolso y nos montamos en el ascensor.
—Oye, amor.
—¿Sí? —volteo a verlo.
—¿Tú crees en que voy a llegar a ser un gran productor de cine?
—Eso no lo dudo. ¿Por qué la pregunta?
—No sé. A veces me da miedo no ser nadie en la vida.
—Tienes que creer en ti.
—A veces pienso mucho en el futuro, amor. Me pregunto como seré en diez años. Quisiera saber si voy a tener el dinero suficiente para poder darte la vida que te mereces y también a mi familia.
—Yo antes pensaba mucho en el futuro.
—¿Qué hiciste?
—Vivir el presente y luchar cada día por mis sueños.
Nos montamos en el auto y Lukas comienza a manejar hasta la casa de la playa. Lo miro a cada instante y no me cansaría de mirarlo. Lukas es el chico más guapo que he visto en toda mi vida.
Llegamos a la casa y los chicos tienen un pastel encima de la mesa.
—Feliz cumpleaños —gritan los tres al tiempo.
Cada uno se acerca a Lukas para felicitarlo y le dan un gran abrazo.
—¿Y si durmieron? —Neil nos da una mirada.
—Salimos a un club —dice Lukas —Y Chris y yo nos vamos para Grecia el mes que viene.
—¿Qué? —Naomi sonríe —Tú siempre has querido ir a Grecia.
—Me acordé de eso —la miro —Gracias por haberlo dicho una vez.
Le cantamos el cumpleaños a Lukas y luego comemos pastel.
—¿Quién quiere ir a la playa? —Marcus sale de la habitación con la ropa de baño.
Subo a la habitación con Lukas y nos ponemos la ropa de baño. Él se queda analizando mi cuerpo y siento algo de vergüenza.
—No me mires.
—Ayer te vi —me da un beso —Eres perfecta.
Bajamos tomados de la mano y Neil se acerca a mí.
—Te la robo un momentito —le dice a Lukas.
Lo miro de manera extraña y él pasa su mano por mi hombro.
Creo que ya me estoy preocupando. Neil nunca está serio y en estos momentos está demasiado serio.
—¿Todo bien? —digo en voz baja.
Él niega y comenzamos a caminar hacia la playa. Él no me dice nada y la ansiedad me está matando.
—¿Qué te pasa? —me giro a verlo.
—Chris…no puedo estar solo —toma mis manos —El día en que estuve drogado fue lo peor del mundo. Es solo que a veces siento que tengo ganas de volver a drogarme, pero no es lo correcto.
—¿No lo has vuelto a hacer, verdad?
—No —veo que en verdad le cuesta —Sé que eso no es bueno y quiero ser bueno para ti, para mis hermanos y para mi familia.
—No estás solo —lo abrazo —Yo estaré para ti.
—No quiero que nadie se entere.
—No lo harán.
—Quiero ir a ver a un sicólogo.
—Yo te llevaré y estaré ahí para apoyarte.
—Gracias, Chris.
—Para eso soy tu mejor amiga.
—Cuéntame sobre lo del viaje a Grecia.
—Lukas y yo siempre habíamos hablado de Grecia y Naomi lo menciono el otro día. Además, quiero poder estar a solas con Lukas. Quiero recuperar el tiempo perdido.
—Te entiendo. Gracias por todo lo que haces por nosotros, Chris.
—Ustedes me importan muchísimo, Neil.
Nos acercamos a nuestros amigos y Lukas me toma de la mano para acercarme a su lado.
Me quito la ropa y quedo en traje de baño para entrar al mar con mi novio.
—Odio el agua fría —salto en su espalda.
—¿Solo por eso subes a mi espalda?
—No —me río —Me gusta estar encima de ti.
—Eso lo sé muy bien —suelta una carcajada.
Lukas se queda parado y yo me bajo de su espalda. A diferencia de que yo no logro tocar el suelo, así que pongo mis piernas alrededor de su cintura.
—¿No quedaste cansada con todo lo de anoche?
—Lukas —lo doy un golpe —Qué cochino eres.
—Bueno, si vamos a hablar sobre quien de los dos es más…
—Yo gano —admito con algo de vergüenza —Es que me encantas, amor.
—Está claro que tú a mí también me encantas.
Y justo cuando estamos a punto de besarnos, Naomi comienza a gritarnos y es para que vayamos a jugar voleibol.
—¿Vamos?
—Pero…
—Porfis —hago un puchero y le doy un corto beso.
Salimos del mar y me pongo el short para ir a jugar. Somos nosotras contra ellos tres, aunque Lukas casi no juega al voleibol.
—Sacas tú —ella me da el balón.
Me hago desde atrás y hago un saque perfecto. Neil es quien responde el saque y Naomi recibe la pelota para hacer un punto.
—Somos buenas —chocamos nuestras manos.
Seguimos jugando durante diez minutos y nosotras ganamos al final del juego.
Buscamos un restaurante en la playa y vamos a almorzar. Pido un pescado con arroz de coco y Lukas pide lo mismo que yo.
Mi celular comienza a sonar y el nombre de Zack aparece en la pantalla.
—Hola, Zack —todos clavan su mirada en mí.
—¿Cómo va todo, Chris?