El intercambio: De regreso a casa

Capítulo 16

—Ya me estoy arrepintiendo —le susurro a mi novio.

Lukas aprieta mi mano y salimos de la casa de la casa de la playa.

—¡Qué emoción! Ya quiero conducir —chilla Naomi.

Ella corre hacia el puesto del piloto y Marcus se hace a su lado. Yo me hago atrás con Lukas y Neil.

—Ponte el cinturón —me susurra Neil —No creo que quieras salir volando por la ventana, cuñada.

—Estar en el puesto del piloto es excitante —nos dice ella con una enorme sonrisa en su cara.

—Estoy empezando a arrepentirme de estar acá —le dice Neil.

—Lo harás bien, Naomi —le doy ánimo.

Miro que ambos chicos se miran y parece que se están desafiando.

¿Qué es lo que traen en mente?

—Ganaré —dice Lukas.

—Yo ganaré.

—¿De qué hablan? —me cruzo de brazos —¿Acaso hicieron una apuesta?

—Yo digo que ella no va a ser capaz ni de encender este auto —dice Neil.

—Yo digo que lo hará, pero será fatal y tal vez terminemos en un hospital —me dice Lukas —Y mi amigo tendrá que comprar auto nuevo.

—Y yo digo que se callen —les dice Marcus.

Marcus le empieza a explicar y ella enciende el auto.

—¿Puedo manejar rápido? —pregunta ella.

Por supuesto que no, burra.

¿Manejar rápido? ¿Quién se cree que es?

—No —dice Marcus —No queremos que pase algo, esta es tu primera vez manejando y la idea de ir rápido no me gusta para nada. Antes de arrancar el auto debo explicarte todo lo que tienes que saber.

—Antes de morir —susurra Neil.

—No vamos a morir —lo miro mal.

—Tienes que saber cuáles son los pedales.

—¿Pedales? —ella frunce el ceño —Es broma. Sé que está el acelerador y el freno.

—Se maneja con el pie derecho —dice él.

—¿No puedo usar uno para cada cosa?

Abro mis ojos ante lo que ella acaba de decir y creo que ha sido mala idea subir a este auto. Tal vez los chicos no están tan lejos sobre la idea de que podemos morir o terminar en un hospital.

Marcus comienza a darle una charla sobre mirar por los espejos, el retrovisor, como usar el freno de emergencia y otras cosas que yo ya sé, así que no le pongo atención.

—Acelera con suavidad —dice Marcus.

—Acelerador y freno —recuerda ella.

El auto se pone en marcha y Naomi va a diez de velocidad, casi siento que no nos hemos movido de la casa.

—Gira a la derecha —dice Marcus.

—¿Nervioso? —me burlo de Marcus.

—Algo —admite —Mira hacia adelante, Naomi.

—Ustedes siempre miran a las personas cuando hablan —se defiende —Yo también puedo hacerlo.

—Es porque llevamos años manejando —Neil rueda sus ojos.

—Lo bueno es que seguimos vivos —dice Lukas.

—¿Puedo manejar de regreso a mi residencia?

—No —decimos todos.

—¿Qué harías en una situación de emergencia? —le dice Neil.

—¿Qué situación de emergencia? —lo volteo a ver.

—Dile a papá que te meta a clases de conducir —le dice Lukas.

—¡NAOMI, CUIDADO CON EL GATO! —grita Marcus.

Ella da un frenazo en seco y Lukas pone su mano por delante de mí para que no me golpee. Los tres nos miramos de inmediato y Neil abre la puerta de atrás.

—No quiero seguir en ese auto —dice cuando está abajo.

—Que maneje alguien más —Naomi traga saliva.

Marcus se monta en el puesto del piloto y Naomi se hace a su lado. Lukas toma mi mano y niega su cabeza mientras ve a su hermana con cara de temor.

Pobre Naomi, no quiero imaginarme como debe de estarse sintiendo en estos momentos. Su primera vez manejando y fue todo un fracaso. Mi primera vez manejando no fue tan mal. De hecho mi papá me prestaba el auto sin tener licencia de conducir.

Llegamos a la casa y Neil saca una cerveza de la nevera. Me quedo viéndolo y él sonríe algo tímido.

—Solo una —me dice.

Espero que en verdad sea solo una cerveza o voy a tirarlas a la basura, sin importar que todos se enojen conmigo.

—¿Quieres ver una película? —me dice Lukas.

—Sí.

—No —nos mira Marcus —No sean aburridos. Juguemos algo.

—La semana que viene hay una fiesta en la fraternidad —nos dice Neil —Podemos ir todos.

—¿Tú quieres ir? —Lukas me pregunta en voz baja.

—Sí.

Naomi sale corriendo al baño y comienza a vomitar. Corro detrás de ella y espero a que salga del baño para hablar con ella.

—¿Tú…?

—Estoy embarazada, Chris —me abraza —No estoy preparada para esto.

—No se nace preparado para nada.

—Espero que seas una buena tía porque yo seré una pésima madre.

—No digas eso —la tranquilizo —¿Marcus lo sabe?

—No.

—¿Por qué?

—Porque tengo miedo de que me deje.

—Él te ama —le aseguro.

—Quiero ir a decirle a él y a toda la familia. ¿Me acompañas?

—Debemos hacer algo especial.

—¿Como qué?

—Podemos ir por un pastel —le sugiero —O lo que tú quieras.

—El pastel es perfecto.

Regresamos a la sala y me acerco a mi novio.

—Oye, amor. ¿Puedo salir en tu auto?

—¿A dónde? —pone sus manos en mi cintura —¿Te vas a ir con tu otro novio?

—Vamos a comprar algo —me río —Y no necesito otro novio y tampoco quisiera otro novio. Al único que quiero es a ti, don celoso.

—Ten cuidado —me besa.

Salimos de casa y pongo el auto en marcha. Conduzco hasta una pastelería y vemos una torta que tiene un bebe dibujado en la decoración.

—Gracias, Chris —ella me abraza —Eres la mejor amiga del mundo.

—Lo sé —me río.

Regresamos a casa y vemos que los chicos están jugando en el play.

—Dispara, Marcus —grita Neil —Lukas, cuidado a tu derecha.

—Neil, tira la granada —le grita Lukas —Vas a hacer que nos maten por tu culpa.

—Estoy en el suelo —les dice Marcus —¿Alguno puede curarme?

Me acerco a Lukas y le doy un beso en la mejilla.




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