Lukas permanece cerca de mí mientras su antigua casa de fraternidad está repleta de personas. De inmediato nos colocan unos vasos rojos en la mano, pero Lukas se deshace del suyo al instante y me quita el mío. Me dispongo a cogerlo de nuevo y me mira con el ceño fruncido.
—No pienso beber esta noche.
—Yo si quiero beber esta noche —hago un puchero.
—Está bien, solo uno —me entrega el vaso.
—¡Lukas! —escucho una voz conocida.
Volteo a ver y veo a Harry caminando hacia nosotros.
—Chris, te ves muy linda.
Lukas pone los ojos en blanco, me coge el vaso de las manos y bebe un trago antes de devolvérmelo.
—Nunca imagine que vendrías —escucho esa voz fastidiosa.
—Mierda —gruñe Lukas cuando Elizabeth se aparece frente a nosotros con una enorme sonrisa.
—Hace mucho tiempo que no te veo.
—Como sea —da un suspiro.
—¡Chris! Esto sí que no me lo esperaba —sonríe falsamente —No te había visto.
—Con lo linda que esta… —Harry se detiene cuando Lukas lo fulmina con la mirada.
—Lukas, ¿me has extrañado? —lo mira Elizabeth.
—Ni un poco —él hace un gesto diminutivo con su mano.
Aprieto mis labios para ocultar la gran sonrisa.
—Pues…
Lukas la interrumpe —Nadie va a hablar contigo. Vamos a otro lado, amor —me toma de la mano y me aleja de ellos.
Nos dirigimos a la cocina y dejamos a Elizabeth
indignada y a Harry riéndose detrás.
—¡Christy! —grita Naomi —Te ves demasiado hermosa. Bueno, siempre lo estás.
—Tú no te quedas atrás.
—Que bueno que hayan decidido venir a fiesta —nos dice Marcus.
Veo que Lukas se queda viendo un punto en específico —Amor, regreso en un rato —se va y me deja con Marcus y Naomi.
—¿Quieres una copa? —me ofrece Marcus y yo acepto.
La casa está más llena que nunca y eso hace que se me dificulte ver a Lukas. La mitad del salón está ocupada por una larga mesa repleta de hileras de vasos rojos. Chicos borrachos lanzan bolas de ping-pong a los vasos y después se beben su contenido.
—¿Y tu novio? —me pregunta Neil.
—No tengo idea —llego a su lado.
—Ya debe de regresar —dice Naomi —Él no puede estar ni un segundo sin ti.
—¿Quieren jugar al Bird Pong? —nos pregunta Harry —Tengo cupo para tres personas.
—Yo no juego eso —dice Naomi.
—Marcus y yo somos equipo —dice Neil.
—Voy contigo —me animo a jugar.
Neil comienza a colocar los vasos formando un triángulo que me recuerda a la disposición de los bolos en la pista.
—Solo tienes que tirar la bola hacia la mesa y meterla en uno de los vasos —me explica Neil — Y el otro equipo tiene que beberse el contenido del vaso en el que la hayas colado. Gana el equipo que antes consiga colarla en todos los vasos del adversario.
—Lo jugué una vez en mi vida —lo miro —¿Están listos para perder?
—Empecemos.
El primero en lanzar es Marcus y la pelota cae justo en uno de los vasos.
—Las damas primero —Harry me pasa el trago y lo bebo de inmediato.
Lanzo la pelota y sale a la perfección porque logro meter la pelota en uno de los vasos y como he tenido ese logro, sigo lanzando la pelota y logro meter tres pelotas seguidas.
—¿Estás haciendo trampa? —me mira Neil.
—Te dije que tengo experiencia en esto.
Lo del juego ha sido mejor idea de lo que pensaba. La gran cantidad de alcohol que he consumido ayuda a calmar mis nervios al saber que Elizabeth está aquí y en cualquier momento puede venir a arruinar mi noche.
—Harry, no puedes fallar en el tiro —lo animo —Con esta ganamos el juego.
—Lo haré —alardea con una sonrisa.
La pequeña bola cruza el aire y aterriza directamente en el último vaso de el equipo rival.
Comienzo a gritar como una desquiciada y choco los cinco con Harry que parece sorprendido por mi alegría.
—Tengo calor —bufa —Voy a salir por un poco de aire.
—Igual yo.
—Esto… No sé si es buena idea —responde él apartando la mirada.
—Bien.
—¿Lukas no se molesta?
—Yo no veo a Lukas por aquí. Además, solo vamos a tomar aire.
—Creo que se te subieron los tragos a la cabeza.
—¿Tú crees? —me comienzo a reír.
Salimos de la casa y me siento con él en un pequeño muro. Un chico camina por nuestro lado y comienza a tener arqueadas, haciendo que yo cubra mi boca.
—Largo de aquí —le digo al chico.
Harry comienza a reír ante mi reacción y yo le lanzo una mirada asesina.
—Harry, ¿por qué te alejaste de mí?
—Lukas me dejo muy claro que no me acercara más a ti por obvias razones. Tú me gustabas muchísimo y él tenía miedo de que tú te fijaras en mí y no en él.
—Es algo celoso, mi novio.
—Y en este momento lo estoy —me espanto cuando escucho su voz.
Lukas
¿Qué está haciendo mi novia a solas con este idiota?
—Lukas —ella sonríe.
—Chris —levanto mi ceja —¿Qué estaban haciendo?
Después de cinco minutos buscándola por toda la casa, principalmente en las habitaciones, por fin he salido a buscarla afuera, y aquí están. Juntos.
—Pensé que estabas con mi hermana o Marcus, incluso con Neil.
—Tú me dijiste que ya regresabas —se excusa —Y no te vi por ningún lado, amor.
Respiro unas cuantas veces para controlar los celos que me invaden en este momento. Estoy tratando de ser un mejor novio para ella.
—¿Entramos? —estiro mi mano y ella la toma de inmediato.
—Yo voy a estar adentro —me mira Harry.
Me quedo con Chris afuera y ella pone sus brazos alrededor de mi cuello.
—Estoy tan borracha —se ríe —Y sé que te dije que solo una copa, pero me puse a jugar con Marcus y Neil y bebí mucho más.
—¿Qué jugaron?
—Bird Pong —me besa —Y soy la reina en ese juego. Amor, tengo muchas ganas de… ya sabes.
—¿De qué? —me río.
—Tú sabes de qué —muerde mi labio.
—Regresemos adentro, amor.
Ella hace pucheros hasta que entramos y eso provoca que me duela la entrepierna más todavía, especialmente cuando saca el labio inferior. Me dan ganas de volverme y mordérselo. Joder, estoy tan caliente como ella, y yo no estoy borracho.