Despierto antes que mi novio y decido arreglarme para salir por el desayuno. Quiero traerle el desayuno a la cama y que sienta que este paseo es realmente especial.
Llego a la cafetería y ordeno huevos revueltos, croissant, algo de fruta y jugo de naranja.
El desayuno se demora diez minutos y voy caminando a la habitación. Lukas aún sigue dormido, así que pongo el desayuno en la mesa y lo despierto.
—Buenos días, amor —le doy un beso.
—Buenos días, Rapunzel —acaricia mi cabello.
—Traje el desayuno.
—Qué linda manera de despertar —sonríe.
Nos levantamos de la cama y vamos al comedor que está afuera para comer al aire libre.
—Amo esto —miro el cielo —¿Qué vamos a hacer?
—¿Mmm?
—Dijiste que tenías todo planeado para hoy.
—Es sorpresa, amor —ruedo mis ojos —Te llevaré a recorrer el mar en un yate y podremos ver los hermosos paisajes.
¿Yate? ¿Lukas alquilo un yate?
—¿Estás hablando en serio? —trato de sonar tan emocionada.
—Sí. Vienen a las diez por nosotros.
Miro mi celular y veo que son las ocho y media. Aún tengo tiempo para arreglarme.
—Menos mal compré un vestido de baño súper lindo.
—¿Cuántos vestidos de baño trajiste?
—Cinco —respondo tranquila.
—¿Cinco? —abre sus ojos —¿No te parece una exageración?
—Por supuesto que no. Siempre hay que estar preparada para lo que sea.
—Ser mujer debe de ser difícil —le da un sorbo a su jugo de naranja —Hacerse las uñas cada ocho días, arreglarse el cabello, buscar la ropa adecuada.
—A mí me encanta ser mujer.
—¿Aun cuando tengas que llevar a nuestros hijos dentro?
—Pues sí, creo.
—¿Tú si quieres hijos?
—Claro que si, Lu —lo tranquilizo —Mi mayor deseo es formar una familia contigo.
—El deseo es mutuo.
Terminamos de desayunar y voy al baño a arreglarme para el paseo en yate. Me pongo un vestido de baño de color negro y las tiras son plateadas, lo hace ver elegante. Encima me pongo una salida de baño que es un vestido blanco algo elegante y mis sandalias.
—¡Wow! —Lukas me mira —Que bueno que el yate es para los dos porque soy demasiado celoso y no quiero que nadie te mire.
—Tú también estás muy lindo.
Salimos del hotel y veo es hermoso yate que nos espera afuera. Es bastante grande para ser solo los dos.
—Vamos, amor.
Lukas me da la mano para subir al yate y saluda al hombre que es el encargado de manejar. Caminamos hasta la parte delantera y nos sentamos en el enorme sofá. Veo que hay una mesa y está llena de chocolates y también mucho papas de paquete.
—Todos los chocolates son para ti —acaricia mi mano con su pulgar —Los paquetes también, pero sé que te gusta más el dulce y sé que te quieres comer uno.
—Gracias, Lu —lo beso —Estas son las mejores vacaciones de mi vida.
—Igual.
Nos quitamos la ropa para quedar en traje de baño y nos ponemos bronceador para luego acostarnos por un momento.
—¿Te quieres meter? —me pregunta Lukas cuando el yate se detiene.
Miro a mi alrededor y el agua es demasiado clara y se ve realmente hermosa, pero me da miedo entrar y que nos coma un tiburón.
—¿Es seguro?
—¿Que cosa?
—¿No van a salir los tiburones, verdad?
—No, amor.
Lukas salta al mar y me quedo en mi lugar por un momento. Me mira y extiende sus brazos para simular que va a atraparme.
Uno...
Dos...
Me lanzo al agua sin pensar.
—Ayúdame, Lukas —me sujeto —No me gusta no tocar el fondo y me da mucho miedo que vengan los tiburones.
—¿Cuáles tiburones? —se burla —Aquí el único que te puede comer soy yo.
—Tienes muy alborotadas tus hormonas —bromeo un poco.
—Mira quien habla —me da un beso.
El señor del yate nos ofrece un flotador en forma de flamingo y acepto de inmediato.
—Quiero una foto —le digo a Lukas.
Lukas le grita al hombre y él se acerca con el celular de Lukas.
—Súbete.
Me subo en el flotador y mi novio me comienza a tomar fotos. Luego se sube al flotador conmigo y nos tomamos una foto juntos.
—¿La estás pasando bien?
—Si —digo como niña chiquita.
Después de un rato de seguir en el agua subimos al yate porque es hora de almorzar. El yate viene con muchas cosas incluidas, una de ellas es la alimentación.
—Yo ordené por los dos —me dice Lukas.
—Tú siempre haces buenas elecciones para todo.
Nos quedamos hablando un poco sobre el proyecto que tenemos y lo que se vendrá después de la película que vamos a hacer.
—Neil debería actuar algún día —le digo —Una vez me ayudo a repasar en la videollamada y lo hacía muy bien.
—¿Por qué no le dices que vaya a clases?
—No lo sé.
—Podemos darle un papel secundario —me sugiere Lukas.
Una chica se acerca con nuestros almuerzos y veo que trae un arroz con mariscos con dos copas de sangría.
—¡Omg! Hiciste una muy buena elección.
—Lo sé.
Lukas toma la copa y me guiña el ojo antes de darle un sorbo.
¿Acaso puede ser más perfecto?
Comemos en absoluto silencio y demasiado cómodo. Solo se escuchan algunos pájaros que pasan volando encima de nosotros.
—Estaba demasiado rico.
Lukas toma mi mano y se queda viéndome por un momento.
—¿Qué pasa?
—Mira atrás.
Volteo y veo que la chica tiene un ramo de flores con una cinta que dice Cásate Conmigo. Volteo a mirar a Lukas y está arrodillado frente a mí con un hermoso anillo en sus manos.
—Christina Rowe. ¿Quieres casarte conmigo?
Las lágrimas comienzan a salir de inmediato y asiento con una enorme sonrisa en la cara.
No puedo creer que esto esté sucediendo.
—Te amo —lo beso cuando me pone el anillo.
—Yo te amo más, futura señora Jensen.
—¿Los chicos sabían de esto? —entrecierro mis ojos.