—No me convence del todo —miro a las chicas.
Me miro en el espejo y hago una mueca al verme con este vestido.
—A mí tampoco —me apoya Kim.
—Pareces una princesa de Disney —me mira Naomi.
Pues claro que lo parecía. Naomi había escogido un vestido extremadamente pomposo y que no es para nada mi gusto.
—Quiero algo menos…
—Pomposo —completa Rose.
—¿Cómo quieres el vestido? —Kim se acerca a mí.
Miro un vestido que es ceñido al cuerpo, tiene abertura en la pierna y unas hermosas flores de decoración. Es el vestido perfecto.
—Ese —digo sin dejar de mirarlo.
La chica que nos está atendiendo se acerca al vestido y busca el de mi talla.
Entro al probador y me quito el pomposo vestido que mi mejor amiga había escogido. Rose se acerca y me entrega la bata para salir a ver otros vestidos que trajo la vendedora.
—¿Cuál te gusta más? —me pregunta Kim.
—El de flores.
El vestido que ya les había dicho, ese es el que quiero probarme y estoy segura de que es el que me voy a llevar.
Nunca imagine que casarse fuera algo tan complicado. Llevamos toda la mañana en esta tienda y después de diez vestidos encontré el que voy a llevarme. También necesito buscar un fotógrafo para la boda. No hemos hablado sobre el catering y todo esto me está estresando.
—Nena, ¿estás bien? —Kim se acerca.
—Estresada.
—Yo me encargaré de organizar la boda. Tengo una amiga que organiza bodas y hablaré con ella. Tú no te preocupes por nada.
—Gracias, Kim.
Regresamos al apartamento y nos tiramos en el sofá. Estamos demasiado cansadas y lo único que quiero es comer algo.
—¿Quieres galletas con helado? —miro a Naomi.
—Sí.
Voy a la cocina y saco las galletas con chips de chocolate y abro la nevera para sacar el helado de vainilla. Esta combinación es perfecta.
—De verdad estoy feliz por ti y mi hermano —me dice Naomi.
—Yo agradezco haberte conocido. De otra manera, Lukas y yo no estaríamos juntos.
—Lo dudo mucho —se ríe —Cuando mi hermano quiere algo hace todo lo posible por conseguirlo. Yo le dije que no coqueteara contigo porque me daba miedo que luego tú te alejaras de mí por su culpa. Aun así logro salir contigo.
—Digamos que Lukas me gusto desde el momento en que abrí la puerta de la habitación. Sabía que me iba a causar problemas con Logan.
—No puedo creer que hayas estado con ese chico. Es insoportable. También te debo una disculpa por todo lo que hizo Elizabeth. Después de lo que sucedió ayer no pienso hablar más con ella.
La puerta se abre y los chicos entran con unas cuantas bolsas en las manos.
—Hola, amor de mi vida —Lukas se acerca para darme un beso —¿Me das un poco?
—Sí, amor.
Lukas come un poco de helado y me devuelve en plato.
—Te necesito libre en la tarde para ir a ver la casa.
—Ya quiero ir a verla.
—¿Cómo están? —Neil nos mira.
—¿Encontraste algún vestido?
—Ya tengo vestido —sonrío —Después de probarme unos diez vestidos encontré el que era.
—Oye, amor. ¿Recuerdas la casa que te mostré el otro día?
—Sí.
—Creo que es la indicada y quiero comprarla.
—¿Qué? —abro los ojos.
—Si no quieres…
—Si quiero.
—Es la casa que vamos a ver en la tarde. Le dije a Neil que vaya con nosotros y darle la noticia allá.
Lo último me lo dice en voz baja para que nadie escuche.
Naomi y Marcus se van a la habitación y Neil dice que va a salir para visitar a Camille en el trabajo.
—Entonces, ¿ya tienes el vestido?
—Así es —digo bastante emocionada.
—¿Me puedes decir como es?
—Es de mala suerte, Lu.
—Dame ideas —hace un puchero.
—¿Para qué quieres ideas? —veo que se le dibuja una sonrisa en la cara —Lukas, qué cochino.
—Necesitaba imaginarte.
—Aunque… —me quedo callada.
Él voltea a verme de inmediato.
—¿Qué?
—Tal vez haya parado en alguna tienda a comprar un conjunto para la noche de bodas.
—¿Conjunto? —me mira de arriba a abajo.
—Lencería, tonto.
Veo que sonríe maliciosamente.
—Pues que lastima porque me desharé de esa lencería en cinco segundos y no pienso ser gentil a la hora de quitarla.
—Nunca eres gentil.
—¿Y si practicamos lo que haremos en la noche de bodas?
—Creo que ya hemos practicado mucho, amor.
—Chris… esto va a sonarte algo cursi o tal vez muy estúpido, pero…
—¿Qué pasa? —tomo sus manos —¿Por qué estás nervioso?
—Quiero hacer una película sobre nosotros. Una película que relate nuestra historia.
No puedo evitar sonreír como una completa idiota y me lanzo sobre él para llenarlo de besos por toda la cara.
—Amor me encanta. Tú no paras de sorprenderme, Lu.
No sé cuántas horas pasamos encerrados en mi habitación, hablando y escribiendo nuestra historia. Cada vez que escribíamos algo nos mirábamos con una gran sonrisa al recordar el momento.
—¿Y qué tituló tendrá, señor director? —miro a Lukas.
—A tu lado —sonríe —Ese es el título de la película que haremos.
—Siendo sincera, no quiero ser yo la protagonista. No creo poder mirar a nadie más de la manera en que te miro a ti.
—Te amo, mi princesa —me besa.
Mira la hora de su celular y es momento de ir a ver la casa de la que Lukas me ha dicho. Salimos y llamamos a Neil para decirle que venga por nosotros.
—¿Iremos a ver su futura casa? —nos pregunta.
—Así es —responde Lu —También queremos tu opinión cuando la veamos.
Neil sigue conduciendo hasta la casa y veo que hay casas por todas partes y eso me gusta. No me gustaría vivir en un lugar donde seamos casi los únicos.
Veo que la casa está hecha de ladrillos por la parte de afuera. Se ve que es bastante grande y cómoda. La casa tiene dos pisos. Arriba hay tres habitaciones y abajo hay dos. Tiene un jardín demasiado lindo y ya casi puedo imaginarme a nuestra futura mascota jugando con nuestros futuros hijos. También tiene una enorme piscina que dan ganas de meterme ahora mismo.