El intercambio: De regreso a casa

Capítulo 31

Hoy es el día en el que al fin me casaré con el hombre que amo. Debo admitir que me siento demasiado nerviosa y no quiero salir de esta habitación.

—Chris, ¿por qué la demora? —escucho la voz de Neil.

—No es verdad —digo desde adentro.

—¿Puedo pasar?

Me quedo pensando —Sí.

Neil abre la puerta y sonríe cuando llega a mi lado.

—¿Por qué no has salido? Estás hermosa, Chris.

—Tengo nervios —admito —Sé que me case con Lukas en Santorini, pero esto es diferente, Neil.

—Tranquila —besa mi frente.

—No se puede estar tranquila cuando te vas a casar con la persona que realmente amas. ¿Y si me caigo enfrente de todos?

—¿Desde cuándo eres negativa, Chris?

—Desde hace cinco minutos.

—Mi hermano te está esperando. Debe de estar yendo al altar. ¿Lo vas a dejar esperando?

—Estoy lista —trago saliva —¿Me veo bien? ¿Me veo linda?

—Siempre, pequeña.

—Neil —lo detengo antes de salir —Gracias por ser mi mejor amigo. Aunque, realmente eres como un hermano para mí. Tu amistad es algo que valoro demasiado y no quiero alejarme nunca de ti.

—No me vayas a hacer llorar —me abraza —Te amo, pequeña. Siempre estaré para ti.

—¿Ya viste a los invitados?

—Ya están todos en la playa.

—¿Y hablaste con tu hermano?

Neil comienza a reírse.

—Lukas ha estado comiendo todo el banquete hasta que mi abuela lo regaño. Creo que está más nervioso que tú.

—Me alegra saber que no soy la única nerviosa.

Salimos del establecimiento y veo que hay un camino de rosas por toda la playa y nos guía hasta el altar.

—Nunca había estado tan nerviosa —le digo en voz baja.

—Cálmate, pequeña. Además, lo único que tienes es que decir que lo amaras y lo respetaras por la eternidad.

Neil comienza a caminar y yo aprieto el ramo de rosas que llevo en mi mano.

En la playa, a una distancia prudente de la orilla, veo las hileras de sillas azul claro, las flores, el arco de madera adornado para la ocasión, la decoración… y los invitados.

La verdad es que decidimos que esta boda fuera algo privada, por lo que solo están aquí las personas más cercanas a nosotros dos.

—Te entrego a tu novia —le dice Neil.

Mientras el cura comienza a hablar, me quedo viendo a Lukas y no puedo evitar sentir miles de cosas al verlo con ese traje que lleva puesto.

—Te ves hermosa, nena —dice en voz baja.

Lukas toma mi mano y comienza a decir su voto.

—Me entrego a ti este día para compartir mi vida contigo. Puedes confiar en mi amor porque es real. Prometo ser un esposo fiel, compartir y apoyarte en tus esperanzas, sueños y metas. Mi voto estará contigo para siempre. Cuando caigas te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando rías compartiré contigo tu gozo. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad

Contengo las lágrimas, pero en inevitable y una de ellas me traiciona.

—Hoy, te prometo esto: reiré contigo en los momentos de felicidad, y te reconfortaré en los momentos de dolor. Compartiré tus sueños y te alentaré a que los alcances, estando siempre a tu lado en cada paso del camino. Te escucharé con compasión, atención y comprensión, y te hablaré con honestidad y sinceridad. Juntos construiremos y compartiremos un hogar, que compartiremos con todos aquellos a los que queremos. Seré tu esposa, tu amiga y compañera, desde hoy y hasta el final de nuestros días.

—Puede besar a la novia —dice el cura.

Lukas se acerca a mí y me da un dulce y delicado beso.

—Te amo, esposa.

—Yo te amo más, amor de mi vida.

Todos se acercan y comienzan a felicitarnos.

Habíamos alquilado una hermosa casa al lado de la playa para hacer nuestra boda. Los camareros nos dicen que ya casi van a servir la comida, así que le decimos a nuestros invitados para que ninguno vaya a irse.

—Chris, estaba pensando en hacer las fotos —la fotógrafa se acerca a nosotros —Me parece que van a salir perfectas con este sol.

—Claro que si —le sonrío.

Lauren nos acomoda en varias locaciones y nos toma unas cuantas fotos.

—Señora Jensen —me besa —Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

—Señorita —lo corrijo —La palabra señora me hace sentir vieja.

—Bueno, señorita Jensen.

—Así está mucho mejor.

Nos sentamos en la mesa cuando sirven la comida y está demasiado deliciosa. Es Cordon Bleu, arroz de espinaca y una deliciosa ensalada.

—¿Cómo estás? —mi mamá llega a mi lado.

—Me siento demasiado feliz.

—Felicidades —nos mira a Lukas y a mí.

Papá se acerca y le da un abrazo a Lukas.

—Espero que cuides mucho de mi niña y de los bebes que van a tener —sonríe —Eres excelente para ella, Lukas.

—Chris cambió mi vida por completo. La amo demasiado.

Escuchar esas palabras hace que me enamore cada día más de Lukas. Él es el chico perfecto y estoy segura de que muchas chicas quieren estar con él. Me alegro de ser su esposa y construir una familia juntos.

—Ya quiero que nazcan los bebés —Rose llega a nuestro lado —Serán padres increíbles y también Naomi y Marcus.

—Gracias, Rose —la abrazo.

—Me alegra que Lukas haya encontrado una chica tan buena como tú.

—Abuela… —Lukas se sonroja un poco —Ya le has dicho eso mil veces.

—Y lo seguiré haciendo.

Miro a Neil y veo que está feliz con Camille. Espero que ella en verdad sea la indicada. La verdad es que Neil se ve demasiado feliz a su lado y no ha vuelto beber licor ni nada por el estilo.

La otra semana empezaremos con todo lo de la película y Neil es nuestro asistente. Me siento feliz por él, creo que este es su primer trabajo.

Escucho unos mariachis y veo que Lukas me mira con una sonrisa.

—Sorpresa, amor —me besa —Sé que te gustan mucho y los contrate para nuestra boda.

—Te amo.

Los mariachis cantan durante una hora y es la mejor hora de toda mi vida. No hubo una sola canción que yo no me supiera y por supuesto que las cante a todo pulmón.




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