Capitulo 2: El chico del A302

La película duró al menos 2 horas, y mientras salían, Clara seguía hablando de la película una y otra y otra vez. Ella jamás se callaba lo que sentía realmente, y a Ginn no le molestaba, en realidad le gustaba y le daba risa escuchar a Clara.

— ¿Pusiste atención, cierto?

— Sí, Clarita, sí entendí todo.

Clara rodó los ojos y Ginevra río. Ambas subieron al auto y escucharon "It's Now Or Never" de Elvis Presley, el artista favorito de ambas.

Al llegar, simplemente se despidieron y fueron a sus habitaciones. Ginevra, al ingresar, se duchó, se quito el maquillaje, se vistió y se acostó. Definitivamente estaba rendida. Lo único positivo es que mañana era viernes.

Y al día siguiente, Ginn se despertó con ese mismo sonido, un sonido que le molestaba escuchar día a día.

— ¿Ahora qué es...?

Ginn bostezo después de eso, se levantó y abrió la puerta. Era una pintura de unas magnolias y nuevamente una nota que decía: "Tu primer respiro de la mañana vale más que cualquier poema".

— Qué lindo, lo pegaré en mi agenda. Y esta pintura... Es preciosa.

Ginevra dejó la pintura al lado de su escritorio y se fue a duchar. Se vistió, se maquilló, pero no podía dejar de pensar en esa persona que le enviaba regalos día a día: flores, chocolates, libros... Y ahora una pintura.

Mientras pensaba todo eso, sonaba "Enchanted" de Taylor Swift, algo que hizo sonreír de último a Ginevra.

Finalmente terminó de arreglarse y tomo sus cosas para irse. En el camino fue lo mismo, hasta que saludo a un chico, pero él la detuvo.

— Disculpa, ¿sabes dónde está el salón A302?

— ¡Claro! Dame un papelito y lo anoto.

Ginevra amablemente anotó la dirección y se fue con una sonrisa, pero ese chico volteo a ver a su amigo.

— Ya sabes cómo llegar, eres tan bobo, Moretti.

— Solamente quería escuchar su voz, nada en especial.

— La escuchas cada que la tienes cerca.

Matteo simplemente se río y lo siguió molestando en el camino. Matteo era totalmente carismático y por eso Luca Moretti lo aguantaba, aunque también porque eran amigos desde pequeños.

Ginevra llego a su salón y se sentó junto a Clara, quien ya tenía esa cara de burla.

— Vaya señora Elisabetta, primera vez llegando tarde.

— Soy señorita, no señora, Julieta.

— No me digas así.

— Tu tampoco me digas así entonces.

Ambas tuvieron un corto silencio hasta que rieron. Se llevaban bien, realmente.

— Ya dime, ¿por qué viniste tarde?

— Hubo unos chicos que me detuvieron para preguntarme sobre un salón, el A302.

— Uhh, Arquitectura. ¿Y no será alguno de ellos tu pretendiente secreto?

— No me hagas pensar en eso ahora.

— Nunca descartes la posibilidad

En ese momento empezó la clase. Pero, ¿y si realmente era cierto lo que decía Clara?

Después de ello fueron al jardín central de la universidad, donde se sentaron en el pasto.

— ¿Dónde conseguiste esas botas?

— Me las regaló mi hermano para mi cumpleaños. ¿Encantadora, no?

Ambas rieron y siguieron conversando, pero sin darse cuenta, desde una pequeña ventana estaba un chico algo rizado y de ojos ligeramente verdes. Era Luca Moretti.

— Un día te sacaran de aquí por ver el jardín. No hay nada interesante ahí.

— Mira quien habla: el que gusta de una chica del salón H-21 y tampoco aparta los ojos de ahí.

Matteo mejor se callo, y Luca río, quitando su vista hacia el jardín más hermoso que había visto.

El día siguió tranquilamente: clases, comida y más clases, hasta que tocó su clase menos llamativa: Historia de la arquitectura, donde Ginevra estuvo estuvo esperando un poco de tiempo con Clara.

Y ahí mismo, nuevamente, Matteo y Luca vieron a ambas chicas. Luca prefirió seguir su camino, pero Matteo no.

— Ahora tu eres el embobado.

— ¿Te puedes ir callando un ratito, Moretti?

Ahora Luca era el que molestaba. Ginevra simplemente miró a Clara, y Clara miró a Ginn. Ambas rieron ligeramente y después entraron a clase.