Capitulo 3

Persefone: 

Que necesita una mujer para verse bien?, Un vestido largo y ajustado tan ceñido a tu cuerpo que desees mostrar tus atributos al mundo, un kilo enteró de maquillaje que parezcas al mismo Joker o penywise. Un par de tacones que te hagan ver mas altas de lo que no eres y finalmente una dosis de una sonrisa fingida que ni tu madre te cree.

Repase mi figura frente al espejo en la habitación de Dalila, nada mal un vestido de color verde unos par de pendientes de color negro y mi cabello recogido en un moño con una pequeña flor.

Ir a esa fiesta me ha resultado intrigoso y no quiero llamar la atención frente a todas esas personas, se que muchas querrán lucir sus mejores vestidos escotados o de una apertura abierta.

Dalila ya estaba lista al igual que yo, preparandose con el mejor vestido uno color crema de escote  con figura de sirena puedo admitir que le cae bien y un poco mal por lo pálido de su piel.

Pero cada quien con sus gustos fue lo que me dijo mi madre una vez, no hay que criticar a las personas tampoco juzgarlas porque eso no nos hace mejores solo nos hace ser hipócritas y ser los iguales a la sociedad en general.

—Estas bellísima—respondió con una evidente sonrisa forzada, me reí fingiendo que si y simplemente salí por la puerta—¿No nos falta algo más?.

—Lo dudo mucho, solo vamos—aludí caminando hacia el ascensor, las chicas que estaban alojadas en este edificio se habían marchado horas antes contentas y hablando sobre el tema de las prometidas.

—Me siento nerviosa—comentó pasándose la mano por el rostro suavemente—Siento mi pecho salirse de mi corazón.

—Tranquila solo es una fiesta y ya—murmuré mientras el ascensor descendía.

—No es solo una fiesta es..es..

—El baile dónde el rey asistirá y buscará una prometida ya lo sé Dalila y justamente por eso debes dejar de estar nerviosa.

Camine hasta el auto que habíamos pedido y nos subimos en el indicándole la dirección del lugar, Dalila no paraba de hablar sobre cómo sería ver a escondidas al Rey.

Yo por mi parte no quería verlo, bueno si pero muy muy lejos de él en una parte donde sus penetrantes ojos grises no me afectarán, así podría investigar sobre el y sentirme Sherlock Holmes en una investigación sin precedentes.

Ya me imaginaba a mi misma camuflajeandome entre todas esas chicas hipnotizadas por recibir una mirada del rey y gritar como loca, podía sentir el deseo de querer descubrir algo de el.

—¡Oh por dios reacciona!—me apretó suavemente los hombros al ver que no prestaba atención—oh deberías decir por Zeus!.

Se rió en voz alta cubriendo su boca para no expresar cuánto le causaba pronunciar el nombre de Zeus.

—¡Oh por Zeus!—comenzó una especie de ataque de risa loca que de igual forma se me contagió a mi a tal grado que el conductor nos observará como si fuéramos personas ebrias—¡Por Zeus!.

—¿Señoritas..se encuentra bien?—la voz del conductor sonaba asustado y entre raro, contuve el ataque de risa y le pague en efectivo.

—Gracias por traernos y si estamos bien, pase buenas noches—sonreí a modo de disculpa en el cual, elevó una ceja con duda y luego asintió.

Cuando salimos ambas del auto el conductor, parece haber pisado el acelerador porque de inmediato arrancó, en eso Dalila comenzó a reírse con más fuerza señalando el auto de color negro que se fue a toda velocidad.

—¡Viste eso!—la mire de brazos cruzados evitando reírme con ella y suspirando varias veces para que se me quitara ese pequeño momento en dónde el aire parecía droga para nosotras.

—Ya estamos aquí Dalila—señale la puerta tras de mi en donde se podía apreciar a las demás personas.

—¡Oh por Zeus!.

—No comienzes Dalila—advertí entre al lugar junto a ella, ambas entrelazadas de manos.

Por el lugar se paseaban tanto mujeres como hombres, cada uno con su respectivo atuendo también se veían un puesto de comida y un salón de patinaje a hielo, y otro para baile hacia arriba se podía apreciar un balcón iluminado por luces productos del baile seguramente desde ese lugar se asomaria el Rey.

Las chicas caminaban de un lado para otra con una copa en la mano, otras se notaban ansiosas y otras simplemente se alejaban en un rincón esperando cazar a un hombre entre la oscuridad.

Nos abrimos paso entre todas esas chicas hasta llegar al rincón menos poblado pero que nos daba acceso hacías las demás áreas y con una agradable vista al balcón sobre todo que desde ahí nadie te reconocería.

La fiesta se empezó a dar, comenzaron unos bailes de entretenimiento en la pista de hielo dónde muchas chicas con vestidos que parecían leotardos se movían con delicadeza sobre la pista de hielo haciendo piruetas que no yo podría haber hecho en mi vida seguramente terminaría con un pase directo al hospital.

Luego de eso aparecio un oso enorme que hablaba y cantaba mostrando una publicidad sobre las bebidas que las chicas tomaban, luego fueron presentados series de acrobacias con fuego en el pequeño escenario.

Me quedé hipnotizada al ver cómo aquel hombre movía con maestría el pequeño palo que tenía fuego, sin siquiera quemarse aplaudía al igual que muchas otras dando mi visto bueno.

Finalmente comenzó una especie de baile dónde se le daba a las chicas máscaras como parte de la temática del baile, en hielo.

A cada una se le dió casi las mismas máscaras a otras se le dieron unos de colores dorados, a mi me tocó uno en color de plata como muchas otras y a Dalila el color dorado.

Sonrió con nerviosismo a través de la máscara si no la conociera con el vestido no podría reconocerla con la máscara, le hice un pequeño asentimiento que ella entendió, me coloque mi máscara mire entre la multitud ya las chicas no mostraban sus rostros.

Parecían doncellas y nobles entre un baile de máscara dónde el principe azul aparecía y tomaba a la dama para complacerla en un baile.

Comence a mezclarme entre la multitud, observando cómo cada chica era tomada por un hombre quienes también poseían máscaras, camine entre ellas hasta aparecer frente a la pista de hielo, mire el lugar con evidente nerviosismo no quería tocarlo.