El juego del Rey (realeza imperfecta)

Capitulo 6

Persefóne:

—No puede hacer eso— hable con voz neutra—No puede tomar decisiones sobre mi vida reina.

—Si puedo mientras esté sea mi palacio yo tomo las decisiones—comento su voz sonaba serena.

—Pero yo no soy de su propiedad—advertí—Vine por trabajo si no le gusta que no quiera quedarme aquí al menos déjame irme.

—Di una orden—hablo como si nada, volteó a ver a su esposo y tomo su mejilla—Esposo puedes salir?.

No lo pensó simplemente se levantó con un asentimiento de cabeza podría jurar que la mandíbula casí se cae de mi rostro.

Desde cuándo un hombre se deja mandar por una mujer y más siendo el rey.

La puerta se cerró y quedamos las dos en ese lugar mirándonos la una a la otra, mientras que yo la miraba con molestia ella se mostraba cómoda con mi presencia.

—No puede retenerme en contra de mi voluntad—volví a hablar—Usted puede ser la reina tener todos a sus pies excepto a mi, usted no manda mi vida, ni mis decisiones.

Se acercó a mi con ambas manos cruzadas entre si, su mirada era cálida pero aquellos ojos expresaban otra cosa con todo el porte que ella mostraba tomo mi rostro en un suave apretón.

—Soy la reina y yo digo lo que se hace todos me obedecen, si no te gusta puedes morir a manos de mis hombres—La forma en la que hablo fue más siniestra, pero no borraba esa expresión de su rostro.

Sentí temor y rabia, como podía hacerme eso ¿Porque me metí a este lugar? En primera ¿Porque le hice caso a Dalila, aparte su mano de la mía siendo conciente de que no debía hacerle eso a la reina.

—Bien—pronuncié la vi esbozar una pequeña sonrisa, y luego yo sonreí caminando por el lugar con mi bolso dudando de si decirlo a la final hable—Pero me dejara salir del palacio los fines de semana.

—¿Porque haría eso?—preguntó—De verdad crees que yo te daré permiso.

—Lo hará reina—la mire fijamente—Puede que usted mande aquí pero yo sigo siendo extranjera en este país por lo cual es ilegal que usted me tenga contra mi voluntad aún siendo la reina y si no le agrada que me valla entonces déjeme salir los fines de semanas.

—¿Quien te creés para venir a amenazarme?—cuestionó sin perder esa elegancia con la que hablaba pero el tono molesto de su voz no paso desapercibido.

—No la amenazó—argumenté—Solo le estoy advirtiendo y si usted no es tan inteligente para tomar mi propuesta entonces..

—Bien—aseguró—Solo los fines de semanas, ni un otro dia.

—Gracias reina—sonreí ligeramente.

Su expresión se volvió sombría algo que logro estremecerme—Pero no siempre se le cuestiona a la reina, Si haces algo como esto mandaré a torturarte.

Sabía que con ellos no se debían jugar, claro que lo sabía estúpida no era. Asentí con la cabeza para salir de la habitación con una sonrisa impregnada en mi rostro.

—¿Y bien?—preguntó la mujer a mi lado mirándome de reojo—¿Porque la sonrisa?

—Tengo los fines de semanas para salir—aseguré como si nada—Nadie puede hacer nada es la orden de la reina.

—Me sorprende lo valiente que eres—expresó sin dejar de mirar al frente—No todos tienen el coraje de hablar con la reina, apenas la ven se asustan y se arrepienten de haber venido.

—Pero yo soy la excepción—afirme al verla, ella asintió.

—Tu habitación será este—me enseño un pequeño cuarto no tan arreglado los mismo que las demás sirvientas—Se te pagará por tu trabajo en este lugar hasta que la reina decida si será permanente o no.

—Una pregunta—hable antes de que se fuera se quedó quieta sin voltearse—¿Porque el Rey no da la orden?.

—Porque la reina es dueña de todo—se mostró indiferente—Una cosa, No preguntes sobre los Reyes es de por tu bien persefóne.

Lo último lo dijo con una advertencia y con una frialdad en su voz que de inmediato me hizo asentir, (que tanto pasaba en este lugar).

Las dudas nuevamente fueron puestos sobre la mesa de mi conciencia, un Rey que no se muestra ante el público y cuando lo hace no quiero que nadie lo mire, dos princesas y dos principes que portan máscaras representando a los ases, un rey que se doblega ante su reina, y una reina con muchos misterios.

Aparte los pensamientos de mi cabeza antes de que comenzará a dolerme la cabeza, mire la pequeña cama de color blanco parecían ser camillas de enfermeras, el lugar no era tan grande pero se veía sucio y estaba lleno de polvo procedí a limpiarlo cubriendo mi nariz con uno de mis pañuelos, cuando termine y note que los polvos se acumularon en el piso decidí ir hacia el lugar de la limpieza.

Camine por todo el lugar, notando que el palacio era como en esas películas donde se muestran ese gran tamaño dónde una vez soñe con estar en uno, llegué al cuarto donde las chicas estaban tomando sus productos de limpieza al escuchar la puerta se asustaron mirando hacia abajo.

—Tranquilas soy yo—hable reparando en el lugar estaba igual que mi cuarto pero un poco más limpio.

—Hola—tartamudeo una chica de ojos avellanas—Soy Dayan.

—Yo me llamo Sara—respondió una con desconfianza—Y la otra es Lorena ¿Eres la nueva no? 

—Si, cuáles son mis productos de limpieza—ella me pasó un cubo con la escoba, y una esponja.

—Ahi están tus cosas, ahora lárgate—exigió la mire de inmediato con el ceño fruncido mientras escuchaba a Dayan diciéndole que no me tratara de esa forma—¿Y si es igual a Belinda? ¿Quieres que te trate mal? Solo mirala es casi igual a ella.

—No es..no la juzgues por su cabello—murmuró Dayan—¿Tu nos harías daño cierto?

—¿Porque haría eso?—respondí mucho más confundida que antes—Voy a ser directa no entiendo de lo que hablan y si me están juzgando por parecerme a una tal Belinda, es muy molesto de su parte.

—Quien asegura que no eres como ella? Todo en ti grita egocentrismos y superioridad—gruñó la chica de cabello castaño a mi lado.—No soporto a las pelinegra.

—¿Me comparas con ella?—me cruze de brazos mire a Dayan se le notaba asustada eso hizo molestarme más y acercarme a ella bajo la atenta mirada Lorena—Eh visto castañas como tú, pisteando personas maltratando a ancianos, y cuando te vi no te juzgue por tu cabello. ¿Quieres que lo haga? Para ver qué se siente que te comparen con alguien así?.



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En el texto hay: drama, amor, juego

Editado: 30.04.2022

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