El juego del Rey (realeza imperfecta)

Capitulo 10

Persefóne:

Nos miramos entre todas en un breve corto silencio ¿Ya? No sé supone que sería a eso de las doce del mediodía, sin decir ninguna sola palabra avanzamos marchandonos junto con el guardia hacia la sala del trono. no puedo entender para que nos llamó tan temprano, sin embargo para nuestra suerte ya estábamos arreglada adecuadamente para la ocasión.

Cuando llegamos al lugar pude notar una decoración muy elegante en el cual había una enorme alfombra roja que llegaba desde donde mis pies tocaban el suelo hasta el trono de los reyes, la sala es muy grande poseía dos tronos  y cuatros medianos a mi parecer faltaba uno más decidí ignorarlo.

Cuando nos posicionamos a un lado de nuestro lugar comenzamos a mirar fijamente el trono mayor parecía ser de oro puro algo sumamente extraño excepto para los ladrones quienes no se lo pensarían dos veces antes de querer llevarse aunque sea una porción de ello.

—Jamas me imagine algo como esto—habló Lorena rompiendo el silencio.

—Es hermoso—respondió Dayan con una sonrisa y un pequeño rubor en sus mejillas.

—Mas que eso..esto..¡esto parece ser hecho para Reyes!—exclamo Sara, todas soltaron una pequeña risa a excepción de mí.

—Son Reyes ¿Recuerdas?—se burló Lorena con una leve sonrisita—¿Persefóne que opinas?.

—Supongo que se ve bien—respondí observando las paredes de ladrillo y cemento.

—¿Solo eso? Debes estar ciega para no ver lo que grita este lugar—Expreso Sara de brazos cruzados.

—No estoy ciega—murmuré caminando lentamente por el lugar sentía la sensación de querer acariciar aquellas paredes—Solo que no me asombro tan fácilmente.

No cuando has visto un casino lujoso perteneciente al rey no es de esperarse ver tanto su habitación como la sala del trono expresando belleza y esplendor.

Pasaron algunos minutos y note como algunas chicas de cocina comenzaban a entrar riendo la una a la otra para luego detener su sonrisa y observar con los ojos abiertos el lugar, justo como las demás quedaron.

Así paso hasta que el salón quedó lleno con todo los súbditos, quedé un poco sorprendida al ver un sacerdote entrar por la puerta acompañada de su discípulo sin embargo pude ocultar muy bien aquella expresión de sorpresa que se reflejaba en mi rostro.

Observé como Belinda me dió una leve mirada cargada con una sonrisita maliciosa que no paso desapercibido para las tres, iba acompañada de un apuesto hombre que supuse es el general.

Entraron más personas hasta que al final comenzaron a sonar una especie de trompeta en dónde se daba anuncio a la entrada de los principes es lo que me dijo Sara.

Por la puerta de color marrón entraron cuatros personas con una apariencia sumamente atractiva, los rostros de los principes y las princesas parecían estar bañados por el mismo manantial de la luna y el cabello rubio bañado por el sol.

Los principes expresaban tentación es difícil no ignorar aquellos ojos azules que poseen, aquella mirada penetrante ni aquel porte que tiene el rey.

Solo los del palacio pueden ver la cara de los reyes y los principes.

El mundo inferior como ellos le dicen, no pueden ver su rostro está prohibido.

Recordar las palabras dicha por Lorena y Sara me hizo pensar en aquella vez cuando llegue a mirar al rey a su rostro, cuando llegue acá y pude conocer a la reina y ahora a los principes así como a las princesas.

Su rostros ya no es misterioso sin embargo su personalidad y todo lo demás que conlleva su apellido si lo es, di un pequeño suspiro y mire nuevamente hacia la puerta.

En ella entro la reina con aquel porte que podía reconocer en tan solo una persona, su cabellera de color oscuro ondulado esta recogido en una pequeña trenza sostenida por la corona de diamantes sobre su cabeza, sus ojos grises que mostraban calidez y frialdad miraban para todos lados hasta toparse con los míos, sonrió lentamente como si estuviera alegre de que yo me encontrará en este lugar.

Divisé que camino hacia uno de los tronos del centro y se sentó sobre el con ambas manos sobre su vestido de color verde adornado con pequeños destellos dorados.

Y finalmente giramos todos como si estuvieramos sincronizados para voltear hacia la puerta donde entraba el con una mano puesta sobre su inusual ropa negra de botones dorados, llevaba su cabello oscuro peinado para atrás y unos cuantos mechones al frente junto a la corona dorada sobre su cabeza y luego aquellos ojos grises que más de una vez observé.

Baje la cabeza para evitar conectar con su mirada ya que era suficiente con el de la reina me escondí detrás de Lorena mientras esperaba que el caminara hacia su trono.

Una pregunta comenzó a rondar por mi cabeza.

¿Y el rey?.

No sé supone que cuando una reina se sienta también lo debe estar el rey, ¿dónde está el? El primer día que llegue a este lugar lo ví a lado de la reina pero hoy que es un día importante no está.

Es extraño algo sumamente extraño, un nuevo misterio que se debe resolver.

—Levanta la cabeza—abrí levemente los ojos respire profundamente y eleve la cabeza hasta cruzarme con su mirada.

Nuevamente la situación incómoda y extraña se eleva en el ambiente cuando estoy junto a el, tal vez el no lo sienta porque es el efecto que causa en todas y también en mi.

—Rey—pronuncie con voz neutra.

—Persefóne—respondío de la misma forma.

¿Y ahora que? 

Nuevamente la incógnita del momento, en este instante parecía ser más una especie de películas en dónde los protagonistas siempre se encuentra cuando se cruzan por el camino y luego de eso comienza una extraña historia de amor.

El único programa que recuerdo haber visto es el de high school music y no me imagino a rey cantando por amor.

coloque mi mano sobre mis labios conteniendo la pequeña risa al imaginar al Rey con aquel traje y aquella mirada cantado frente a todo el mundo.



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En el texto hay: drama, amor, juego

Editado: 30.04.2022

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