Capitulo 15

Persefóne:

—El rey administra todas las empresas hoteleras y los casinos—me informo Deniska con los documentos en la mano mientras se movía de un lado para otro con elegancia—El rey está al pendiente de todos los informes financieros de las cifras del casino.

—¿Y los hoteles?—preguntó con intriga respecto al tema.

—Por ahora su hermano es quien se encarga de ello—respondió subiendo las escaleras mientras miraba al frente—El rey tiene otros asuntos aún así no deja de echarle un ojo a las empresas hoteleras.

—Es un CEO—afirme caminando junto a ella había dejado hace un buen rato la oficina de Deniska crei que el Rey tendría la habitación en una parte donde no me hicieran hacer subir escaleras.

Siento que lo hizo por maldad.

—Si—fue lo único que dijo antes de tocar la puerta de habitación.

Cuando nadie respondió ella procedió a abrir la puerta e inclinar la cabeza en una reverencia ante el Rey el cual se encuentra sentado en el sofá mirando por la ventana de la habitación.

—Persefóne, Deniska ¿Que ocurre?—esto último se lo pregunto a ella quien no dudo en acercarse a pasos apresurado para explicar la situación.

Yo por mi parte comencé a ver el lugar, de verdad que no paran de mostrar lujos en este lugar, la habitación es hermoso.

Es de un color entre blanco y gris, tiene un candelabro justo en el centro del techo casi dando hacia la enorme cama cubierta por sábanas de color azul, tiene un nuevo estante dónde se puede apreciar sus libros y sobre todo parece tener un gran armario.

Es decir que tiene demasiada cosas en esta habitación.

—¿Te gusta?—preguntó sin ninguna emoción en su voz voltee a verlo y pude ver qué me miraba espectante—Lo prepare especialmente para ambos.

—Oh..—fue lo único que dije, repasando nuevamente el lugar—¿Porque? Si aún no somos pareja es más no acepte el compromiso.

—No puedes escapar persefóne lo sabes—cerró el folder levantando su mano para que Deniska se fuera.

—¿A qué juegas Rey?—fuí sin rodeos planteandome frente a el, levanté mi rostro con desafío—Se dice que cuando alguien incumple las reglas que tú pusiste, tu destruyes a la persona ¿Es eso cierto?

—Es cierto persefóne—desanudo su corbata mientras me miraba directamente a los ojos, se acercó a mi y levantó mi barbilla con delicadeza—Y yo recuerdo claramente que imcumpliste las reglas.

—¿Que me harás?—pregunté cerca de el, odiaba que fuera atractivo y que sobre todo me afecte su presencia.

—¿Que te haré?—se separo de mi caminando hasta el sillón cruzando la pierna hacia el otro lado dándole un toque más varonil—¿A qué jugaré? No lo sé persefóne se supone que eres una excelente jugadora, debes saber lo que tengo planeado para tí.

—El compromiso es para atarme a ti de por vida cierto?—pregunté sentandome en el otro sillón de la misma forma que el—Quiero que acabes con esto ya cubo de hielo, ¿Cuál es tu juego macabro?

Soltó una risa que a mí parecer resultó demasiado atractivo es que verlo sonreír y reírse es algo nuevo, sus ojos grises volvieron a conectar conmigo.

—No existe ningun juego macabro persefóne—respondió con seguridad—Mi juego ya empezó debes saberlo ¿No? Tu no puedes deshacerte del compromiso.

—¿Porque? Amenazaras a mi familia?—me burle frente a el apretando los puños.

—Puedo hacerlo cuando yo quiera—expresó mirándome con seriedad—Pero tu familia no debe pagar la que tú has hecho y estás haciendo, soy un hombre muy calculador te debes de haber dado cuenta yo uso lo que tengo a mi favor y tengo muchas cosas de ti a mi favor persefóne.

—¿Que he hecho?—cuestioné relajándome—Lo único que hice fue mirarte, hablarte y ahora jugar contigo.

—Persefóne iré directo al grano—movio ambas manos y luego se volvio a levantar del sofá hasta llegar hasta mi y aprisionarme en el sillón—Me interesas, mi hermano debió habértelo dicho.

—No soy su conejillo de indias—gruñí mirándolo con firmeza.

—¿Lo dices porque me resultas interesante?—cuestionó mirándome con la frialdad de siempre—Persefóne cometiste un error, un error que nos está costando y sobre todo no está afectando.

—¿Cuál es?—interrogué con burla, el rey parece estar confundiendo mi mente sigo sin entender.

—Algo muy simple como llegar a este palacio e intentar descubrir algo sobre nosotros—me quedé estática y el solo me observa como una presa—Estas en mi territorio y por lo tanto tengo oídos por todas partes, no puedes venir a este lugar y jugar a la detective justamente por eso es que ahora eres mi prometida.

—Yo..

—Persefóne no queria jugar un juego contigo, me bastaba con chasquear un dedo y hacer que todo tu mundo se viniera abajo pero tú me resultas demasiado interesante que ahora caiste en un juego del cual no tienes conocimiento—sonrió de lado acariciando mi rostro provocando pequeñas descargas electricas.

—Voy a jugar—dije tanjante sin miedo alguno—No voy a suplicar piedad ni tampoco desmentir que quiero saber sobre ti y todos ustedes, si vas a jugar conmigo entonces yo también lo haré como voluntaria entro a tu juego.

Parece haberle sorprendido mis palabras pues se separó de mi de sospeton para luego observarme de reojo mientras yo intento controlar mi respiración errática su perfume hace estragos en mi y me lleva a algo que no debo pensar.

¿Porque el me afecta tanto?

—Bien asumí que dirías eso—mintió caminando hacia una de las gavetas de color blanco en el cual saco una caja con algo del cual ya tengo conocimiento—Primero jugaremos un juego sencillo y si ganas te diré lo que haré contigo.

Algo en esto parece no cuadrarme siendo el Rey se de antemano que no soltará todo pero si tengo la ventaja suficiente por supuesto que no dejaré intimidarme por el.

Puede ser un apuesto y atractivo hombre de negocios y Rey de este reino pero fuera de eso es un ser humano como yo y todos como yo.

Cometemos errores en algún momento y el no es excepción.