El juego del Rey (realeza imperfecta)

Capitulo 16

Persefóne:

Bostezo acostumbrandome a la luz que proviene del sol supongo que corrieron las cortinas que tapaban las ventanas, me levanto y miro para todos lados.

Genial persefóne, estás descansando junto al rey.

—Valla te desperté?—preguntó arreglándose la manga del saco sus mirada me repaso de arriba a abajo—¿Cómo dormiste?

—No me has despertado—aseguré sintiéndome incómoda ante él—dormi bien ¿Dónde vas?

—¿Metiéndote en el papel de esposa tan temprano—diablos metí la pata, elevó la cejas mientras se arregla la corbata—Como eres mi prometida y se que no harás nada en mi contra, iré a los casinos debo resolver un asunto.

Lo de las cifras y la cantidad de dinero incorrecta.

—Esta bien—tome la toalla y mi prendas para ir hacia la ducha—Quiero informarte que hoy trabajaré junto a las chicas de limpieza, no puedes prohibirmelo.

—Si puedo—me retuvo sosteniendo mi brazo—Eres mi prometida todos tienen los ojos puesto en ti, eso puede manchar tu reputación persefóne.

—Kilian—lo tutee volteandome hacia él—A mi no me importa mi reputación, que crean lo que quieran de mi, yo voy a trabajar quieras o no.

Deshizo su agarre de mi mano y yo rápidamente entre a la ducha para darme un baño, estoy consciente de lo que puede causar que trabaje como aseadora para los reyes, necesito estar pendiente a Dayan y a las chicas no puedo abandonarlas.

Se que Belinda posiblemente puede estar torturandolas psicológicamente y note que Dayan es una persona que tiene miedo a muchas cosas y sobre todo a Belinda por lo tanto siento ese deseo de protegerla y eso haré.

Salí del agua secando mi cuerpo con la toalla me coloque la ropa interior y finalmente el vestido floreado sencillo de mangas cortas.

Arregle mi cabello en un moño largo y trenzado luego cepille mis dientes, salí del baño y camine hacia la cama donde encontré a Kilian sentado sobre la cama con la mirada puesta sobre un libro.

—¿Que me vas a decir?—pregunté cruzandome de brazos, levantó la mirada hacia mi escrutandome con ella—¿Kilian?

—No te diré nada, se cómo eres persefóne—comentó acercándose a mi, acaricio mi mejilla con suavidad—solo voy a despedirme de mi prometida como se debe.

Fruncí el ceño al verlo depositar un beso nuevamente en la comisura de mis labios, sus ojos grises me observan con frialdad y luego camina hasta la puerta.

—Persefóne no faltes a las clases de baile que Deniska tiene preparado para tí, en unos cuantos días nos iremos—demandó con autoridad cerró la puerta tras de él.

¿Clases de baile?

Es que el quiere acabar conmigo?

Bufe tratando de no quejarme en voz alta, me acosté en la cama mirando hacia el techo, escuché el sonido incesante del reloj y el ruido del ventilador en el cuarto.

Kilian se notaba demasiado serio es claro que el problema de las cifras debe haber afectado su capital en el casino, puede haber una perdida si el no lo resuelve.

Parecía estar molesto y lo ví llevarse un maletín junto a un arma en su cintura, sin duda Kilian infringe miedo en las personas.

Y a pesar de estar molesto me trató con normalidad como el suele hacerlo es sorprendente como puede contener sus sentimientos y emociones.

Tengo que tener cuidado con Kilian es más que claro que ese beso fue un bandera para el comienzo del juego y yo debo jugar su juego pero a mí modo.

—Bien vamos a ir hacia la cocina—hablé para mí misma con un sabor amargo—Controlate persefóne.

Esto te afecta y si no reviertes las cartas entonces vas a perder.

Eso nunca.

Salí de mi habitación y camine por los pasillos con la mirada en alto, me dirigi hacía el cuarto de limpieza mientras pienso en un plan en el cual pueda descolocar por completo al rey.

Pero ese hombre parece ser de hielo puro pues no demuestra su sentimiento con facilidad y no sé si la sonrisa que da es verdadera o falsa.

No puedo dar un paso en falso si lo hago posiblemente valla a actuar mucho más rápido que yo, y no quiero eso necesito descolocar al Rey ver un punto débil que será difícil de conseguir.

Kilian el puede saber todo de mi pero yo nada de el, es claro la desventaja que tengo en su juego.

Bendita la hora en la que mi padre decidió ocultar información acerca de mi, si no hay si estaría en una desventaja considerable y sobre todo perdería contra el.

—¿Que paso Dayan? ¿Te olvidó tan rápido tu amiga? Solo jugó contigo como yo lo hice con ustedes—Belinda estaba de espaldas hacia mi—Me causa risa que ustedes sean tan ingenuas y estúpidas. Ella es justo como yo.

Sara me observo de reojo levanté el dedo índice de que hiciera silencio asintió con disimuló mientras ardía de rabia podía notar la silueta en su mejilla.

—No hables más de ella Belinda—salió en defensa Lorena ocultado a Dayan detrás de ella—Persefóne demostró ser diferente a ti, jamás te compares con ella y aunque lo hagas tú a lado de ella pareces una mosca a la cual pisar.

—¿No tienes un mejor argumento Lorena? Les recuerdo que ustedes la juzgaron cuando llegó aca y ahora mira lo que hizo, las ha dejado sin importarle una miseria lo que les pase a ustedes—se rió colocando su mano en su cintura—Y ya que ella se irá pronto de aquí, disfrutaré mucho estar con ustedes.

Dayan se percató de mi presencia por lo cual se acercó a mi corriendo con lágrimas en los ojos pude observar que tenía todo el cabello desgreñado.

Controlate persefóne.

Belinda se volteó a ver a Dayan y quise reírme al ver la expresión que colocó cuando me vió parada justo allí con la mirada en lo alto y con unos ojos totalmente amenazadores.

En esto momentos siento irá hacia ella, me molestan las personas que se aprovechan de otras y parece que las advertencias que le di no funcionan con ella.

—Persefóne estás aquí—murmuró en voz baja Dayan bajando la mirada.

Dayan siente vergüenza de ser así puedo verlo, así como también tiembla es claro que Dayan es la que más ha estado sufriendo con todo esto.



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En el texto hay: drama, amor, juego

Editado: 30.04.2022

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