El juego del Rey (realeza imperfecta)

Capitulo 20

Persefóne:

Las personas reaccionamos de diferentes formas bajo presión y ante el nerviosismo, miedo o dolor, ya sea de manera racional o irracional, Ya sea de una forma en el cual aceptemos nuestro errores o en momentos dónde la irá y la desesperación por buscar salida nos hace actuar como verdaderos animales, sin control alguno, listo para atacar, no importa si nuestra mano tiembla con nerviosismo o una gota de sudor baja sobre nuestra frente, están listo para todo.

—Freddy.—murmuré en voz baja tratando de aparentar la calma que no tenía, mi vida está frente a mis ojos indicándome que con solo apretar el gatillo hasta ahí llegó.

—¡Callaté!—gritó provocando que me sobresalte a su lado—¡Vamos firma ese contrato o ella muere!

Está cegado por el miedo, por el temor, por qué sabe que no tiene salida, no ante el rey, sabe que no saldrá vivo y arrastrará a quién sea en el proceso.

—Hermano.—Escuche la voz de Heather a su lado, puedo oírla preocupada.

—¡Que esperas! ¿¡Crees que juego!?—levanto su arma obligo a me volteará y disparo cerca de mi rostro cruzando la bala hacia la pared, nuevamente le quitó el seguro y volvió a acomodarme hacia la vista de Heather y kilian.

Ella está tratando no mostrar su miedo, sus ojos conectan con lo mío, el agarre de Freddy está apretándome con fuerza, conecto mis ojos con aquel hombre sentado con la mirada fría hacia Freddy.

Sus ojos poco a poco llegan hasta los míos, nuestras miradas se cruzan el uno con el otro, jadeo al ver cómo sus ojos grises que normalmente no muestran nada más que un vacío en ellos, ahora demuestran otra cosa.

Está furioso.

Tragó saliva sintiéndome cohibida y pierdo la noción de la situación en la que me encuentro.

Freddy se acerca más hacia ellos y de inmediato Kilian pone a su hermana detrás de el, levantándose para protegerla con su cuerpo.

—¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?—habló con burla mientras su voz tiembla, puedo sentir su mano fría.

—Dime que debo hacer contigo.—preguntó el Rey sin quitarle la mirada de encima—Le apuntas a mi prometida y encima vienes a ¿amenazarme?

—¡Firma el puto contrato ya!—vociferó colocando el arma sobre mi cabeza su mano tiembla pero puedo escuchar lo decidido que está, mi cuerpo se estremece con temor y la palidez que se quiere formar en mi rostro va a ser evidente.

—Baja el arma si no quieres que tu cabeza se vuele en pedazos.—habló una voz muy conocida detrás de nosotros, escuché solo el sonido del seguro del arma—Sueltala.

—No.—volteo hacia Daven quien se encuentra con un atuendo elegante de color gris, sin quitar el arma de mi cabeza—Primero haré que firme ese contrato si no quiere a su prometida muerta.

—¿Creés que lo hará?—cuestionó Daven con la misma seriedad que Kilian hace unos minutos.

—Lo hará, si ella le importa lo hará.—Daven resopló y antes de que me pregunte qué paso, se escuchó otro disparo, solté un grito cuando el cuerpo de Freddy cayó en el suelo.

Voltee a ver hacia atrás y solo observé como Kilian levanta su arma con firmeza, la mirada está puesta sobre mí.

—Quiero paramédicos.—le ordenó a su hermano, llevando su arma hacia la cintura—Lo quiero vivo.

—Ya me adelanté.—mencionó Daven mirando a su hermana quien se le nota asustada—¿Cómo estás?

—Bien.—respondió Heather, retrocedo calmando mi respiración y el miedo que sentí minutos antes.

Los paramédicos llegan y levantan el cuerpo de Freddy en una camilla, se lo llevan del lugar mientras yo miro fijamente la sangre en el suelo.

Esa pude ser yo...

Otra vez te salvas de la muerte.

Alguien acaricia mi hombro lentamente, mientras mira hacia el piso, puedo escucharlo resoplar disimuladamente.

—¿Estás bien?—consultó con frialdad, le doy una mirada rápida a Daven y Heather ambos se encuentran juntos observando el contrato del cual inició todo—Responde.

—Perfecta.—murmuró con sarcasmo mi mano tiembla y de inmediato entrelazó mi mano para evitar mostrarme débil.

—Estuvieron a punto de meter una bala en tu frente, dudo que lo estés.—respondió sin dejar de mostrarse molestó—No tienes que mentir.

Me volteó a verlo y tocó la camisa de su pecho arreglando su corbata mientras levantó la cabeza y mi labio tiembla pero mi voz suena segura.

—Cuando se trata del rey, no es bueno mostrar vulnerabilidad.—anuncie con una sonrisa forzada, tomo mi bolso del sofá y camino hacia afuera de la oficina ante la mirada de la secretaria quien se muestra preocupada.

Bajo las escaleras y observo a las personas bailar jugar como si nada y es obvio, el sonido de la música está a todo volumen y los gritos de las personas quiénes tienen suerte hace que otros lo celebren.

Me acerco a la barra, y pido un whisky para beber mientras cruzo la pierna veo de reojo a las personas.

Mientras ellos festejan, ríen, gozan, mi vida estaba a punto de ser nada, por un idiota quien se cree astuto.

Tomo el primer trago con mucha fuerza dejando el vaso y pidiendo otro, busco con la mirada a quien sea para ver si puedo olvidar lo sucedido.

¿Nerviosa? ¿Quién no? Yo no soy de piedra, soy como todos, por lo tanto me encontraba aterrada en una situación como esa, la calma que poseía es sorprendente.

—Otra por favor.—hablé bebiendo de golpe el tercer vaso, siento a alguien sentarse a mi lado, los recuerdos poco a poco comienzan a borrarse de mi mente.

No pienso correr como una damisela a los brazos de Kilian.

Por muy tentativo que sea, me abtengo.

—¿Mal día?—preguntá la voz graciosa y cautivadora del chico a mi lado, volteó a verlo y observo su sonrisa más reluciente sobre su rostro.

—Tal vez.—dejo que el siguiente líquido queme mi garganta mientras, observo el vaso a lado del chico.

—Valla y se puede saber ¿quién te dejo en ese estado?

—¿Cuál?

—Te has bebido cinco copas y sigues sobria.—responde llevando su bebida hacia sus labios, saborea lentamente y sonríe guiñando un ojo hacia mi dirección.



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En el texto hay: drama, amor, juego

Editado: 30.04.2022

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