El juego del Rey (realeza imperfecta)

Capitulo 21

Persefóne:

Su mirada se centra en mi, mientras sonríe con encantó, pasando los billetes al crupier, su mirada no se despega de la mía.

Escucho a alguien a mi lado toqueteando mi hombro, volteó de reojo a ver y observo a Dalila quien me sonríe con alegría, luego su mirada pasa hacia Tatiana por lo cual ella se sorprende.

Si..no es común ver a una princesa en una mesa de blackjack.

Tatiana lleva un vestido bañado en lentejuelas corto pero elegante con un escote de corazón en el cual sus pechos le dan un toque más atractivo al vestido, provocando las mirada lascivas de los hombres.

Sin embargo yo no parezco quedarme atrás pues aunque mi vestido no tenga lentejuelas, si se muestra atractivo y elegante de manga largo pero con escote y una apertura corta en la pierna.

—Persefóne es la princesa.—jadea Dalila a mi lado con entusiasmo—Es la princesa ¡oh por Zeus!

Sonrió hacia Dalila negando con la cabeza, el silencio en todos es sepulcral los jugadores que están en la mesa se debaten si quedarse al juego o no.

—¿Pueden jugar con nosotras?—preguntó con voz dulce recogiendo su mechón hacia atrás, mientras pestañea suavemente eso basta para que los hombres digan que sí.—Estoy agradecída.

—No esperaba verte aquí.—le digo a Dalila, mientras mantengo la mirada fija hacia Tatiana.

—Yo tampoco pensaba estar aquí, pero sentí la necesidad de venir a relajarme y tal vez...

—Encontrarme.—afirmó.

—Si..tenía pocas esperanzas porque bueno tú estás en el palacio.—asientó cuando comienzan a repartir las cartas.

—Las reglas del juego son los siguientes.—comienza a hablar el crupier hacia nosotras con evidente nerviosismo.

—Nosotras sabemos.—lo decimos al mismo tiempo con la mirada puesta la una sobre la otra.

—Persefóne ¿Mi hermano te dejo jugar acá?—preguntó con una sonrisa hacia mi lado que de inmediato las personas escucharon para girar atentos hacia la conversación.

—Lo mismo digo princesa.—habló con el mismo desdén que ella—Dudo mucho que a una princesa la dejen jugar estos juegos.

—Te equivocas.—habló revisando sus cartas—Mi hermano me lo permite.

—¿En compañía de todas estas personas?—consulto con una sonrisa falsa que solo ella entendió.

—Que comienze el juego.—habló sin rechistar el crupier, reviso mis cartas a mi lado sin expresión alguna.

Esto se pondrá muy interesante...

—Espero de todo corazón que ganen caballeros.—menciono con voz delicada la princesa, llevando su cabello hacia sus dedos y relamiendo sus labios.

El arte de la seducción.

No sé porque no me sorprende.

Va a hacer que los hombres pierdan la concentración.

Lastima que yo no sea uno.

—Igualmente yo.—esbozo una pequeña sonrisa tomando unas de mis cartas.

Los murmullos se comienzan a escuchar y el ambiente se vuelve tenso, es evidente la expresión de ambas, algunos piden cartas para completar los números.

—Quiero una carta.—respondó y el crupier me deja uno lo tomo sin siquiera voltearlo, puedo observar la sonrisa asomarse sobre su rostro.

Y sus ojos retadores hacia el mío.

Ella sabe que si yo llego a pedir una carta sin un blacjack natural, automáticamente pierdo el juego, porque el crupier debe tener un blacjack al igual que otro jugador pero si su juego es igual que el mío y alguien más tiene un blacjack entonces automáticamente esa persona gana, y el crupier pierde.

Las reglas del juego son así, reglas son reglas, todos muestran su carta y yo intercambio la mía dándole la carta oculta al crupier quien eleva la ceja un poco asombrado y luego lo deja en su lugar, muestro un número bajo a los esperado así que tengo que entregar la apuesta que realize.

Escucho las quejas de los espectadores y entregan su billete hacia otras personas, Dalila a mi lado se queda en silencio sin saber que decir o hacer.

—¿Porque hiciste eso?—preguntó indignada después de uno segundo.

—Entro a juego.—habló nuevamente después de algunas partidas está es la quinta y en todos se muestra a Tatiana sonriendo hacia mí.

Le encanta ser el centro de atención eso es evidente, cree que porque pierdo no estudio todo lo que ella dice o hace, me deja ver más de ella, de lo que ella puede retener, apuesto dos fichas.

—Estás perdiendo plata persefóne—comenta con burla disimulada hacia mí—¿La suerte no te acompaña?

Sonrió forzadamente logrando que su sonrisa se agrande y los demás espectadores se rían a su lado acompañandola.

—No lo hagas nuevamente.—susurró Dalila dándose cuenta de la actitud de la princesa hacia mi persona—No lo hagas.

—Igualo la apuesta.—afirma Tatiana mostrando dos fichas seguidos de las personas a su lado.

Volvieron a darnos dos cartas a cada jugador, todos se encuentran nerviosos y asustados, claro porque la princesa ya lleva cuatro ronda ganada y ninguno ha podido ganar.

Elevó un poco la cejas y vuelvo a revisar el número, el crupier me escruta con la mirada como sabiendo que lo pediré por lo cual lo escucho resoplar.

—No lo hagas persefóne.—musita Dalila con molestia a mi lado.

Las cartas vuelven a mostrarse y todos los números son más bajos que otros, le pasó la carta al crupier y el resopla pasandome una carta con rapidez, la princesa muestra su número que es un número no tan alto pero no tan bajo con la cual a ganado.

Un perfecto veinte que no se cómo lo consigue.

Muestro mi carta, dieciséis bajo al igual que el crupier, de pronto ella se levanta y se dirige hacia nosotros.

—¿Que pasa princesa?—preguntó con ambas piernas cruzadas y mirándola con gracia.

—¿Porque en cada juego entregas una carta? ¿Acaso es mucho menor que el que tienes?—pregunta con burla, todos la veían con adoración y yo solo podía verla de otra forma.

—Quiero que me muestres todas las cartas que sacó y las conectes con las que tiene en la mesa.—ordenó y la palabra de la princesa es ley a diferencia de la mía.



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En el texto hay: drama, amor, juego

Editado: 30.04.2022

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