Capitulo 22

Persefóne

Suspiro caminando por las calles de Canadá acompañada de Dalila quien aún trata de asimilar la noticia de que soy prometida del rey. cuando se enteró comenzó a gritar, luego cuando comenté sobre la reina a despotricar y cuando le conté sobre Belinda a maldecir.

Si es extraña.

En fin me había llegado una carta temprano que dice que debo volver en la noche, porque al día siguiente haremos un viaje a uno de los reinos vecinos por lo cual mi deber es acompañar a Kilian.

Si Kilian y yo solos en un viaje a un país diferente, gente desconocida y lo único que tendré conocido a mi lado será un hombre con traje y profundos ojos grises.

Nada alentador pues yo le gane a su hermana en blackjack y se humilló sola.

Llegamos a un pequeño restaurante en el cual nos recibe el olor a comida y otros productos, buscamos una silla apartado y nos sentamos una frente a la otra.

—Serás.. persefóne Halmiton—habló luego de unos segundos de total silencio, su mirada se asombro aún se mantiene sobre mí.—Eres afortunada.

—Yo diría lo contrario.—contesto con una sonrisa misteriosa, apoyo mi mano debajo de la mesa.—El rey no muestra sentimiento alguno es como un robot.

Levantó la mano doblando el dedo pulgar para llamar la atención del camarero quien viene hacia nuestra dirección listo para tomar un pedido.

—Quiero comer mariscos con arroz.—respondo no muy segura de que elegir, el chico asiente y se va mientras volteó a ver a Dalila quien me observa con una sonrisa pícara.

—Pero te beso.

—Solo fue un beso normal, es parte de su juego.

—Pero lo hizo Perse, y si lo hizo quiere decir que no es tan inmune a tí—pienso por unos instante en aquellos ojos grises cargados de furia y me estremezco.—Pero parece que tú también estás cayendo.

—Qué cosas dices.—niego con la cabeza esperando el plato—No siento nada por el.

—¿Ah? ¿No?—eleva la ceja muy segura de si misma y eso me hace soltar una mueca porque tiene razón.

El camarero deja el plato en la mesa y yo agradezco la interrupción porque de inmediato comienzo a comer sin darle tiempo a Dalila de que hable.

No quiero pensar que siento algo más que atracción hacia el rey, si hago eso caeré en su juego y no podré salir con facilidad de el.

Quiero que seas mía persefóne.

Aparto los pensamientos que mi mente obtiene de una simples palabras como esa, concentró toda mi atención en la comida, mientras pienso en otro asunto como Tatiana.

La dejé en un estado del cual no se puede recuperar y aunque quise ser buena con ella y que nadie se enterará, ella sola se delató provocando que todas las burlas cayeran sobre ella.

Siento el deseo de Huir y ver a mi padre, bien podría hacerlo, dejar todo y tomar el primer avión y desaparecer pero algo me dice que el rey me tiene muy vigilada y antes de que ponga un pie fuera del país me raptaria por órdenes suyas pero..

Tampoco deseo irme de su lado.

Me atoro con la comida ante el pensamiento que aparece en mi mente, tomo el vaso de vino de uva y cuando me siento mejor dejo la comida a un lado para ver a Dalila, está sigue sonriendo.

—No quiero que digas nada.—sentencio con seriedad mientras me levanto y la veo a ella levantar la mano para pagar la cuenta.

Camino hacia afuera dejando que el frío viento pegue sobre mi cuerpo provocando algunos escalofríos en mi.Dalila se me une entrecerrando los ojos ya que a ella le molesta mucho el viento.

Camino junto a ella por las calles de valletale devuelta al apartamento, tengo que regresar al palacio cuánto antes para comenzar a empaquetar mi ropa.

—Persefóne.—Dalila está a un costado de la puerta del apartamento con la mirada hacia mí habla con mucha sabiduría—Sabes que si llegas a enamorarte y te niegas al amor, no habrá vuelta atrás, ¿sabes lo que dicen en los casinos?

—El que no arriesga no gana.—respondo por ella y está sonríe.

—Habra momento en que valdrá la pena arriesgar todo por saber la verdad y se que sientes deseo por hacerlo, solo hazlo en el momento justo—desaparece cruzando la puerta, me quedo quieta admirando el cristal de la puerta.

Camino de vuelta hacia la parada y observo que un carro de color oscuro se acerca, entro en el y a lado mío está Daven con unos papeles en la mano y la mirada sería.

Lleva puesto una gabardina que parece algo abrigador, también lleva puesto un gorro para el frío y unos guantes de látex, lo puedo ver mover su mandíbula y sus labios mientras lee en silencio el contrato que lleva en su mano.

—Evita hacer eso persefóne—exige Daven de la misma forma que lo hizo el rey en su momento, su mirada cruza con la mía pero en esto momentos solo veo el matiz de sus ojos azules.

—El te mando no es así.—digo casi de inmediato recomponiendome de la fuerte mirada que dió Daven.

—Si, se aseguro de que te lleve al palacio a salvo—habla volviendo a lo que hacía, a diferencia de Aren, Daven parece ser un hombre de negocios conocido bajo la fachada del hombre fuerte.

Kilian tiene un aura oscura de frialdad, que lo predomina en si, el no finje y aunque lo hiciera eso lo convierte en un perfecto mentiroso, sin embargo con Daven es diferente se muestra frío. no obstantela comodida que existe dentro del auto dice lo contrario, sus ojos poseen ese brillo peculiar cuando una persona se enoja. Aunque no lo crea de su labio sale mentiras pero su expresión corporal jamás miente.

Eso de que la mujeres poseemos un sexto sentido no sé si es cierto, yo solo veo a Daven una persona encerrada buscando liberarse que a de ser de las garra de su madre y para mantener las apariencias decide portarse justo como su hermano todos lo hacen a excepción de Tatiana.

Tatiana muestra rebeldia bajos esos inocentes ojos azules que posee, su cara parece ser la de una niña pero su alma para haber sido tallada por lo mismos demonios, Tatiana puede mostrarte dos cara de su moneda si ella así lo desea. No le importa la consecuencias y si en momento llega a fallar supongo que el resultado no será nada bueno.