El juego del Rey (realeza imperfecta)

Capitulo 23

Persefóne:

Aparto el libro de mis mano mientras las palabras quedan en mi mente soltándose como discos rayado, ingreso hacia unas de las gavetas y busco una peinilla para desenredar mi cabello, poco a poco mi mirada se encuentra perdida lejos de estos lugares.

Ya han pasado algunos años y aún recuerdo en momento, un momento en dónde mostré debilidad y el precio a pagar fue atroz.

—Sueltame, no quiero hacerlo hoy no—le respondo apartándome de inmediato—No me siento cómoda.

—¿Y cuándo lo harás?—me pregunta con burla en su mirada—Ya no eres una niña persefóne eres una mujer y como mi novia tu deber es tener relaciones sexuales conmigo.

—Eh dicho que no me siento cómoda.—le grite tratando de escapar, sin embargo en el estado en que el se encontraba no me dió la oportunidad para salir.

Un disparo resonó por toda la habitación rozando mi pierna grite con dolor y cuando sus hombres intentaron entrar el no le permitió.

—¡No! ¡Que haces!—vocifere tratando de no mostrar debilidad mi padre me creo a base de trabajo y sudor, no puedo simplemente mostrarme asustada como un conejo.

Pero el es aterrador, sus ojos, sus pupilas dilatadas no queda nada del aquel dulce hombre al cual le entregué mi amor, gritos de dolor resuenan por la habitación mientras el sastisface un deseo mundano que a él solo le causa placer.

Suplico, suplico a más no poder, intento separarme odio que mi cuerpo traicione a mi mente, lo escucho diciendo miles de obseninades mientras hace de la suya.

Mi pierna desangra pero a él ya no le importa nada se convirtió en un mounstro que por fin mostró su cara, me está mostrando lo cruel que es, desgarrando no solo mi cuerpo también mi alma haciéndome sentir mundana, sucia.

Cuando saca todo sus ganas en mi dejándome con un dolor en mi cuerpo, me levanto al verlo acostado y un zollozo más fuerte que otro sale de mi al verme tan demacrada.

No, está no soy yo..no por favor..

Lagrimas acompañados de alaridos de dolor por verme en este estado me hacen querer enjuagarme quitarme todo este asqueroso olor que su cuerpo dejo impregnado en mi, la habitación se abre y observo como los ojos de la mujer que crío a este cerdo me ve con lástima.

La miro sin poder hablar, sin poder decir algo sin poder dejar de zollozar, maldigo con tanta furia la hora en haberlo conocido en caer en sus encantos, en no haber escuchado a mi padre y hacer oídos sordos.

¿Será esto el karma?

Cómo puedo me levanto cada paso que doy es un dolor que siento tanto fisico como psicólogico, camino por los pasillos tratando de escapar sin embargo cuando el padre de su hijo me ve en este estado, en vez de acercarse preocupada pide que me lleven a uno de los sótanos de la casa.

Aquel sótano en dónde se escuchan gritos de dolor, ruego para que me deje ir pero solo veo el vacío en sus ojos no se tienta el corazón ni siquiera muestra lastima, da una estricta orden que sin duda sera acatada.

Acabala, quiero que se deshagan de ella.

Mi cuerpo tiembla mi vestido de color blanco recién comprado que fue un regalo de mi padre yace manchado por el rojo de mi sangre, entre súplicas hacia ellos llegamos a ese lugar, todo es tan oscuro y tétrico, me cuelgan de cadenas y comienzan a golpearme con mucha fuerza.

Provocando más dolor del que tengo, llega un momento en dónde quiero que terminen con lo que aquel cerdo comenzó, llegó un momento en dónde le perdí por unos instante el sentido a la vida. Aceptando mi muerte.

¿Que más da? Lo que mi madre considero era mi templo está destruido, de una forma en la cual puedo decir que ya ni quiero tener, lo que mi madre dijo que es sagrado había sido manchado. 

En mi mente solo recuerdo cada momento vivido con mi padre, y las lágrimas vuelve a bajar, zollozando como una niña pequeña rogando para que venga por mí, para que salve lo poco que queda de mi.

Mi esencia había sido destruida, tomada como un hermoso jarrón y quebrado en trozos sin piedad, mis pedazos quedaron esparcido por el suelo y lo que quedó de mi se está perdiendo.

—El jefe los mando a llamar a todos—habla con voz sería la voz de la Nana, todos asienten y cuando se van la Nana se acerca a mi apenas puedo distinguirla.

La miro rendida esperando a que se burle, pero lo siguiente es que de alguna forma me suelta de la cadena y con ayuda de alguien más logran sacarme a escondidas del lugar, escucho un grito y ella da órdenes de escapemos, no se ni quien es solo la veo a lo lejos y puedo ver sus lágrimas correr y susurrar solo.

“se fuerte”

Seguido de ver su cuerpo caer inerte a suelo, más lágrimas se deslizan al verla, la persona que me carga corre como si mi vida dependiese de eso.

No sé cuándo paramos, pero cuando llegamos solo se que escucho el grito de mi papá quien me carga y me llega hacia dentro de la habitación, mi vista está nublada estoy entre la realidad y en otro lugar.

Lo escucho zollozar a mi lado y solo puedo balbucear que deje de hacerlo porque mi corazón aprieta con fuerza, y más lágrimas cargado de dolor salen de mi, mis labios se sienten reseco, mi padre corre conmigo hacia otro lugar y aquella persona que está conmigo le explica que por nada del mundo le diera mi nombre.

 

—¿Papá?—pregunto observando el lugar en donde estoy, mi garganta pide agua, lo veo acercase con rapidez y entregarle el vaso de agua que se que necesito.

—Mi niña—escucho su voz débil, y yo sonrió tomando su mano.—perdoname..perdoname..

—No llores.—es lo único que logró decir, mientras veo algo en mi brazo, recuerdos llegan a mi provocando que a alterarme y entren para volver a dormirme.

Pasaron meses en los cuales mi vida se resume al infierno, ver a mi papá destrozado, sentirme sucia, sentir que lo único que deseo es irme, pero no podía no podía dejar a mi papá solo, no podía dejar que lo que Nana hizo se fuera en vano, ella dió su vida para que yo escapará y papá estuvo para mí en todo esos momentos..



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En el texto hay: drama, amor, juego

Editado: 30.04.2022

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