El juego del Rey (realeza imperfecta)

CAPITULO 30

Persefóne

Silencio total, el momento está cargado de tensión, el aire denso se siente en el ambiente, mientras que Dereck está molesto porque yo le pegue a su prometida, Kilian luce molesto por el trato hacia su hermana y hacia mí.

Ambos se miran, uno con furia incontrolable y otro con una cara de poker, como siempre lo pone Massimo está atento puedo verlo Sakura luce entre enojada y preocupada, rubíe está atenta a la situación sin perderse ni un detalle y Charlotte se ve molesta por el trato hacia Marianne quien zolloza.

—Esta bien, arreglaremos esto como personas civilizadas—Entro Tadake en acción rompiendo el incómodo momento—Advierto que si alguno intenta hacer algo, no tendrán contacto conmigo.

Ambos dejaron de mirarse para luego observar a Tadake quien ahora parece tomar la rienda de la situación con absoluta calma pero alerta a la situación, Kilian me mira con una expresión que no puedo descifrar y yo solo sonreí ligeramente sorprendiendolo.

Si lo sé, que tú prometida te sonría con varias espada cerca de su cuello es romántico ¿Cierto?

—Primero que nada, bajen sus armas—demanda con voz dura hacia Dereck quien dió la señal para bajar que sus soldados bajarán sus armas—Tambien quiero a la princesa Heather.

—No puedo hacer eso, agredió a mi prometida—me dedico una mirada fugaz y yo solo se la devolví con el porte que Kilian suele usar en estás situaciones.

—no la agredió—explicó caminando entre nosotros pero con la mirada fija en Dereck—Tu prometida provocó el enojo de la princesa y ella se defendió.

—¿Lanzandole agua?

—Tu prometida lastimo su brazo—respondio al instante, Dereck le dió una mirada fugaz a Marianne y luego asintió resignado.

Le hizo otra señas a sus soldados y el emperador se sentó en una silla mirando a ambos, a Kilian y a Dereck como pensando en una forma de solucionarlo mientras yo espero a Heather.

Porque si van a sentenciar a alguien a muerte esa sería yo por plantarle una gustosa bofetada a Marianne, Heather se acercó y al verme sonrió calmadamente pero su calma se fue al caño cuando observo a Dereck mirarla con odio.

Se que le dolió, me acerque a ella y apreté su mano suavemente.

—¿Qué paso en mi larga ausencia?—bromeo incómoda por la situación arreglando su vestido y mirando con curiosidad hacia los tres reunidos.

—Persefóne le plantó una bofetada a la prometida de Dereck, y bueno el rey amenazó con que si a algunas sufría daño incendiaria el castillo.

—No dijo eso.—mire a Massimo quien sonreía mirando a la rubia quien me observa algo confundida y luego mira a Marianne quien levanta la mirada de odio hacia nosotras.

Y en su rostro aparece la silueta de mi mano en ella, Heather hace un esfuerzo por no reír, y Massimo le sigue acariciando su hombro, yo por mi parte estoy preocupado por Kilian.

Me había pasado no me percate las consecuencias que traería esto, pero de solo ver cómo Marianne se salía de la suya y Heather quedaba en un calabozo no lo soporte, prefiero ser yo antes que ella, Heather me cae bien a pesar de ser como es, es obvio que ambas nos conectamos de una forma rara pero lo hacemos.

—Bien—levanto la voz el emperador levantandose de la mesa—Ya saben lo que harán y es lo mejor.

—Por mi está bien.—asintió Kilian levantándose de la silla y caminando directo hacia Heather, me sentí mal luego deseche los pensamientos y me encargue de subir hacia mi habitación.

¿Qué hice?

—He dañado una alianza—murmuro buscando la copa de vino pero no la encuentro—No me pasó esto antes, debo volver a ser como era antes o lo jodere todo.

—Mañana nos iremos temprano de este lugar—sentencio con voz fría y yo no dije nada, simplemente me quedé sumida en mis pensamientos.

Levanto la mirada cuando note que me observa, me levanto y me acerco hacia el preparada para un regaño merecido pero su mano en mi mejilla me sorprende, no digo nada solo lo miro y poco a poco mis lágrimas bajan sin saber que hacer.

Me observa fijamente y por un momento veo aflicción en ellos pero luego pasa a frialdad, limpia cada una se mis lágrimas y deposita un beso en mi frente para luego hablar.

—No estuvo bien lo que hiciste y lo sabes—me regaño asenti con exasperación—La alianza entre ambos reinos está roto.

—Lo jodí.

—No—me corto de inmediato sentando en el sillón—De todos ya acabo la alianza desde el momento en que sus armas tocaron la yugular de mi hermana.

—¿puedo serte sincera?

—Habla.

—No me arrepiento de pegarle a marianne.—contesto con simpleza.—Y me siento mal por no arrepentirme.

—Son cosas que pasan—habla como si nada—Solo tienes que controlarte, eres excelente en el arte de jugar y hablar con palabras, por lo tanto debes ser más detallista y observadora así podrás estudiar a las personas y no tener la necesidad de plantarle una bofetada.

—Lo vi todo rojo.

—Es más que claro no te preocupes.—hablo acariciando lentamente mi mejilla—Pero debes recordar que eres mi prometida y por ende futura reina, tal vez en estos momentos se te permita comportarte de esta forma pero cuando seas la reina tendrás que actuar con sabiduría.

—Es cansado—Hago una mueca separándome con cuidado de el, camino hacia el balcón viendo el Crepúsculo.

—¿Quieres ir por ahí plantando bofetadas?—cuestiona con un tono ligeramente divertido que me hace sonreír con gracia.

—Tal vez no soy buena para ser la reina—contesto sin más, sin haberme percatado del peso de las palabras me volví hacia Kilian quien parece estudiarme con la mirada—¿Qué ocurre?

—No me gusta—manifesto llegando un poco más hacia mí—Eres apta para estar conmigo.

—¿No sé supone que es parte de un juego?—cuestiono con frialdad sinceramente no entiendo el movimiento del rey.

—Aparte del juego, no sería lo suficientemente estúpido como para dejar que cualquiera controle lo que es caelestis en un futuro.



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En el texto hay: drama, amor, juego

Editado: 30.04.2022

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