El juego del Rey (realeza imperfecta)

CAPITULO 34

Persefóne

¿Eh conseguido lo que quería? Pero yo me perdí en el proceso. No tal vez de una mala forma. Pero lo hice, estoy consciente que después de haber tenido una resaca horrible, la mente empieza a llenarse de imágenes de todo lo ocurrido hasta llegar al punto inicial.

Yo perdí, ambos perdimos es hora de aceptar la verdad mi reina.

Escalofríos y temblores pequeños invaden mi cuerpo como si fueran pequeños choques eléctricos, me deje llevar dando por terminado el juego, el había ganado pero también perdió, yo había ganado pero también perdí. La lucha fue inevitable.

Ver a kilian en la cama no como lo está habitualmente me desconcierta y de cierto modo me alegra, tener una vista de su espalda mientras su cabello yace esparcido y la sábana cubre su cuerpo me hace pensar en lo magnífico que fue estar con él.

Me gusta.

¿Para que negarlo? Nadie se puede resistir al rey por muy frío que sea, tiene algo que lo hace único al menos yo lo veo asi, creo que por el ser frío tendría la ventaja de no enamorarme sin embargo a mi sentimientos le valieron si era frío o cariñoso solo quiso amarlo.

—Kilian—muevo su espalda con delicadeza algo avergonzada por lo sucesos pero también consciente de que hoy daría la sentencia de Belinda.

—Estoy despierto—contesta sin más, se levanta frotando sus ojos y yo aprovecho la oportunidad de repasar su cuerpo completo, lo que senti ayer ahora lo descubrí.

Tiene una cicatriz en el abdomen aún así no puedo negar que se ve bien, me bajo de la cama y abro el armario buscando algo que ponerme.

Entre algunos vestidos consigo lo que quiero, se trata de un vestido color azul oceánico algo muy sencillo pero a la vez del tipo sensual, tomo una toalla y me dirijo al baño.

¿Una cicatriz? La cicatriz que lleva en su abdomen es enorme no tanto como para abarcar todo su abdomen completo, pero si para que se note. La duda me carcome ¿Qué le pasó?

Estoy segura que nada será como antes, mis sentimientos y los suyos están puestos en bandeja de plata y ambos lo guardamos recelosamente, pequeños momentos que muchas personas considerarían poco fueron suficientes tanto para mí como para el.

Cuando terminó de colocarme el vestido salgo del baño con la toalla en mi mano, levantó la mirada y observo a Kilian verme con aquella expresión de frialdad, se levanta caminando hacia mi para luego estar cerca el uno del otro.

No sé que decir y también se que el tampoco intenta hablar pero no puede, insconciente llevo mi mano hacia su mejilla y puedo verlo observarme entre asombrado y aliviado.

—No es necesario que digas nada.—le hablo sin más decidida a dar el paso—Se que no eres un hombre que se exprese fácilmente.

Aveces el silencio dice más que mil palabras, aveces ni las muestras de cariños verbales pueden con los detalles escritos a manos o entregar pequeños regalos, existen tanta forma de amar que estoy consciente de que el apenas entre en esta etapa.

Yo tuve mi enamoramiento como una chiquilla puedo decir que era fría y cariñosa, tal vez intenté lidiar con aquella persona, pero con el Rey nunca se sabe.

Estampa sus labios contra los míos en un beso que no puedo describir, toma mi cintura y yo solo dejo que el avanze, que tan perdido estamos el uno del otro, como pude haberme enamorado de un hombre frío.

Si yo gano me leerás un libro.

Sonrió ligeramente separándome de el, ambos quedamos nuevamente en ese silencio nada incómodo esboza una ligera sonrisa.

—Esperame Persefóne.—me dice yo asiento como siempre.

Lo veo marcharse directo hacia el baño, y yo busco unos tacones nuevos, arreglo un poco mi cabello en un moño perfecto y redondo con algunos mechones sueltos, en la cama observo un nuevo libro que supongo el estaba leyendo.

—¡Dónde está!—me sobresalto y abro la boca al ver a Heather sumamente molesta—¿Kilian?

—No se dónde se fue.—contesto mirándola detenidamente.

—No me engañas mi hermano está por aquí.—me apunta con el dedo y yo sonrió—¡Me dejó con ese italiano!

—Y tu sabias que el estaba en la discoteca.—le apunto de la misma forma—Ademas querías gastarle otra broma el solo te devolvió el favor.

—¿Ahora lo defiendes?—pregunta indignada acercándose a mi—¡Que hicieron ayer como para que cambies opiniones de la noche a la mañana!

Abro y cierro la boca mirándola fijamente sin saber que decir vuelvo a rascar mi muñeca, ella se queda pensativa tan solo por unos instante para luego soltar la pregunta.

—¿Ustedes?—abre la boca sin poder creerlo—¿Ustedes lo hicieron?

—Agradecerias que no te metieras en la habitación de mi prometida y yo, Heather—le habla kilian con su típica frialdad, Sin embargo Heather hace caso omiso nos mira a ambos con una sonrisa de oreja a oreja.

—Oh por..Zeus..—pongo los ojos en blanco antes aquel nombre y ella corre hacia mi, dejando el enojo para abrazarme—¡Te felicito Persefóne! ¡Ustedes están juntos finalmente lo sabía!

—¿Ahora eres adivina?—puedo notar el fastidio en Kilian pienso que le molestará a Heather pero parece ser que está acostumbrado a su carácter porque ella se lanza directo hacia mi.

—¡Lo hiciste ganaste!

—Tambien perdí—le contesto encogiendome de hombro, Kilian termina de anudarse la corbata y se acerca justo a mi lado—¿Cómo te fue con Massimo?

—¡Eres un traidor Kilian!—señala al Rey con molestia, repaso su vestido de color azul ajustado con una piedreria bastante hermosa, luego repaso el collar en su cuello y observo perfectamente algo en el.

—Oh por.. ¡Zeus!—le devuelvo el golpe a Heather sintiendo ganas de reír y recordando las palabras de Massimo.

Nadie se resiste a Massimo Bianchi.

—Tenemos que irnos, pronto comenzará la sentencia.—inquiere Heather cuando me observa sonreír ligeramente, dejo atrás todo el momento algo incómodo y camino junto con ellos dejándome llevar dónde sería el encuentro con Belinda.



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En el texto hay: drama, amor, juego

Editado: 30.04.2022

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