El juego del Rey (realeza imperfecta)

CAPITULO 43

Persefóne:

Toqueteo lentamente la mesa, mientras observo fijamente a ambos reyes, como intuí. Ya habían aceptado aliarse con nosotros, verdaderamente le sorprendió que pidieramos una alianza de sangre, aún así cegado por el deseo de oro y la ambición en sus ojos, el rey de Gleen no dudo ni un segundo en firmar.

Las gotas de sangre cayeron en el pergamino como sello, al igual que mi prometido, la alianza está completa y ellos solo esperan la porción de oro que se le será entregado y el resto sería mañana, por supuesto cuando entreguen los productos para abastecer al Reino de Caelestis.

El guardia entro con la primera y pequeña bolsa que contiene cinco lingotes de oro, lo dejo en la mesa a mercerd de los reyes quienes encantados parecían alabar al oro. mire de soslayo a Kilian me sorprendió ver su cara de mueca y asco, está claro que no soporta a las personas así y no parecía ser el único.

Un mensaje llegó a mi teléfono levanté la mirada rápidamente y luego saco el teléfono que estaba en mi bolso, desbloqueé el teléfono y entre a la barra de mensajes, estoy segura que si tuviera algún líquido en mi boca ya lo hubiese escupido.

Freya.

Hermanita termine con el trabajo ¿Te gusta?

Persefóne:

¿Sacarle las tripas a un humano me va a gustar?

¡Que asco deshate del cuerpo!

¡Qué te pasó Freya no eras así!

Freya:

Hermanita, siempre eh Sido así y tú mejor que nadie lo sabes además es solo un poco de tortura, agradece que le-.

Persefóne:

¡Dices algo más y te bloqueo!

Freya:

Si yo también te quiero hermanita, adiós.

Apagó el teléfono mirando hacia al frente ya no estaban los reyes claramente se fueron corriendo con la bolsa en mano, siento que algo me quema con la mirada volteó hacia el lado izquierdo y encuentro a kilian justo a lado mío y de saber que era un chismoso me hubiese alejado.

Su ceja se arquea y su boca se entreabre un poco a la espera de una explicación, muerdo mi labio y comienzo a contarle todo lo sucedido y también que Freya se quedaría un tiempo conmigo.

Algo me dice que es para atormentar a la reina.

Asiente en silencio y se levanta seguido de mi fuera de la habitación, hasta llegar a la nuestra como siempre no dice nada, solo se deshace de su camisa al frente mío y yo atinó a mirar hacia otro lado, lo siento cerca de mi abrazando mi cintura.

—Tu hermana está loca.—comenta, suelto una risa dándole la razón, ya es de noche estamos en el balcón como siempre acompañado el uno del otro—Mañana viajaré temprano, ¿Podrás con el reino?

—Si pude contigo, puedo con Caelestis.—le contesto acariciando su brazo—Deniska estará para orientarme.

—Lo harás bien, confío en tí—me voltea hacia el y toma mis manos entre la suya, vuelvo a sonreír al ver sus ojos grises, son hermosos y me gustan—Quiero que firmes algo justo ahora, Persefóne.

—¿Firmar?—cuestiono de repente, el asiente en silencio lo sigo por todo el lugar hasta llegar a la mesita junto al sofá.

Me siento en el sillón rojo a la espera de los documentos que Kilian hará que firme aunque no entiendo porque de repente quiere que firme algo, mi mente divaga buscando una posible solución que indiqué porque me dice esto de repente pero nada, ni siquiera una teoría.

Llega a mi lado y besa mi frente mirándome fijamente, abre el folder de color dorado con una corona y un escudó que representa a Caelestis, busca tres hojas y me da la primera pasándome un bolígrafo con tinta roja también con el mismo logo del reino de Caelestis.

—Firma ahí—señala el espacio vacío, asiento—Luego lo vas a leer, pero ahora lo importante es que lo firme, confía en mí cariño.

Mi pecho se acelera y siento tontas mariposas en mi estómago confío en el porque se que si quisiera hacerme algo lo hubiese hecho, firmo el primer papel el segundo también y el tercero por igual observo que en el tercero es una firma de casados.

—¿Kilian? ¿Qué significa esto?—le pregunto el me observa fríamente y acaricia mi cabello—¿Kilian?

—Si algo llega a pasarme, tendrás todo lo mío y sobre todo serás mi esposa y reina de Caelestis.—anuncia abro la boca y comienzo a revisar los papeles.

La primera estipula que el reino pasa a ser completamente de kilian y mío, la segunda es un tipo de Herencia de casas y me dejó a cargo de un empresa hotelera, el tercero es el acta de matrimonio.

Niego con la cabeza sin comprender porque, pero el solo me abraza besando mi cabeza y mis labios, sus ojos buscan los míos y yo los suyos, sus ojos grises transmiten calma, entrelazó mi mano con la suya sin hacer preguntas, busca la misma pluma y comienza a firmar cada uno de los tres papeles.

—Quiero que los tenga contigo, este es el original—explica con voz suave y ronca—Yo tengo una copia tu debes cargar con el original.

—¿Pero por qué?—cuestiono aún sin entender.

—Precaución—habla con voz fría—en caso tal de que no pueda llegar antes de la boda o si las cosas se complica, ya nos casamos.

—¿Debo decírselo a alguien?—niega con la cabeza, acaricia mi cintura sus manos son frías y heladas.

—Nadie debe saberlo más que nosotros Persefóne—decreta con seriedad, asiento confiando en el.

La noche pasa entre risas y lectura, el uno con el otro, busco su cuerpo su calor todo en el, lo quiero y lo deseo se que busca lo mismo pues puedo sentirlo. llevo mi mano hacia su espalda dejando marcas sobre su cuello, cada noche que pasó con el es fantástico, me aferró con fuerza su cuerpo se tensa busca mis labios y yo lo suyos.

—Te quiero.—esa palabras salen de mis labios cuándo pensé que nunca más saldrían, que no mencionaria esa palabra que era tabú para mí lo había dicho.



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En el texto hay: drama, amor, juego

Editado: 30.04.2022

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