CAPITULO 44

Persefóne:

Bajamos del auto, bueno prácticamente Freya me arrastró por querer ver la sorpresa que Kilian tenía, y según ella debía estar en la habitación. camino con ella a pasos apresurados por todo el lugar, hasta llegar a la habitación.

En la habitación todo es normal a excepción de una caja algo grande y que tiene hueco, Freya me mira con curiosidad y luego a la caja, yo estoy igual que ella.

—¿Qué crees que sea?—pregunta en un susurro—¿Joyas?

—Es una caja grande lo dudo—me acercó con cuidado a la caja, en unos instante tanto Freya como yo nos sobresaltamos, clavando la mirada sobre la pequeña naríz negra que salía del hueco de la caja.

—No me digas—comenta Freya acercándose rápidamente emocionada, abre la caja y de inmediato escucho el ladrido de un cachorro.— mira esa belleza.

Levanta a un cachorro peludo de color cenizo y ojos azules, me recuerda a mi foto de perfil, un hermoso Husky siberiano, mi hermana lo tiene en su brazo sonriendo mientras lo acaricia.

—Es la sorpresa—comento mirando al cachorro, ambas yaciamos en el suelo como si fuéramos dos niñas abriendo regalos.—Es hermoso.

—Son difíciles de conseguir, ese hombre te quiere—menciona sin pensarlo, asiento en silencio acariciando al cachorro, busco entre la caja y encuentro la casita del cachorro—¿Cómo lo llamaremos?

No me quejó de Freya, recuerdo que desde pequeñas compartimos las cosas, mi padre siempre nos inculcó eso, a ella al igual que a mí nos gustan los animales sobre todo los perros, miro al Husky.

—¿Cosmos?—le pregunto ella me mira y mira luego al cachorro.

—Es un bonito nombre, Cosmos—levanta a Cosmos a su altura mientras el cachorro le lame el rostro—Basta Cosmos.

Perdí la noción del tiempo con Freya, decidimos arreglar la casa de Cosmos y darle de comer, luego de eso ella quiso jugar y que yo le tomara fotos, y luego viceversa, se que le envío muchos a Vladimir. luego de  que Cosmos se cansará ambas salimos de la habitación mi hermana le dió algunas órdenes a los soldados en la puerta.

Llegó a la sala del trono luego de haberme cambiado en los aposentos de Freya, ella me había comprado un vestido de color azulado largo y sencillo, ambas salimos de camino hacia el salón.

Deniska está a un lugar del Trono con los informe en su folder cuando me asiente, saluda a mi hermana y luego se acerca a nosotras.

—¿Llegó la mercancía?—pregunto fríamente.

—Están en la puerta del palacio, ¿Los dejo pasar?

—Aún no—interviene mi hermana, Deniska la estudia con la mirada—Revisen si la mercancía está en buen estado o si no contiene veneno, no podemos confiarnos fácilmente.

—Eso es cierto—afirma Desnika dando órdenes por el teléfono, Freya la analiza en silencio, Desnika se mueve de un lado para otro con elegancia y frialdad.—Comenzaran a revisarlos.

—¿Las bolsas con oro están completos?—cuestiono sentada en el salón.

—Completo, cantidad exacta ¿Lo enviamos ahora?

—No—niego rápidamente—Primero esperaremos los informes de los víveres.

—Que sea la cantidad exacta que ustedes pidieron—mi hermana mira a Deniska y le sonríe—Veo mucho potencial en ti, me recuerdas a Evangelina.

Evangelina mano derecha de Freya, es una sicaria que trabaja y entrena a los hombres y mujeres de la mafia que ella controla, también su mejor amiga según dice ella.

—Gracias—contesta reacia sin inmutarse y yo dejo salir una sonrisa de burla hacia mi hermana, Deniska es una mujer echa de hielo puro, solo establece conexión conmigo.

Freya disimula la mueca de desagrado y yo solo esboza una ligera sonrisa, cruzo las piernas sobre el trono y lo acarició con lentitud, esto es mío y nadie lo sabe, todo esto es mío y nadie lo sabe, solo el hombre de ojos grises ahora mi esposo y nadie lo sabe, levantó la mirada distinguiendo a una mujer de cabello largo y maltratado, lleva en sus manos a un pequeño y también está otra mujer de cabello corto y trae a un bebé en brazos.

—¿Qué ocurre?—pregunte con la frialdad que Kilian poseía cuando resolvia estos casos.

—Esa señora secuestro a mi pequeña—la mujer de cabello corto señala a la señora castaña, quien niega repetidamente.

—¿Qué llevas en el brazo?—le pregunto, destapa las sábanas y suelta un juguete de muñeca entre sus manos, la miro fijamente sus pupilas lucen dilatadas.

—¡Ella tiene a mi hija! ¡Y no me lo quiere devolver!—señala con el dedo amenazante hacia la mujer de cabello largo, quien asustada niega retrocediendo.

—¿Tienes alguna prueba de que ella tiene o esa bebé sea tu hija?—cuestiono con frialdad hacia ella, niega con la cabeza solloza y solloza temblando.

Entrecierro los ojos y busco con la mirada a algún guardia uno en especial, me observa le hago señas y de inmediato acata la orden, se acerca a la señora de cabellos largo y le arrebata al bebé.

Se queda sorprendida por unos minutos mientras la otra intenta correr hacia el soldado, sin embargo es más fuerte y en unos segundos tengo a la bebé conmigo.

Luce dormida tiene la piel mestiza, sus párpados lucen cerrado y tiene cabello oscuro, levantó la mirada hacia ambas mujeres, ninguna es del color de esta bebé, la mujer que cargaba a la pequeña se acerca temerosa.

—Estaba en la calle su majestad—explica temblorosa—Mas bien en una canasta cerca de mi casa, yo la crié pero desde que ella llego reclamandolo me asusté y por eso quería que usted determinase el futuro de mi hija.

—¡Mentiras! ¡Esa bebé es mía! ¡Eres una ladrona lo robaste!—la mujer niega con la cabeza ante los insultos de la otra, Freya quiere intervenir pero niego—¡Reina deme mi bebé!

—¿Por qué la ibas a querer?—le pregunto, se detiene por un momento mientras levanta la mirada hacia mí con nerviosismo—¿Porque piensas venderla y culpar a la otra?

Su nerviosismo estaba delatando cada parte de ella, ya no gritaba solo se quedaba callada moviendo su mano esperando saber que llegaría a su mente, sus pupilas dilatadas y enrojecidas, Freya bajo ante la mirada atónitas de las dos que no podían creer que había otra yo literalmente, de su pantalón fino de marca saco una bolsita con polvos blanco.