El Juicio Final

Caída en picada

            

                    I Parte

 

 

                  Es extrañó...

 

Siento tantas cosas pero al final no se nada, siento que me duele el pecho pero no sé porque, siento algo y no se qué es.

— ¿Será normal? —Pregunto.

Pues sobre un vacío oscuro estoy cayendo, es frio y no logro ver nada, solo siento este aire rasposo, que toca mi piel como una lija gruesa haciendome preguntar ¿A dónde iré a parar?, ¿Que hice mal? ¿Porque estoy cayendo? ¿Esto tendrá fin? ¿O estaré condenada por la eternidad?

No lo sé.

Pero la pregunta más clara de todas es...

_¿Quien soy yo?_

En ese momento un golpe se escuchó como un eco, fue fuerte y a la vez terrorífico.

— ¿Dónde estoy ?— pregunte adolorida—.
Auch, eso dolió pero supongo que estoy viva aún, solo que no veo absolutamente nada... todo está totalmente oscuro. Y me aterra.

Ahora acostada boca abajo levanto mi manos y me impulso dando media vuelta para luego acabar sentándome.

Valla, y ahora... ¿Que pasara?

_¿Acaso me toca intentar buscar algo en esta oscuridad?_

Intento no acobardarme, sin embargo, acomodo mi cabello en medio de la oscuridad para no sentir un huracán de temores.

— ¿Alguien me ayuda? — grité preocupada, algo temerosa —. ¿Hay alguien cerca? ¡Ayuda por favor! —grite con más fuerza y asustandome aún peor—. ¡Ayudaaaa por favor!

Mientras el lugar botada un eco muy grande, pase mi manos por mi rostro, en un intento de reconocer el lugar.

_¿Dónde estoy por dios?_ 
Intenté ponerme en pies, pero la resistencia fue tan poca en mis piernas que volví a caer de hacia delante apoyando al suelo mis manos y mi cabeza sin dejar caer totalmente mi cuerpo.

— ¡Mierda, eso dolió,  mi pobre cabecita!—toqué mi rostro mientras lo sobaba despacio—. Dolió mucho pero trataré de levantarme, debo buscar salir de esta oscuridad adsoluta.

Me intenté poner sobre mis pies por segunda vez apoyándome sobre mis manos y dando ahora un impulso hacia arriba mientras me levantaba poco a poco.

_Está vez si. Créeme que está vez sí._

Tambaleándo me logré estabilizar sobre mis pies mientras estiraba mis manos para no caer al igual que la última vez.

— ¿y Ahora a dónde me dirijo? —pense en voz alta. Justo en este instante, me encunentro desorientada mientras miro a todas las direcciones—. Y si no veo nada por aquí o por alla, ¡dios esto es una tortura!

Cubrí mi cara con mis manos. Estoy bastante preocupada, aunque mi valentía me hace apartarlas y tratar de empezar a dar pequeños pasos hacia delante sin saber alguna dirección.

No obstante, estirando mis manos al frente de mi intento tocar algo,
veamos debe haber algo cerca, algún indicio, o algo, que me diga dónde estoy...

Entre tanta búsqueda. Fue ahí cuando sentí algo tocar mis pies.

— ¡Ay dios!, ¡ayyy dios!, ¡que diablos es esto! —Intento Mirar a un lado, a otro y no sentí más nada. A los segundos doy un paso hacia atrás y más asustada empiezo a gritar desperada, inquieta y totalmente intimidada.

— ¿Quien anda ahí? ¡Por favor ayúdame!

Hubo un silencio enorme. Entonces sentí algo acariciar mis pies. Me paralice, no podía moverme, intento gritar y parece que el susto me dejó muda y sin poder moverme.

Realmente no sabía que era, no sabía nada, solo tocaba mi piernas hasta subir a mis muslos y llegar a mi falda haciendo que mi corazón palpitara más rápido de lo usual.

Hay fue cuando algo me tomo de las caderas y me tumbó boca arriba, empezando a sentir un cosquilleo recorriendo mi piel y empecé a llorar en silencio sin mover ni un músculo de mi cuerpo. Sentí un ardor en mis piernas, algo que me quemaba, intenté gritar pero no podía, estaba muda en ese instante y de pronto sentí algo encima de mis brazos, mis piernas, por mi cabello, y cada vez más el miedo invadía mi mente, entonces...

Sentí murmullo.

Y había sido la gran gota que colmó el vaso. Por lo que termine por desmayarme...

*Era inicio del juicio.*

Y también el inicio de una voz extraña...

_¡Oye, Oyé , despierta, niña, señorita, princesa, o lo que sea, solo despierta, haslo ya!_

_¡QUE DESPIERTES TE DIGO!_

...

Totalmente asustada, logré abrír mis ojos miéntras mi respiración se hacía acelerada, ya estaba todo claro pero aún no podia moverme.

— ¿Dime dónde estoy?, ¿donde estoy?, ¿dónde estoy?, ¿DONDE?...

Por segunda vez. Aquella voz extraña, me contesta.

_Cálmate niña, ya cálmate un poco. Oye tú ¿que le hiciste a esta loca?_

Otra voz extraña interrumpe la conversación.

_¿Yooooo? —finge sorprenderse—. Nada en particular, solo le daba un adelanto de lo que sentirá en mi bello paraíso._

_>> Ya sabes, nada fuera de lo común para alguien como ella. —su tono de voz sino un poco sarcastico._

_— ¿si sabes que asustas terriblemente, no? ¡Hay dios! ¿Cómo acabé trabajando Contigo?—Se queja la voz anterior._

La otra voz prosigue: 
𝔅𝔢𝔟𝔢 𝔰𝔬𝔶 𝔩𝔞 𝔥𝔬𝔫𝔡𝔞, 𝔱𝔬𝔡𝔞𝔰 𝔡𝔢𝔰𝔢𝔞𝔫 𝔞 𝔢𝔰𝔱𝔢 𝔭𝔞𝔭𝔦.

_¿Estás fumado o que?_ 
_Mírala, ya hasta la_ __hiciste orinar ¡que_ _asco! Ey tu Niña_ _¿Puedes ponerte en pie?—esta fue como la_ _tercera voz del día._

Mientras estába pasmada, escuchaba los murmullos de una voz masculina algo gruesa que decía cosas sobre mi. Lo cuál me hacía sentir temor, más sin embaro escuchaba  otra más suave a la cual no le entendía lo que decía.

_—Oye niña, ponte sobre tus pies antes que ese loco te lleve._

— ¿Quien eres? ¿usted me conoce?—Pregunté.

A continuación, me levanté suavemente mientras mi entrepierna estába húmeda y solo me preguntaba ¿quienes son? y ¿dónde estoy?

De nuevo una voz extraña contesta:

_—Yo soy Daniela, mucho gusto —dice, haciendo reverencia sonrió acomodando su cabello—es un placer, yo seré tu abogada._




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