El lado oscuro del Rey

Capítulo V: Fiesta

Salgo a hurtadillas de mi cuarto, los tacones los llevo en la mano para que no hacer eco y para que no se escuchen mis pisadas en las escaleras de mármol. Se supone que ya todos están dormidos o al menos en sus habitaciones, claro todo excepto yo.

Bajo la escaleras corriendo y llego hasta el recibidor del castillo, suelto un suspiro de alivio al ver que tuve suerte pero el gusto no me duro mucho.

– ¿piensas salir? – salto del susto al escuchar la voz burlona de Lucian, volteo a verlo y está muy campante tomando un vaso de agua, cabe señalar que lleva un pantalón de cuero y una camisa de red, transparente, es toda una diva.

– ¿acaso no es obvio? – pregunto de vuelta mientras señalo mi vestimenta,  el cual es un conjunto de falda y blusa de lentejuelas doradas, la verdad me veo muy bien. – voy a Lorus con Sonia y Nova.

Sonia es mi prima loca y Nova es la única que nos puede seguir el ritmo y que obviamente no nos juzga.

–Hace mucho que no salías hermanita– respondió mi hermano con aburrimiento– ten cuidado y sobretodo diviértete.

–Claro, nos vemos al rato.

Una vez que salgo del castillo y que termine de atravesar el enorme jardín, el cual a mi madre le encanta. Me encuentro con Sonia, esta trepada en uno de esos cacharros como en el que nos fuimos a Vancorium, solo que este es más pequeño y viejo.

– ¿de dónde sacaste esto? – pregunte subiéndome al cacharro.

–Papá lo tiene escondido por si acaso– dijo encogiéndose de hombros, me sorprende que mi tío Henry tenga esto en su casa.

–Al parecer no lo escondió bien– respondí viendo por la ventana– ¿y cómo es que sabes usar este cacharro?

–Jeremy me enseño– dijo con una sonrisa pícara al o que yo voltee confundida– Papá dice que hay que aprender de todo.

–se me hace un desperdicio de tiempo pero al menos tenemos transporte.

El camino es corto, le había dicho a Lucian que iba a Lorus pero nunca dije a qué parte en específico y es que la fiesta es en casa de un chico llamado Jonathan, es muy popular por el puesto que ejerce su padre en Davos, además de que Jonathan también es muy sobresaliente en su entrenamiento y pues es guapo, las cosas como son.

La casa de Jonathan esta en medio del bosque, por lo que esconder el cacharro no fue difícil. Afuera de la casa estaban varios chicos con botellas de lo que supongo es wiski o algo más barato, había luces de colores y la música estaba a todo volumen–si habíamos adoptado algunos inventos gracias al Beta que estuvo tanto tiempo en el mundo humano y los jóvenes lo agradecíamos eternamente–.

– ¡hola chicas! – Nos grita Jonathan llegando hasta nosotras, sus pasos son inestables por lo que Sonia y yo lo agarramos para evitar alguna caída– ¡llegan algo tarde pero está bien! ¡Por allá está la bebida y pueden bailar y coger! ¡Lo que sea, diviértanse!

El rubio no nos dejó responderle porque pronto se fue con sus amigos, mi prima y yo nos miramos con picardía y solo pudimos reírnos.

Mi prima y yo fuimos por un trago, lo que conseguimos fueron dos botellas de alcohol. La muy atrevida de Sonia le dio un gran trago a su botella, mientras que yo pues… también lo hice, hay que agarrar el ritmo.

Sonia y yo no tardamos en estar en el centro de la pista moviendo nuestras caderas  mientras agitábamos nuestro cabello. Mi prima con su vestido corto plateado y yo con mis lentejuelas, pues éramos un éxito.

– ¡Pero si aquí están mis chicas!– nos gritó Nova llegando hasta nosotras– ya se me hacía raro no verlas por aquí.

Nova es una chica menuda de cabello corto y castaño, sus ojos verdes llamaban mucho atención y es muy linda y buena persona.

– ¡Menos platica, más baile!– exclama Sonia y después le da un último trago a su botella.

Ella me tiene que llevar a casa.

Las luces encandilan mis ojos, el humo del tabaco hace difícil la tarea de percibir con quien estoy y el alcohol en mi organismo hace que me tambalee cuando un rostro conocido me toma de las caderas para acercarme a su cuerpo.

–Hola bomboncito– escucho la voz de Nadir cerca de mi oído, sus manos están afianzadas en mis caderas– pensé que no vendrías.

–Pues aquí estoy– dije soltando una risita, pongo sus manos en la suyas en un intento de alejarlo de mi– quítate, me asfixias.

–es el ambiente, bomboncito, ten toma un poco de wiski– susurra ofreciéndome una botella, yo le doy un trago y lo encuentro bastante extraño. – vamos a una habitación, me has tenido muy abandonado.

–quítate Nadir– digo alejándome de él y tendiéndole la botella, trato de mantener el equilibrio y parece que está funcionando. –no tengo ganas.

¿Cómo iba a tener ganas de estar con él, cuando mi mate es un sexy vampiro?

–Oh vamos Ana– suplico el pelinegro, sus ojos castaños me veían con cierta malicia la cual hace tiempo me hubiese gustado e incluso excitado pero no ahora– nunca me has dejado con ganas.

Trato de protestar cuando me comenzó a empujar por entre las personas, el tipo al ver que no puedo subir las escaleras decide cargarme, rio divertida sin imaginarme lo que pasara a continuación. Me daba una idea de lo que haríamos pero dentro de mi tenía la esperanza de que me llevara a dormir.




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