El lado oscuro del Rey

Capítulo VI: Drama y más drama

–Puede confiar en nosotros, Alfa– decía un hombre alto y de anchos hombros– Aidan podrá con ella, vera que esto será beneficioso para ambos.

–Confiare en su palabra, Montgomery– hablo Richard con pesadez, no le gustaba el rumbo de esto pero ya no sabía que más hacer con ella– Aunque temo decir que mi hija no es una mujer fácil.

–Le aseguro señor que Aidan lo sabe a la perfección.

–entonces tenemos un trato.

 

Querido Erick

Espero que te encuentres muy bien, por mi parte me encuentro muy afligida ante la actitud que está tomando Richard con Anastasia, incluso con mis otros hijos ha estado comportándose extraño. Y temo decir que mis palabras no están surtiendo efecto en él, en ocasiones pienso que el enemigo soy yo.

Disculpa mis palabras, mis problemas familiares no te incumben; la razón de esta carta es Anastasia, se fue de fiesta hace dos semanas, regreso tarde al castillo y por con siguiente Richard la castigo y la amenazo con encerrarla en la torre, pero no sé cómo se le ocurrió a esa niña el irse de nuevo con sus amigas a Calendus, ya sabes esa zona tiene mala fama, Richard decidió encerrarla en la torre, pensé que el enojo se le pasaría rápido a Richard pero me he equivocado.

Con cariño pajarito

–Lucas buenos días– saludo la Luna de la manada a un joven– me han dicho que hoy iras a Lorus.

Lucas era uno de los chicos del servicio, era joven y recién llegado; el joven era bajo de altura, al menos para ser un licántropo, claramente era la persona indicada para entregar la carta ya que el chico pasaba desapercibido, era callado y sorprendentemente no hacía caso a chismes y tampoco se metía en los asuntos de los demás.

–Así es mi Luna– contesto solemne el joven – ¿se le ofrece algo?

–Ahora que lo mencionas si– la pelirroja le entrego el sobre rojo al joven Lucas y después sonrió amablemente, le toco el hombro y añadió– necesito que esta carta le llegue al rey de Vancorium ¿podrías encargarte de que llegue cuanto antes?

– ¿al Rey? – pregunto nervioso.

–obviamente tus servicios serán bien recompensados.

–Mi Luna no creo que sea conveniente…

–por favor, Lucas, eres una persona de mi confianza y necesito que llegue cuanto antes, además de que es indispensable que nadie sepa que ese sobre salió de aquí.

–está bien mi Luna, me encargare de que llegue a su destino– dijo con resignación el chico. Lucas admiraba a la Luna de Cuxem, una mujer fuerte, hermosa e inteligente, claro que arriesgaría su pellejo con tal de quedar bien con ella.

–muchas gracias, ten lindo día.

 

Para pajarito

Me encuentro muy bien, gracias. Me lastima mucho saber de tus problemas, espero que el lobo pronto pueda volver en sí y que recuerde quien es su familia, quisiera que en las próximas cartas usáramos alguna clave, me parece algo arriesgado usar nombres y situaciones específicas que nos puedan poner en riesgo.

Espero que la niña se encuentre bien y temo que yo hubiera actuado como el lobo, eso de escaparse no es lo mejor.

Saludos cordiales.

 

–Mi Luna– saludo Lucas a Aurora, el licántropo hizo una leve reverencia y le entrego un sobre verde.

–gracias Lucas. – Respondió Aurora con una pequeña sonrisa– por cierto ¿Cómo le has hecho para entregarla?

–he ido a Vancorium y he esperado ahí la respuesta del Rey.

–puede ser un viaje peligroso.

–no se preocupe mi Luna, el Rey y yo hemos llegado a un acuerdo para que la correspondencia no caiga en manos equivocadas.

Para Erick

La niña se encuentra mal y temo decir que no puedo hacer nada para sacarla de ahí. El lobo está cada vez más desconfiado y temo que esté haciendo un negocio turbio.

Cada vez que la visito pregunta por ti, tal vez sea momento de intervenir.

Saludos pajarito

 

Pajarito

¿Negocio turbio? ¿A qué te refieres? Por favor dale mis saludos y que la añoro día y noche.

¿Intervenir? No creo que sea buena idea, Richard y yo hemos estado en paz durante años y no es conveniente que todo se vaya a la borda por un capricho de la niña, sé que es tu hija pero tiene que aceptar las consecuencias de sus actos.

Saludos cordiales.

–Mi luna– La cabeza castaña de Lucas se asoma por la puerta que daba a la terraza de su Luna.

–pasa Lucas, que gusto verte– la pelirroja hace un ademan para el chico se siente frente a ella– ¿gustas té, café…?

–estoy bien, gracias.

Aurora se fija en el aspecto del chico frente a ella, se veía cansado y nervioso, fue en ese momento en que lo había obligado a ser su cómplice pero no podía hacer gran cosa, su hija estaba encerrada, Lucian huyo despavoridamente a casa de Henry y para acabarla a Richard se le había ocurrido llevar a Scarlett al internado, cuando todavía faltaba un mes para que las clases comenzaran.




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