El lado oscuro del Rey

Capítulo XII: ¿Encerrada?

Aurora

Corte de Cuxem.

–Me parece ilógico todo lo que estás haciendo– comento viendo fijamente a mi mate quien está detrás de aquel escritorio. –No confías en mi ni en tu hijo, cuando lo único que queremos es ayudarte.

Richard mantiene su mirada sobre mí, pero sé que no me esta mirando, es como si su mirada estuviera en la nada, su rostro estaba serio y sus manos temblaban levemente.

Niego con mi cabeza y me es inevitable mirarlo con lastima. No entiendo que le estaba pasando por su cabeza y es que desde que Anastasia se fue las cosas han empeorado y lo peor del caso es que no se que hacer, no se si es enfermedad, si hicimos algo, si le paso algo… no lo entiendo.

–Sal de mi vista– dice con dureza.

Decido no hacer una escena, me levanto de la silla y me encamino hacia la puerta sin mirar atrás, una vez que estoy fuera suelto un suspiro y las lagrimas invaden mis ojos, no quería llorar, pero solo veo como mi mate, el hombre que mas quiero se va yendo cada vez mas lejos y ni siquiera es físicamente.

–¿estas bien mamá? – me pregunta Lucian con preocupación en sus ojos tan parecidos a los de su padre.

Mi hijo venia vestido con una camisa de red y una falda, decido omitir ese hecho y trato de no reírme por la extraña manera de vestirse, pero así es él y así lo amo.

–Todo bien cariño– respondo en un intento de no preocuparlo, pero a estas alturas ya todo el mundo sabía lo que ocurría en la corte de Cuxem excepto Anastasia. –Sera mejor que vayamos a comer.

Caminamos juntos al comedor donde ya nos esta esperando Edward.

–No he podido arreglar nada con el canciller– comenta mi hijo mayor.

Edward era una copia de mi amado Richard tanto físicamente como internamente, aunque Ed no es mas tolerante con su padre y tiene un sentido del honor bastante extraño que no se de donde saco, eso sin contar que quiere hacer mas cambios en cuanto al trato de las licántropas y eso solo hace que me enorgullezca de mi pequeño.

–No te preocupes hermano, sabemos que lo resolverás– dijo Lucian comiendo tranquilamente. –Por algo eres el casi alfa de Cuxem.

–Lucian esto es serio– responde Edward a Lucian con severidad– Papá ha dejado todos sus proyectos y ha dejado todo a la deriva, es algo ilógico de su parte y temo decir que todo el mundo me ve como un niño.

–Entonces date a respetar– dijo Lucian encogiéndose de hombros– Tal como lo hizo mamá.

–No te preocupes Ed– le digo tratando de reconfortarlo–Tienes que ser paciente, pero pronto verán todos de lo que estas hecho, mientras tanto tan Lucian como yo te podemos ayudar.

–Me alegra escuchar eso, mamá– dice Edward– Porque papá tenía vigías hasta hace tres semanas cerca de donde se abre el portal hacia el mundo humano, no entiendo el porqué, pero esos licántropos se han ido, pero por algo papá los había instalado ahí ¿no?

Que extraño, no tenía conocimiento de aquellas vigías cerca del portal, pero si Richard los había instalado fue por algo, aquí la cuestión es ¿por qué? Y otra cosa ¿Por qué se habían ido?

 

 

Anastasia

Corte de Vancorium

Las cosas estaban algo extrañas entre mi tío Liam y mi mate, nos encontrábamos desayunando y creo que si no fuera porque yo estoy ahí esos dos ya se hubieran peleado, aunque la batalla justo ahora era de miradas, me remuevo incomoda en mi asiento y continúo degustando mi desayuno.

–¿Qué bebes? – me sobresalto al escuchar la fuerte voz de mi tío hacia Vladimir.

–Sustituto B– contesta Vladimir con una sonrisa torcida–¿gustas? Aunque tengo entendido que a los licántropos no les gusta la sangre mucho menos el sustituto.

–Eso no parece sustituto– reclama Liam con una ceja alzada– El sustito B es menos denso.

–Mejoramos la formula– se encogió de hombros–Ahora deja de hablar de sangre o me temo de Ana no terminara su desayuno.

Veo el intercambio de miradas y mientras mi tío esta tenso Vladimir esta completamente tranquilo, tiene una sonrisa torcida en su perfecto rostro y sus ojos rojos brillan con burla.

Mi mate mira hacia los grandes ventanales y bebe de su copa de sustituto de sangre, el desayuno continúa hasta que se me ocurre de hacer un pequeño e insignificante aviso, aunque tengo que hacerlo cautelosamente para que nadie se exalte.

–Vlad como sabrás mi tío se va hoy a Cuxem– digo con ciertos nervios mientras froto mis manos en mi pantalón negro, pero es mi única oportunidad de poder visitar a mis padres. –Solo para infórmate que me iré con él.

Vlad gira su cabeza a una velocidad impresionante y me mira enarcando una de sus tupidas cejas oscuras, sus ojos me miran con incredulidad y su sonrisa ya no existe en su rostro.

–¿me pides permiso o me avisas? – dice con un deje de enojo en su voz.

–Hasta donde sé no eres mi dueño por lo que solo te aviso– contesto sin que me tiemble la voz.

Volteo levemente a ver a mi tío y este trata de esconder una sonrisa detrás de su taza de café.

–No, pero eres mi pareja y mi respuesta es no vas– Dice Vladimir con firmeza.

–Y yo te he informado que voy a ir–contesto con rebeldía levantando mi mentón– Lo siento, pero necesito saber de mi familia, no puedo quedarme cruzada de brazos aquí, además solo estaré un par de días.

–Esta bien, haremos lo que dices. – contesta levantándose de su silla–pero lo haremos a mi manera.

Observo como sale del comedor y lo primero que se me viene a la mente es el hecho de que ha cedido muy fácilmente, demasiado sencillo.

–Al parecer estabas equivocado– le comento a mi tío con orgullo– Al final si voy a poder irme contigo.

–Aun no cantes victoria.




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