El lado oscuro del Rey

Capítulo XIV: Celestia

Anastasia

En mi vida había visto a un hada.

Pero la que se encontraba bajando de aquel esplendoroso vehículo era la perfección en mujer, no era la belleza perfecta de una vampiresa que en mi opinión el canon de belleza de un vampiro llega a rosar la incomodidad, pero la belleza de un hada era más… natural de no ser por aquellas orejas puntiagudas y los ojos índigo.

La mujer camina hacia nosotros con elegancia, su cabello platinado ondeado por el viento, su vestido color beige que se acoplaba a sus suaves curvas y su hermosa corona de flores rojas le daban una apariencia etérea.

–Bienvenida a Vancorium, dama de Drimeux. –Saluda mi mate con total formalismo.

La mujer de nombre Celestia dibuja una enorme sonrisa en cuando me distingue entre la comitiva de bienvenida.

–Deja los formalismos Vlad, somos amigos desde hace años– dice la rubia sonriéndole a mi mate– Supongo que tu debes ser Anastasia Ross.

–Así es majestad – contesto tratando de no demostrar mi desconcierto y mis nervios porque no se como dirigirme hacia ella.

–Por favor niña, deja los formalismos tu madre y yo somos intimas amigas– dice con una sonrisa y tomando un mecho de mi cabello. – De no ser por ese cabello diría que estoy viendo a la Luna de Cuxem.

Que extraño que la dama de Drimeux diga que es intima amiga de mi madre cuando esta ni siquiera la nombra o al menos yo no lo recuerdo aunado a esto nunca en mi vida me habían dicho que me parecía a mi madre, al menos no físicamente así que me desconciertan ambos comentarios y repentinamente su dulzura me hace desconfiar de ella.

Entramos al castillo, voy junto a Vladimir hasta delante de la comitiva, al parecer mi mate y la dama de Driameux son íntimos amigos, se tratan con confianza, haces chistes tontos y cuentan con cierta complicidad que nunca le había visto tener con alguien más.

–¿vendrá Liam? – comento Celestia con esperanza en su voz.

Mi mate no comento nada en lo siguiente segundos, observe como miraba de reojo a su amiga y negando con la cabeza dijo.

–Me temo que ha rechazado la invitación, comento que tiene trabajo en Cuxem– su voz estaba llena de pesadumbre.

–En ese caso tendré que ir a verlo hasta Cuxem– murmuro el hada mas para ella que para mí mate. –¿tendré la habitación de siempre?

Decir que se me revolvió el estomago al escuchar tales palabras es quedarse corto, esta bien, Anastasia, tranquilízate, esta señora y mi mate son solo amigos, sí solo amigos… espero.

–Ya sabes el camino– Vlad se limito a encogerse de hombros y sonrió perezosamente. –Si me disculpan tengo una reunión en unos minutos.

Vladimir se acerca a mi y deja un suave y casto beso en mi mejilla, seguido de eso sonríe y se encamina con Damon hasta su despacho.

–Vaya que romántico–susurra Celestia burlándose– Nunca creí ver a Vlad enamorado… otra vez.

Sonrío completamente incomoda, esta hada no me esta resultando del todo agradable y al parecer no soy la única ya que Eleonor, quien se había mantenido en silencio, miraba al hada con rencor y enojo.

–Difícil pero no imposible– comento Eleonor entrelazando su brazo con el mío– Como bien dijo su majestad, conoces el camino a tu alcoba por lo que nosotros nos retiramos, tenemos asuntos más… importantes que atender.

–Siempre tan sutil Eleonor–dijo Celestia retando con la mirada a la rubia a mi lado– Pero que esperaba de una vampiresa de tu calibre, no las entretengo más, espero que pronto podamos conversar Ana.

–Anastasia– replico antes de que pueda continuar la dama de Driameux

–¿disculpa?

–Mi nombre es Anastasia, no Ana. – respondo con sequedad y seguido de eso me voy con Eleonor con dirección desconocida.

–como la detesto–Susurra Eleonor cuando estamos algo lejos de los nuevos visitantes– Es tan mustia, odio a las mustias, pero esta es peor, tenemos que andar con cuidado.

–Tengo que admitir que no me cayó en gracia, pero no creo que dure mucho su visita. – comento con inocencia.

–Oh cariño, las visitas de esa mujer nunca han dejado nada bueno.

–¿a que te refieres?

–¿acaso nunca te conto Aurora sobre lo que paso en la corte de las hadas? – me pregunto Eleonor con confusión y un tanto incomoda.

–En realidad… creo que nunca menciono su nombre– conteste con firmeza.

–Es extraño, no se que tan malo o bueno sea que yo te cuente esto, pero antes de la independencia de Vancorium hubo una reunión en la corte de las hadas– dijo en susurros, no había nadie en el pasillo, pero supongo que no se quería arriesgar a que alguien nos escuchara–Tu madre estaba embarazada y misteriosamente tuvo un aborto días después de su llegada a Drimelux.

–¿un aborto? Pero ella nunca… ¿Por qué fue un misterio?

–Estábamos en guerra, pero Aurora había llegado bien, no se veía enferma– veo como Eleonor niega elegantemente con su cabeza y su cabello rubio brilla por los rayos del Sol. –Se suponía que ibas a ser la primogénita, de hecho, Vlad estaba preocupado sobre si en algún momento nacerías, pero aquí estas.

Mi madre nunca había mencionado nada sobre un aborto, supongo que no le hubiera gustado hablar sobre eso con nosotros. No solo es extraño el hecho del tema del aborto, sino que además pensaban que yo iba a nacer de ese embarazo que no se concretó, en caso de haber sido diferente ¿tendría otro aspecto físico? ¿O sería igual?

–Que raro hubiera sido el Alfa de Cuxem– susurro mas para mi misma pero mi acompañante es vampiro claro que me escucho.

–Serias el Alfa de Cuxem y la reina de Vancorium.

Demasiado poder para un par de manos y para una simple chica.

 

 

Vladimir

–Vaya este sitio no ha cambiado nada– dice Celestia tocando una cortina con sus blancas manos.




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