El latido de tu corazón

El latido de tu corazón

Ana una joven de veinte años alegre, optimista muy querida por su familia, pero una enfermedad que tiene desde pequeña miocardiopatía  hace que su corazón tenga dificultades sin poder tener una vida normal Ana pasa las veinticuatro horas del día en un hospital necesita urgente el  trasplante corazón y mientras están en la espera su vida de la noche en la mañana da un giro total conociendo a la persona que le da una esperanza de vida así también tener la oportunidad de conocer aquel hombre de mirada profunda  "su corazón latería hasta el último segundo por él" 

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Mi vida es pasar las veinticuatro horas del día en un cuarto de hospital no recuerdo la última vez que estuve en algún parque o fiesta compartiendo con las demás personas, amigos no tengo bueno solo una Sara mi mejor amiga la conocí en los pasillos del hospital ella siempre venía a visitar a su tía enferma de cáncer, pero después de tanta lucha la señora Laura no resistió más y falleció fue un golpe muy duro para Sara desde entonces decidió recuperarse de la pérdida de su tía a la vez que me prometió visitarme todos los días y contarme sus cosas.

A veces siento que nunca podré salir con vida del hospital cada día me siento más débil muriendo es la palabra correcta, pero trato de no pensar en esa única palabra que me afecta tanto a nadie le he contado sobre esto, no quiero que se preocupen más de lo que ya están, es tan malo ser  negativa lo sé, pero cual es la posibilidad de encontrar un donante de corazón cuando más de cincuenta personas también la requieren es muy difícil ser positiva cuando llevabas esperando cinco años son muchos los pacientes que lo necesitan como yo de emergencia algunos no lo logran. 

 

Te cuento mi historia de cómo logre luchar por tener una vida normal a la vez que conocí al verdadero amor siempre voy a estar agradecida con él lo llevare en mi corazón para toda mi vida cumplió su promesa y dio su vida por mí, aunque eso sí dolió en verdad.

 

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Ana caminaba despacio por los pasillos del hospital como todos los días claro a escondida de su madre sabía que ella no la dejaría ni dar un paso fuera de la habitación es muy sobreprotectora, pero sin duda lo hace porque la quiere, estuvo caminando por todas las habitaciones saludando a los que ya conocía y a los que no, era su costumbre hacerlo para ella esos eran sus amigos además de Sara.

 

Estuvo recorriendo por un bien rato todos los pasillos del hospital hasta toparse con algo o alguien que hizo llamar su completa atención se detuvo en la puerta de una habitación fijando su vista hacia adentro donde vio a un joven no tan adulto fumando le calculaba unos veinticinco años estaba en el balcón de la habitación, Ana lo miro atentamente los rasgos de su fino rostro le daban un toque atractivo sin quitar la mirada fría que lo caracterizaba sin darse cuenta su vista bajo hacia los labios de aquel desconocido por donde salía humo tan provocativos eran que por primera vez quería  experimentar lo que tanto Sara le decía y era  besar su curiosidad por saber más de él fue tan grande que entro a la habitación sin ser invitada recorrió la vista por el cuarto hasta ver como en la cama se encontraba el familiar de aquel joven era una señora de edad avanzada descansando talvez su abuela pensaba Ana era la primera vez que los veía en el hospital.

 

Se acercó a la cama sin hacer ruido cogió los informes del paciente en este describía que la paciente poseía Afección cerebrovascular avanzada sintió una profunda tristeza por la señora había escuchado en los pasillos del hospital que aquella enfermedad afecta mucho a la memoria notaba en la mirada de la señora una tranquilidad mostrando confianza y paz sin duda no era mala persona.

 

Tan sumida en sus pensamientos se encontraba sin darse cuenta que Héctor la observaba detenidamente con ojos de ira

 

- ¡Quién rayos eres tú! escucho Ana por detrás suyo haciéndola sobresaltar de susto grave error para su corazón trato de calmarse un poco había sido descubierto por aquel joven sin duda estaba en graves problemas ahora como salía de esta vaya forma de presentarse con él.

 

-Yo solo pasaba por aquí- que escusa tan estúpida pensó ella

 

-No te quiero aquí sal ahora mismo  

 

-No tiene por qué tratarme así de grosero y mal educado- que rayos hice le respondí

 

-Como dijiste niñita acaso me estás diciendo como tratar a las personas entrometidas como tú

 

-Pues deberías cambiar tu manera de tratar a los demás siempre eres así de enojón -aquel desconocido se rio con amargura fulminándola con la mirada.

 

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Héctor estaba con un genio que ni él se aguantaba peor aún a una niñita respondona a la que tenía enfrente de él su abuela a la que más quería de toda su interesada familia estaba pasando por su etapa final de su enfermedad y lo menos que ella quería era morir en una casa llena de víboras donde todos se peleaban por su herencia cuando ella muera  es por aquello que Héctor la llevo al hospital donde había más paz Doña Beatriz adoraba a su nieto el único  que vivía desinteresado de la fortuna de su familia él trabajaba por su cuenta incluso vivía en su propio departamento.

 

Ana salió de la habitación enojada por la culpa del joven subido de humos como se atrevió a tratarla así pensaba ella solo había entrado por curiosidad también era su culpa de aquel hombre amargado por dejar la puerta abierta o más bien la culpa era de ella misma por entrar si ser invitada, vaya chico con esa carita y tan amargado si siquiera la dejo explicarse bien sus nervios también le jugaron muy mal.

 

-Esa chica se veía muy dulce no tenías por qué tratarla de esa manera-dijo la abuela de Héctor




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