El Latino

Prologo

carta n°0.0

Eh vuelto de la oficina, padre.

Me gustaría dejar en claro, que no es un acto desesperado el que acoto en esta oportunidad. Se me ha ofrecido un pago mayor al de mi sueldo, el triple si no eh calculado mal, y con ello podre, no solo independizarme de sus propiedades, si no que podre traer a Giselle. Si no es que antes de volver, mi "juvenil "desmedida" alma decide quedarse en el lugar al que pertenece, y no acá donde me has plantado, entre la árida y fría comodidad de Madrid. Pues no me cuesta nada admitir que he aprendido amar este lugar, disfrutar de tu cortante compañía. Pero no hay nada como el hogar.

Te entregaría la carta yo mismo, de no ser porque para el momento en que la criada te entregue esta nota yo ya estaré camino hacia Algeciras. Mi única y ultima solicitud desde que me has tenido a tu cuidado. Despídame de la hermana Cravo, del abogado Guineu y despídame de usted mismo.

Atte. Alejo. Amb respecte des del començament.

***

REPORTAJE N° 001

De: El Latino, Algeciras, España.

Para: Marco de Gläubiger, Madrid, España.

Se podría decir que comenzamos con el pie derecho. Salí tan temprano de casa que ni el portero se percató. Creo que exagere un poco al salir de madrugada pues aun caminando hasta la estación, pude ser el primero. Mi cómplice, en esta oportunidad, mi primo, me acompañaría hasta la ciudad puertearía por un asunto propio. Algo de un concurso de vinos.
El Sr. Muktashif Alssaha, llegaría un poco después de la hora pactada, error critico de su parte, el transporte ya iniciaba su labor de partida y nos esperaba por ruegos del cosí. Muktashif me entregó el capital para los pasajes hasta el continente y una ruta.

***

Realizamos el viaje de la forma más económica, por medio de escalas; muchas escalas. De Madrid, hasta Algeciras aproximadamente tomo medio día, con una parada en Granada y otra en Málaga para cambiar de transporte (el cual se accidento en más de una oportunidad). Luego en el puerto, no debimos tener problemas para tomar el trasatlántico, pero a algún chistoso se le ocurrió la gran idea de intentar robar frente las narices de la aduana y la policía.
Ya han manoseado el equipaje por tercera vez.
Debimos haber zarpado con el ocaso a las Canarias. Ah Santa Cruz de Tenerife donde se dirigía mi cosí. Según pude averiguar, el atraso fue por culpa del clima, --el incidente con aquel rufián pareció no inmutarles, pero si un poco de agua agitada-- incluso llegué a oír rumores sobre un motín. Terminamos zarpando al amanecer, todavía con la tormenta en hombros. Dios quiera este fierro llegue a la ínsula.

carta n° 2

De: El Latino, Algún lugar a millas náuticas de las Canarias.

Para: Marco de Gläubiger, Madrid, España.

No negare el hecho de que sólo había navegado una vez, y fue en la edad en la cual no detallas las situaciones. Creí que sería divertido, pero es toda una locura. No pienso mencionar la generación de alergias por la salinidad en el aire, o el estresante y nauseabundo vaivén de las olas. En más de una oportunidad me eh negado a salir de mi camarote, tan solo por oír las embestidas de cada ola, el susurro de la espuma. Sabía que, aun atreviéndome a llegar al comedor, no tendría apetito, si no ganas de vomitar.
Espero que al llegar todo esto haya valido la pena... Y la paga, que comienzo a creer que quedará corta.

***

Con todo el diluvio. Pudimos llegar a La Palma en lugar de Tenerife, en lo personal no afectaba mi recorrido pero mi cosí tuvo que invertir un poco más. Actualmente quiero creer que no pierdo la noción del tiempo, sino que es el quien me pierde a mí, a la embarcación en sí. Eh llegado a esa etapa de frustamiento en la cual los minutos te parecen eternos y no puedes esperar más para lanzarte a tierra y besadla al mismo tiempo que gritas "ALELUYA". (Obviamente eso no lo hare).
Desde mi camarote con una jaqueca y un sentir moribundo, quisiera agradecer al señor Gläubiger por su gran inversión, tanto en mi contratación como en el pago y elección de los transportes. Fue una pasada, lo mal que me sentí en cada uno de ellos, por suerte al llegar a tierra ya seré yo quien elija por donde, cuando y como llegar.

carta n° 3

De: El Latino, San Juan, Puerto Rico.

Para: Marco Gläubiger, Madrid, España.

Si duraba un día más rodeado por agua no estaría para contarlo... o escribirlo (Aún que indirectamente siga rodeado por agua, al menos tengo el placer de disfrutar la firmeza de la tierra). Puerto Rico un lugar de gente muy generosa, lugar donde aparentemente no sufriré percances, así que me adelantare a decir que todo va bien; por el momento.

Por estar fuera del marco geográfico protagonista de este viaje; y que me encuentro tan irremediable, aun con la más fluida de mis ocurrencias. Me niego rotundamente a tomar la máquina de escribir; o un bolígrafo, y el papel para narrar otra cosa que no sean estas fracciones del reporte. Separadas en las tres hojas remitidas como cartas, para dar a conocer mi situación en cada etapa del trayecto. El próximo reporte será cuando algo vaya mal o allá concluido, pues una vez en Venezuela pretendo incomunicarme con Europa.

***

carta n° 0.1

De: Alejandro Gonzáles, Cúcuta, Colombia.

Para: Giselle Padilla, Calabozo, Venezuela.

Madre, sé que tengo un largo rato sin dar razón de mí. El porqué de mi alejamiento ha sido claro desde el principio, tan sólo me eh dedicado a trabajar, no eh tenido tiempos libres más que ahora y de no ser por qué me quiero disculpar, nunca hubiera escrito esto. Yo quiero ponerle en aviso de que cuando acabe, pasare por casa, ya eh hablado con él, al fin te llevare a un lugar mejor. Quizás me quede en la nueva morada que te otorgare de una vez y, ahora sí, para siempre.
Le pido la bendición antes de seguir en esta travesía. Alejo.



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En el texto hay: aventura

Editado: 20.10.2021

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