El legado 3: El resplandor

13. Espinas y heridas

NATALIE

 

Fui la primera en acercarse a los dos escalones que llevaban hacia la puerta de madera. La energía y la magia que emanaba de aquella cabaña eran tan poderosas que mi cuerpo vibraba en respuesta. Mis manos no dejaron de brillar en ningún momento.

—Espera —dijo Jaden tras mi espalda—. ¿Es seguro?

—No creo que haya un gran peligro en esta cabaña.

—¿Quieres que vaya yo primero?

Lo miré por encima de mi hombro, curvando una sonrisa burlesca.

—¿Te estás preocupando por mí?

Jaden resopló, rodando los ojos.

—Sabes perfectamente que siempre me preocupo por ti.

Mi sonrisa no desapareció, sino que cambió de forma, a una más leve, pero ilusionada. No sé por qué me sorprendía que me dijera eso si ya lo sabía, pero por algún motivo me hacía sentir especial.

—No nos pasará nada. Vamos.

Le agarré de la mano inconscientemente y tiré de él escalones arriba, hasta que ambos quedamos frente a la puerta de madera. Fue Jaden quien agarró el pomo y la abrió sin dificultad. El sonido chirriante al abrirla nos dio la bienvenida, junto con una brisa fría a la que no tardamos en acostumbrarnos.

—Esto parece la casa del terror —susurró Jaden, no muy entusiasmado de estar ahí.

—La cabaña, querrás decir.

Solté su mano, para elevarlas e iluminar la estancia. Era una casita pequeña, aunque la oscuridad de la noche no ayudaba a que fuera del todo acogedora. Apostaba cualquier cosa a que parecía mucho más cálida y agradable de día. 

Avanzamos por el salón. A la derecha de este había una pequeña cocina. Enfrente de nosotros se hallaban tres puertas cerradas, husmeé en ellas. La del medio daba a un pequeño baño, y las de los lados eran dos simples habitaciones. ¿Yo había estado en aquel lugar?

Mi mente parecía estar en blanco. Era como si mis recuerdos en aquel lugar se acumularan en las puertas de mi mente para salir, cosa que sólo hacía que estuviese más confundida.

Jaden caminó hasta el lado izquierdo de la cabaña, donde una gran estantería llena de libros decoraba el salón. Me acerqué a él y reparé en el pomo de una puerta que sobresalía a la izquierda de dicha estantería. Coloqué mi mano sobre la superficie, era como una puerta pintada, porque no se podía abrir, sólo era pared.

—Tiene que estar aquí, Nat.

Llevé toda mi atención hacia él. Coloqué mis manos frente a la estantería para iluminar y facilitar la búsqueda. Había todo tipo de libros, la mayoría parecían tener años, se notaba en sus lomos algo desgastados y en el polvo que los decoraba.

—¿Cómo sabemos cuál es el libro? —preguntó, cogiendo uno y abriéndolo—. No sé ni lo que pone aquí.

Solté una risita. El libro estaba en alemán. Jaden comenzó a coger libros de uno en uno, mientras que yo bajé mi vista un poco más abajo. Pasé mis dedos horizontalmente, acariciando los diferentes lomos de los libros. Paré cuando me pareció ver unas letras brillar de una forma diferente ante la luz de mis manos. Cuando reculé con mi mano dos libros más atrás, el lomo de un gran libro me robó la respiración. Acaricié el título "Legatum ex".

—No me lo creo.

Mis dedos se deslizaron por el libro para agarrarlo y al instante una gran descarga de energía recorrió todo mi cuerpo. Sentía el poder de aquel libro, y el de mi magia reaccionando a su toque.

—No puede haber sido tan fácil.

—¿Qué? —Jaden dejó de mirar un libro que tenía en sus manos y observó el que yo tenía—. ¿Es ese?

Leyó el lomo y me miró.

—Es este —respondí, me dolían las mejillas debido a la gran sonrisa de mis labios. Estaba deseando ver la cara de Adey cuando se lo entregara—. Es...tan poderoso.

—Y feo.

Reí. Estaba alegre, nerviosa e ilusionada por nuestro descubrimiento. Jaden tenía razón. El libro, si no fuera por las letras de su lomo doradas, no tendría nada de decoración. Su cubierta era completamente negra.

Vi como Jaden sacaba lo más parecido a un teléfono para mandar un mensaje, seguramente a Reese. Nos había dado ese cacharro Adey para poder comunicarnos.

—Les he dicho que ya hemos encontrado el libro y que pueden irse a casa a descansar —escondió en su bolsillo el aparato—. ¿Ya lo has mirado por dentro? Estaría bien asegurarnos que no está en alemán como el otro.

Solté una risita.

—Estoy un poco nerviosa —dije y no mentía.

La sombra de una sonrisa apareció en su rostro.

—Adelante, haz los honores.

Tomé una bocanada de aire con el libro todavía cerrado en mis manos. Por unos segundos me pregunté qué encontraríamos escrito en él y si, sobre todo, merecería la pena. Jaden se movió y se colocó detrás de mí. Con sus dedos recorrió mis brazos hasta colocar cada una de sus manos sobre las mías.

—¿Necesitas ayuda? —lo escuché susurrar cerca de mi oreja. Mi piel se erizó

—Quizá.

Su pecho vibró contra mi espalda, riendo.

—Vamos.

Jaden me dio el último empujón cuando tiró de mis manos para hacerme abrir el libro, y lo que me encontré, hizo que todo mi cuerpo se enfriara.

Cualquier ápice de entusiasmo desapareció ipso facto.

—¿Por qué están en blanco?

Pasé rápidamente todas sus páginas, las cuales no me mostraban más que hojas vacías. No había nada. ¿Qué clase de broma era esa?

—No me lo puedo creer.

—Tranquila, tendrá su explicación, ¿no?

—¿Explicación? ¡Está vacío, Jay!

Tardé unos segundos en darme cuenta de que lo había vuelto a llamar de esa forma. Sólo esperaba que no le molestara que lo llamara así, ni siquiera yo misma sabía por qué a veces se me escapaba.

Con mis inexistentes ganas de seguir con ese libro en las manos, se lo di a él y me alejé.

—Natalie...

—Déjame, Jaden.

Me senté en el sillón, sin pensar siquiera en la cantidad de polvo que levanté al hundirlo con mi peso de golpe. Crucé los brazos sobre mi pecho y me quedé en silencio. Jaden me observó a unos pasos de distancia, seguramente viendo como la luz de mis manos se iba apagando lentamente. Como mi ánimo y mi entusiasmo.



#8236 en Fantasía
#18762 en Novela romántica

En el texto hay: profecia, magia, ellegado

Editado: 07.03.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.