El legado: A oscuras

Capítulo 15

—No me puedo creer que esté haciendo esto —gruñó entre dientes Jaden a unos metros de nosotros. 

—Nos lo vamos a pasar súper bien —dijo Cole por décima vez— ¿a que sí, Reese? —lo miró— ¡Reese! 

El pelinegro del piercing en la nariz sacudió la cabeza y miró a Cole. 

—¿Por qué me gritas en el maldito oído? ¿Eres tonto o qué te pasa? —frunció el ceño. 

—No me estabas escuchando —se cruzó de brazos. 

—Ni tampoco quiero —entrecerró los ojos en su dirección y se adelantó para posicionarse al lado de Jaden. 

Observé como ambos caminaban con aires de desinterés. Se parecían bastante. 

—Yo sí que te he escuchado —dije por primera vez desde hace un rato. 

Cole me miró casi sorprendido por el hecho de que le hablara. Curvó sus labios hacia arriba. 

—Gracias —murmuró. 

—¿Cuánto falta? —la cabeza de Landon se asomó entre nosotros dos. 

—Eso —se le unió James, el cual pasó un brazo por mis hombros que para su sorpresa y la mía, no quité —Hay un montón de tiendas aquí. ¿No le vale? 

Bufé. 

Al parecer, esta mañana habían tenido todos una charla y decidieron sacarme de casa y llevarme a comprar ropa. Helen dijo que escaseaba de ella, y tenía razón, pero tener que ir con ellos no me dejaba un buen sabor de boca. Alex no estaba debido al instituto, y Nolan... Bueno, creo que no quería que se tensaran más las cosas entre nosotros. Y luego estaba Jaden, que seguramente había vendido obligado. En resumen, la mayoría de sus acciones extrañas eran debido a lo de ayer. Suponía que me querían hacer sentir bien. 

Entramos en una tienda gigantesca de ropa con un montón de variedad. Los chicos pasearon su mirada por la tienda y seguidamente la posaron en mí. 

—Ya eres libre, pequeño cervatillo —el peliverde alzó los brazos en su pequeño monólogo— puedes mirar ropa. 

Me miraba sonriente, pero esa sonrisa fue decayendo cuando poco a poco comencé a fruncir el ceño en su dirección. 

—¿Qué pasa? —tragó saliva. 

—¿Vosotros no vais a mirar ropa? —enarqué una ceja— ¿Acaso habéis venido por petición de Nolan para hacer de mis guardaespaldas? 

Landon abrió los ojos de par en par. 

—¿Qué? ¡No! 

—Solemos hacer todo en familia —se adelantó James para ayudar a su amigo. 

Miré a James y después a Landon. Parecían decir la verdad. 

—Menos mal, porque como guardaespaldas seríais pésimos. 

El rostro de Landon me dio a entender que ese comentario lo había indignado. Comencé a andar por la tienda mientras Landon me seguía y me daba razones por las que sería el mejor guardaespaldas, a cada cual más tonta. 

—¿Qué te parece? —Cole me enseñó un vestido simple. Negué. 

—No me gustan los vestidos. 

—¿Y esta cosa? —Landon agarró una percha y me la tendió. 

—Eso se llama falda, alelado —dijo Reese pasando cerca nuestro y volviéndose a alejar.

Landon frunció el ceño mirando la falda diminuta. 

—Pero si esto ni siquiera me cabe en una pierna. 

—¿Puede ser porque quizá es para niñas pequeñas? Hay un dibujo de Pepa pig a un lado —James intentó no soltar la carcajada que estaba reteniendo. Supongo que lo que había nombrado James era algún dibujo animado para los niños. 

Landon le dio la vuelta a la falda y entreabrió la boca. 

—Oh... —murmuró. 

Rodé los ojos divertida y seguí caminando por la tienda. Cuando los perdí de vista y supe que ya no me seguían subí a una segunda planta que había encontrándome con más ropa, aunque esta vez era solo lencería. 

Sí, estaba clarísimo que necesitaba ropa interior nueva. 

Cogí un conjunto rojo y lo miré bien. Me gustó. Cogí también uno negro de diferente estilo y bajé a la planta de abajo hacia los probadores. 

—¿Nora? 

Me giré y observé a los chicos buscándome. Le silvé para llamar su atención y les enseñé los conjuntos que tenía en las manos contenta por la elección. Abrieron los ojos como platos y se me quedaron mirando como si fuesen estatuas. Reese y James fueron los únicos que reaccionaron y se adelantaron a los demás. 

—¿Os gusta? 

—Eh... —Reese se aclaró la garganta— sí, son muy bonitos. 

—¿Te los vas a probar? —preguntó James. 

—Sí, primero quiero ver si me quedan bien. 

Jaden, Cole y Landon se acercaron a nosotros. En cuanto el peliverde volvió a ver los conjuntos negó con la cabeza horrorizado. 

—Yo me voy. 

Antes de que se diera la vuelta y saliera pitando, James pasó su brazo derecho por el cuello de Landon y lo retuvo. 

—Tú te quedas —sonrió juguetón. 

—Ni de coña, esto no venía en el contrato. Habíamos quedado en que vendría a comprar ropa. 

—Y se está comprando ropa —dijo Cole. 

—¡Bueno, sí! Pero no pienso estar mientras se prueba lencería súper sexy. 

Reese y James sonrieron a la par. 

—Yo estoy contigo. Vámonos a mirar alguna cosa rara de esas que a ti te gustan —Jaden lo miró. 

—¿Vendrías conmigo a la tienda de Marvel que hay enfrente? 

—Sí —pronunció secamente. 

—Pero si detestas ir conmigo porque dices que hablo mucho. 

—Haré una excepción hoy. Venga vamos —parecía tener prisa. 

—¿En serio quieres venir conmigo? —Landon no parecía creérselo. 

—Mira, como sigas hablando me vas a hacer cambiar de opinión, así que o te callas y vamos a la dichosa tienda o te quedas aquí ayudando a Nora a elegir sujetadores y bragas. 

Landon negó horrorizado y acto seguido salió pintando de la tienda. Jaden lo siguió a paso tranquilo. 

—Vaya par —negó divertido Cole.

—Puedes ir a probarte eso si quieres, nosotros nos quedamos por aquí mirando ropa. 

Asentí y me alejé en camino a los vestidores. Cuando estaba apunto de entrar a uno, un cuerpo menudo chocó contra mí. 

La chica alzó los ojos y al verme pareció sorprenderse. Me sonaba de algo.



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En el texto hay: adolescentes, hombre lobo, brujas

Editado: 15.05.2021

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