El legado: A oscuras

Capítulo 19

Tenía frío, pero me notaba algo cansada así que no quise abrir los ojos. No quería despertarme.

—Esto no estaba planeado. 

Una voz masculina llegó a mis oídos pero aún así no quise despertar para descubrir quién se hallaba a mi lado. 

—Está bien, como no funcione te mato. 

No sé cuánto tiempo pasó cuando aquel dolor de mi estómago empezó a desaparecer para dejar el rastro de un simple hormigueo. 

—No se despierta —la voz parecía angustiada. 

Dejé de lado los sonidos y me volví a dejar caer. 

Un incómodo dolor en el cuello me hizo moverme en el sitio para encontrar una nueva posición más cómoda, pero cuando caí en que aquello en lo que me encontraba apoyada no era nada parecido a un colchón, recuerdos de lo sucedido por la noche llegaron a mi mente. 

Abrí los ojos de par en par un tanto alterada. Me encontraba en el bosque, apoyada en el tronco de un árbol. Estaba empezando a amanecer, lo supe por la luz que se colaba entre toda aquella vegetación. 

—Lleva dormida dos horas....Sí, sé que se puede quedar dormida mucho más pero no tenemos tiempo, tengo que hablar con ella...¿La herida? No sé, voy a ver. 

No sé de dónde llegó aquella voz, supongo que el chico no estaba en mi campo de visión, así que no lo pude ver. Cerré los ojos en cuanto oí sus pasos acercándose por un costado y seguidamente se agachó a mi lado. Cuando agarró el dobladillo de mi camiseta con la intención de subirlo me moví rápidamente y lo inmovilicé tomándolo por sorpresa. Mi cuerpo quedó encima del suyo. Con una mano agarré sus muñecas encima de su cabeza y con la otra hice presión en su cuello. Mis piernas se pegaron a las suyas evitando cualquier movimiento por su parte. 

—¿Quién eres? 

El chico me miró sorprendido bajo mi agarre. Un brillo de diversión apareció en sus ojos junto con una sonrisa socarrona. No se movió ni intentó hacer nada astuto mientras me observaba con curiosidad. 

—Tenemos noticias Houston: ha despertado. 

En cuanto vi el pequeño aparato en su oreja con el que estaba hablando se lo quité con la mano con la que le estaba haciendo presión en el cuello y lo rompí. 

—¡Eh! —exclamó— Eso cuesta dinero, ¿sabes? 

—¿Quién eres? —volví a preguntar  haciendo más presión en su garganta. 

—Un amigo de la familia. 

—Yo no tengo familia —fruncí el ceño. 

Sonrió maliciosamente, cosa que me molestó e hizo que ejerciera más presión, ganándome una mueca por su parte. 

—Quizás si me dejas respirar... —tosió—...puedo contártelo.

Dudé, pero finamente aparté mi mano de su garganta y aflojé el agarre de sus manos. Para mi sorpresa se movió rápido y quedó encima de mi cuerpo agarrando mis manos a cada lado de mi cabeza.

—Cambiamos las tornas, ¿te parece? —gruñí.

—Así lo único que vas a conseguir es que te mate.

Alcé mi rodilla dándole en la entrepierna. Soltó un quejido y rápidamente volví a posicionarme encima suyo. Lo inmovilicé como antes y lo fulminé con la mirada.

—No está bien hacerle eso al que te ha salvado la vida.

Arrugué las cejas.
—¿Cómo? 

—La cosa es que deberías tener cuidado la próxima vez, no queremos que alguien vuelva a intentar matarte. 

Aquel comentario logró que bajara la guardia. Mi ánimo cayó en picado al recordar a Jaden apretando el gatillo con odio. 

El desconocido aprovechó mi despiste y nos hizo girar en el suelo volviéndose a poner él encima mía, sólo que esta vez no me inmovilizó y yo no intenté escaparme. Tenía la mirada perdida en sus enigmáticos ojos grises mientras él me miraba confuso. Sus rulos castaños le caían por la frente dándole un aire despreocupado. 

—Lo he arreglado, ya no intentará nada. 

—¿A qué te refieres? 

—El chico estaba como loco bajando la colina para ir a buscarte —sonrió amargamente—. Cuando lo encontré hice algunas mejoras en su mente. 

—Espera, ¿cómo que algunas mejoras? 

Puse las manos en su duro pecho y lo empujé para que se apartara. Ambos nos quedamos sentados en el suelo. 

—He bloqueado todos los recuerdos que le han llevado a matarte. 

—Eso significa que has podido verlos —supuse, a lo que él asintió—. Entonces podrás contarmelos, ¿no? 

—No, no puedo. 

Se levantó del suelo y yo hice lo mismo para estar a su altura. Se empezó a sacudir la ropa bajo mi atenta mirada. 

—¿Por qué no? 

—Porque si te lo cuento sabrías cosas que todavía no puedes saber. 

—¿Cómo? No te sigo.

Estaba perdida, y muy confusa también. ¿Qué tenía de malo que me contara lo que había visto en los recuerdos de Jaden? Aunque...un momento, ¿cómo podía hacer él eso? 

—¿Qué eres? 

Reprimió una sonrisa y sin contestarme empezó a andar por el bosque. Yo seguí sus pisadas con la esperanza de que respondiera a mis preguntas. 

—Supongo que no me lo quieres decir. 

—Supones bien —dijo con un tono divertido. 

—¿Y cómo sabías que estaba aquí? ¿Cómo has podido salvarme? 

—Bueno, vine a hablar contigo, pero entonces ese chico apareció y te disparó —se paró y me miró—, cosa que no tendría que haber pasado. Así que debes tener más cuidado. 

—Claro que lo tendré, me iré de la mansión. 

Esta vez fui yo la que empezó a andar mientras él me seguía por el bosque. 

—¿Qué? No, lo que menos puedes hacer es irte. Ahora no. 

—¿No? Les estoy poniendo en peligro quedándome. 

—Debes quedarte —ordenó. 

Paré en seco ante su orden y me giré molesta. 

—¿Por qué debería? 

El chico juntó sus labios con fuerza y tensó su mandíbula, como si la respuesta a aquella pregunta no pudiera salir de sus labios. 

—No puedo decírtelo. 

—Pues entonces me iré. 

Su mano agarró mi brazo antes de que me fuera. 

—Mira, ahora más que nunca van a estar más a salvo contigo que sin ti. Pasarán cosas, las cuales no te puedo contar, y que poco a poco conformarán tu futuro, ¿entiendes? Si esas cosas no las vives, uno de tus posibles futuros dejará de existir. 



#15104 en Fantasía
#33551 en Novela romántica

En el texto hay: adolescentes, hombre lobo, brujas

Editado: 15.05.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.