El legado: A oscuras

Capítulo 25

COLE


Helen mecía su cuerpo con una mano en el pecho mientras lloraba, como si le hubiesen arrancado una parte de su ser, aunque tampoco estaba muy lejos de aquello la situación. Nora tenía una mordedura de vampiro en el cuello, lo que significaba que todo estaba mal. Había dejado de retorcerse en el sillón y de llorar, pero eso no quitaba el hierro a la situación.

Por un momento, entre todo el miedo que sentí por Nora también sentí una profunda molestia por no habérnoslo contado. ¿Sabría ella lo que aquella mordedura significaba?

Ninguno de los presentes se había atrevido a hablar, el silencio a nuestro alrededor sólo hacía más que doler. Helen hizo el amago de levantarse y Reese, que estaba a su lado le ayudó. Miró a Nora otra vez y no tardó en ahogar un sollozo con su mano. ¿Cómo le diríamos a Nora que tenía las horas contadas? ¿Cómo nos lo diríamos a nosotros mismos si ninguno de nosotros lo quería creer?

El nudo de mi garganta no desaparecía por más que tragara saliva. 

—Helen...—Reese no pudo aguantar y abrazó a Helen, dejando ver al chico que nunca se dignaba en enseñar. Al chico sensible y cariñoso.

Miré a los chicos pero no obtuve miradas de vuelta. James estaba sentado en el brazo del sillón, a los pies de Nora, mirando al suelo. Landon, detrás del sofá y con las manos apoyadas en este miraba a la pelinegra dormir. Y Jaden...bueno, el parecía mostrarse reacio a mirar la escena. Sus mentes estaban en otro mundo y normal, cualquiera en ese momento desearía estarlo.

—No se va a morir.

Ni siquiera pensé cuando lo dije, pero me negaba a que el temor que nos envolvía se hiciese realidad. Nora no iba a morir. Helen se separó de Reese y me miró apenada, como si mi deseo fuese algo que le encantaría a ella también pero que no podría cumplir.

—Cole...—me miró apenada.

—No. Nora no se va a morir, ¿vale?

—Cole, le ha mordido un vampiro y todos sabemos que una mordedura es letal para un licántropo —comentó Reese.

—Pues al parecer ella no lo sabía porque no nos dijo nada, no tiene ni idea de lo que le está pasando.

James alzó por fin la mirada del suelo y me miró, carente de brillo en los ojos.

—Habrá que contarle porqué se siente tan mal.

—¿Ah, sí? ¿Y cómo le vas a decir exactamente que se está muriendo por una puta mordedura de vampiro? —no me importó soltar improperios en ese momento—. ¡Ni siquiera sabemos cuánto veneno fue capaz de inyectarle en el cuerpo! ¡Puede que le queden unos pocos días, o incluso horas! ¿Cómo se lo vas a decir, James? Porque yo no puedo mirarla y decirle lo que con mucha probabilidad puede que suceda.

—Cole...—Reese me advirtió que me callara, pues el rostro de Helen cada vez se veía peor.

—Cole tiene razón, me niego a decirle a Nora nada, y para no decirle nada sabéis lo que hay que hacer, ¿no? —Landon nos miró a todos—. Salvarla. Hay que salvarla.

 


NATALIE


Mi cabeza palpitaba de dolor, como si me hubiesen acribillado a golpes sin piedad. Sentía mi cuerpo pesado, tan pesado que me era imposible incluso mover los parpados de mis ojos. Escuchaba murmullos que poco a poco comencé a oír con más claridad.

—Estos son los únicos que he encontrado sobre vampiros —la dulce voz de Helen hizo eco en mi cabeza—. Tomad, leedlos con atención.

—¿Crees que encontraremos algo? —cuestionó James a mi lado. Supe que estaba sentado a mi lado y que ambos estábamos en una cama que no parecía la mía. Me era más cómoda.

Escuché las voces de los demás chicos pero después todas se sumieron en un silencio mientras escuchaba el ruido del movimiento de las hojas de libros. No sabía dónde estaba, ni por qué estaban ellos allí, ni qué era lo que hacían, pero la pesadez de mi cuerpo y el sueño hicieron que volviese a caer.

El grito de la que creí que era la voz de Landon me hizo despertar, más no abría los ojos.

—¿Qué pasa? ¿Has encontrado algo? —preguntó Cole con impaciencia.

—Sí, he encontrado los síntomas de una mordedura de vampiro.

—¿Cuáles son? —preguntó Helen.

—Aquí dice que los síntomas varían de intensidad dependiendo de la persona afectada, y dependiendo de la cantidad de veneno a veces ni siquiera se dejan ver antes de la muerte. Los síntomas más comunes son: dolores de cabeza, entumecimiento del cuerpo, insensibilidad en las extremidades, sudores, cambios bruscos de la temperatura corporal, dolor de huesos, problemas respiratorios, sensación de quemazón por todo el cuerpo, dolor en el pecho y sangrado de nariz, boca u oídos, entre otros.

—¡¿Entre otros?! —la voz de Reese tronó.

¿Eso era lo que causaba una mordedura de vampiro? ¿Había oído bien o...iba a morir?

—Reese, cálmate —rogó entre dientes la voz gruesa de Jaden.

—También pone que en algunos casos, el punto extremo y más grave son las alucinaciones —terminó por leer Landon.

—Esto es de locos —jadeó a mi lado James—. ¿Por qué cojones sólo ponen mierdas de síntomas en vez de la cura?

—Porque quizá no la hay —dijo Reese.

—Tiene que haberla.

—Eso significa que me voy a morir, ¿verdad?

No pude aguantar más y lo solté. Ni siquiera sabía qué pensar, ¿tan grave era aquello? ¿Por eso me había estado sintiendo tan mal? Lo que más me estaba matando en ese momento fue la idea de morir, y para mi sorpresa supe que no quería pasar por eso, ya no. Era feliz, viviendo una mentira pero feliz y con una familia. Ellos eran mi familia y estaban sufriendo en ese instante por mi culpa.

Abrí los ojos poniendo de mi esfuerzo y miré al chico rubio de ojos grises que se hallaba en mi campo de visión. Todos se habían quedado callados y seguramente con una cara llena de horror y miedo como la que James me estaba ofreciendo en aquel momento.

—¿Por qué dices eso?



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En el texto hay: adolescentes, hombre lobo, brujas

Editado: 15.05.2021

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