{ El Legado De Askar }

| PRÓLOGO |

En un reino escondido entre montañas cubiertas de niebla y bosques tan antiguos que nadie recordaba su verdadero origen. Ese reino se llamaba Askar. Allí, la gente no era como en otros reinos: aunque parecían humanos, podían transformarse en bestias cuando querían. Esa era su herencia y su orgullo.

En Askar, la bestia que habitaba en cada persona marcaba su lugar en el mundo. Las panteras y los pumas formaban parte de la realeza. Los leones, tigres y leopardos eran nobles. Y el resto, con formas menos imponentes, vivían como plebeyos. Todo está ordenado según antiguas reglas que poco se atrevían a desafiar.

Sin embargo, existía una vieja leyenda que nunca terminó de olvidarse:

Se decía que, algún día, nacería una muchacha diferente, una que no tendría forma de bestia. Ella llevaría en su piel la marca del futuro rey, y cuando la marca apareciera, tendría el poder de domar todas las bestias y cambiar el destino del reino.

Maya nunca escuchó esas historias cuando era niña. Fue encontrada en el bosque siendo apenas un bebé, y adoptada por una pareja de plebeyos sencilla que la amó como si fuera suya. Creció pensando que era igual a los demás, hasta que, a los 10 años, sus padres adoptivos le contaron la verdad: Ella era humana.

Desde ese momento, Maya supo que debía ocultarlo. En Askar, ser diferente era peligroso. Pero aún así, en lo más profundo de su corazón, una voz le decía que algún día descubriría porque había llegado a este mundo. Y, sin saberlo, su destino ya había empezado a moverse, silencioso como el susurro de las hojas en el viento.




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