Como ya era costumbre Luan se encontraba recostado entre las ramas de un árbol observando como el viento movía las copas de los árboles cuando a la distancia pudo distinguir un leve aroma dulce que pareciese que se acercaba.
Agilmente bajó del árbol y agudizó su oído, entre el ruido de los pájaros y el viento moviendo los árboles pudo reconocer el ruido de pisadas, eran algo lentas pero firmes, no parecían ser de un humano, pero tampoco de un animal grande.
Olfateo el aire y el olor dulzor se había intensificado de golpe junto a la velocidad de las pisadas. Luan sacó su daga colgada en su cinturón y espero listo para atacar, miró a su alrededor con detenimiento, esperando a ver algún indicio de donde aparecería la misteriosa criatura, notando el movimiento de unos arbustos a su derecha antes de que un perro de gran tamaño apareciera de él, el cual se detuvo al seco en verlo.
El castaño se relajo y guardó su daga antes de acercarse al animal e hincarse frente a él.
—Hola ¿cómo estás? —pregunto acariciando la cabeza del animal— ¿de donde eres? —el perro solo se acercó más a él para que le acariciara el lomo —¿te perdiste o algo así? —el perro en respuesta solo ladró y se acostó de espalda al suelo, dejando su panza expuesta para recibir más cariños.
Luan sonrió y comenzó a acariciar al can, cayendo en cuenta que el olor dulce provenía de él, pero no parecía ser de él.
—¿Te gustaría vivir conmigo? tendrás una cama linda y comerás bien, y tendrás hermanos con los que jugar, y tendrás un nombre digno de tu porte, como Rey o Capitán o-
—¡Coco! —exclamó un chico pelinegro asomándose por los mismos arbustos que el perro, quedando a menos de un metro del castaño.
Luan se levantó de golpe y empuño su daga poniéndose frente al perro mientras inspeccionaba al intruso, tenía el cabello algo desordenado peinado hacia un lado, dejando ver su frente, además vestía un traje completo de un azul oscuro con detalles dorados, pero la vestimenta no le pareció tan relevante como lo fue la espada que llevaba colgada en la cintura, la cual en su empuñadura tenía un animal tallado que no lograba distinguir.
—¿Quién eres y cómo has entrado?
El pelinegro se dedicó a observar al chico frente a él por un momento, desde la posición defensiva que tenía junto con la daga, hasta sus ropas que consistían en algún tipo de capa que le llegaba hasta la cintura y unos pantalones holgados, dejando su pecho y pies expuestos.
—Me llamo Eiden y estaba siguiendo a Coco —apuntó al perro que aun seguía detrás del castaño— si ingrese a una propiedad privada me disculpo, no fue mi intención y me retiraré de inmediato junto a mi perro.
—No te creo —respondió firme.
Eiden frunció el ceño —Pero estoy diciendo la verdad, no tengo ninguna razón para mentir, Coco comenzó a correr y lo seguí porque no quería que se perdiera, no conocemos estos terrenos.
Luan miró de reojo al perro detrás de él, el cual estaba sentado moviendo su cola rápidamente con la vista fija en el pelinegro.
—Incluso si es cierto lo que dices, eso no explica cómo entraste con tanta facilidad.
—Escucha, no quiero involucrarme en problemas, estoy en una búsqueda importante y no me puedo retrasar, solo déjanos ir y podemos fingir que nada de esto pasó —dio un paso hacia Luan y de inmediato recibió una patada en el pecho que lo hizo caer de espaldas.
Luan se posicionó sobre Eiden, pisando una de sus muñecas y agarrando la otra mientras sostenía la daga a centímetros de su cuello.
—No puedo dejarte ir, no cuando entraste a Luna como un invasor, según nuestras leyes te debo llevar ante la reina y ella decidirá que hacer contigo.
Eiden sonrió ante las palabras de Luan.
—¿Por fin estoy en Luna?
holaa, esta es mi primera vez publicando algo y todavia estoy aprendiendo como funciona todo, asi que nose si esto quedo bien jsjsj espero que si, ojala esta historia sea interesante, bye bye (⌒∇⌒)ノ"
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Editado: 17.09.2024