(Capitulo 4)- Las cárceles quedaron vacías en el momento que dijiste adiós 

Las cárceles quedaron vacías en el momento que dijiste adiós 

Creer que es fácil decir adiós es ignorar por completo la ausencia, es creer que somos fuerte aun sin estar con ella, es vivir en un recuerdo que te obliga a dejarla ir en cada momento de su regreso. Decir adiós es mostrar el amor a travez de un te extraño, es vivir con la ausencia aun sabiendo que te hace daño, es aceptar que se volvería a machar cada vez que la vieras regresar, es esperar otra temporada para volverla  amar cada día mas y luego tener que dejarla ir.

Charlar con tus lagrimas en un lenguaje que ambos suelen comprender; es buscar una excusa para llorar por todas aquellas cosas que en algún  pasado no te atreviste hacer. Cargar tu alma con dolor; en el momento en que le dices adiós a tu felicidad recargada en los abrazos que durante la noche en  la cúpula del parque se daban, extrañar no es renunciar; es saber que el momento de esperar a llegado; y se hace larga la ausencia al momento de no tenerla, aunque mi corazón está esperando aquella realidad donde podamos estar juntos y no separarnos jamas.

Saber que te quiero y tener que esperar; es el martirio que por años castiga este amor que siento por ti, busco razones para amarte cada día mas. Miro al cielo y de solo pensarte me llegan las ganas de atraer nuestras almas a un sueño donde no podamos despertar, caminar sobre los canales de Venecia o volar sobre la gran muralla; ver caer cada hoja del cerezo en los días de otoño y disfrutar de los atardeceres en el país del sol naciente.

Caminos estrechos es por donde atraviesa nuestro amor al momento de la separación de sus polos, refuerzan las estrellas las noches en las que pienso en ti, las aves me cuentan que cada tarde cantas una melodía nueva al viento; imaginando que nos veíamos y disfrutábamos en tonos y semi tonos la delicadeza de nuestra felicidad armonizada por nuestros besos. Las historias se inspiran al verte sonreír, Andromeda reluce  al sentir el brillo de tus ojos a la luz de la luna,  los peses danzan con tan solo imaginar que vuelves a ellos en tu forma de sirena.

Desgasto mi alma entre penas y melancolía por esos sueños inconclusos junto a ti, esta temporada es mas densa; ya años de espera entre nuestro encuentro se han vuelto muy común, pero la presión de una situación me lleva a la desaparición de todo el mundo. He quedado preso dentro de una cárcel de impotencia al llagar ese día donde todos graduaron sus sueños y esperanzas y mis rosas se marchitan, fuerte peso cayó en mi corazón por no sostener esta conversación entre amigos de toda una vida, cuando llegaron vestidos de gala y yo sentado en la sala de mi casa lloraba por la ausencia de mi presencia en aquel lugar de fiestas grabadas.

Perdí la cordura, el tiempo no me importo mas; salía ambulante por las carreteras; entre penas y lagrimas de un momento donde mis emociones estaban en descontrol, trataba de pensar en un momento feliz, pero la situación era mas fuerte que mi intención. Fui vencido por la melancolía y ese fue mi mayor error, cultive pasión por el dolor y poco a poco me fui olvidando del amor, y mi plena existencia ya era dudosa;  mis deseos se refugiaban en la esperanza de que al verla a ella encontraría respuesta a esta pena que vivo en carne propia y sin consuelo.

Entre días de angustias y ausencia de felicidad; acudo a esa habitación en mi corazón donde nos solíamos encontrar, las cartas al viento ya no son respondidas con la misma cotidianidad. El amor sigue intacto; aunque me cuesta aceptar que duele el pensar que junto a ellos no me pude graduar, largas horas en espera de su aparición estelar luego de unos días la vi, vi como esas letras palpitantes llegaron hasta mi corazón.

Carcomí mis deseos de querer volver a ser feliz, solo me quedaba ella y con amor le explique, no quiero un mundo mejor; quiero un mundo donde solo seamos tu y yo, donde el cielo no sea azul y la luna y el sol no den mas su calor. Quiero verte hasta en los retratos modernos, quiero traer esos recuerdos eternos para que nuestra felicidad no muera sin primero haber surcado todos los cielos.

Horas largas de conversaciones forzosas donde el crujido de las letras chocaban una frente a la otra, ya habían pasado tres temporadas desde el día en que conocí la felicidad tallada en la silueta de una mujer. Me llegué a enamorar mas aun teniendo su ausencia, sometí  mis horas a solo calcular el tiempo de su llegada en cada temporada que pasaba, soy feliz al imaginar toda una vida junto a ella, un rio resuena dentro de mi; lleno de peses rojos y amarillos que traen consigo cuentos de amor.

Mis letras de canciones giran en la tonalidad de sus ojos, claros atardeceres rompen los recuerdos marchitos que puede traer la impaciencia de la razón. Catacumbas abiertas donde se encuentra nuestra historia tallada en los cráneos de algún poeta o historiador, salir y encontrar que esta vez no estás; marcaba cada vez mas lo que el día de hoy para mí significa amar.

Salías a mi encuentro entre noches distantes, no dejaba nunca de relucir la hermosura que llevaba tatuada tu sombra; mis sueños de encontrarte siempre te los manifesté te decía que te esperaría incluso después de la muerte, que escribiría nuestra historia y la conocería 
todo el occidente. Este amor prematuro en riesgo de muerte, la union que durante años fue una constelación celeste; se ve amenazada por las horas donde no estamos juntos, no pretendo recorrer tus 
sueños pero deseo que en cada uno de los míos tu siempre estes en ellos.

Brillan  mis ojos en el momento que pienso en ti; son contados los segundos que perduro atrapado en este mundo donde no estas tú, donde quererte se vuelve un mandamiento y olvidarte no existe en ningún texto antiguo. Marcan las penas el reencuentro de nuestras almas, mientras deslumbran los besos que dejamos tallados en nuestros recuerdos, la afinidad de nuestros deseos es lo que me cautiva; y que cada día el dolor de no estar junto a ti se vuelve Fenix nace cada mañana y muere al caer el sol.