Como se logran cambiar las cortinas del corazón?
Fuiste la casualidad mas hermosa que ma ha pasado en toda mi vida; y que desearía que volviera a pasar. Como se acostumbra el corazón a la ausencia de aquel amor que logró derribar todas sus defensas y destruir sus fronteras dandole un nuevo significado a la palabra amar. La realidad es oscura; es oscura ante los ojos del sufrimiento, lagrimas anticipadas por el zumbido de un pasado que creímos ya haber enterrados en el muro de los lamentos.
Lagrimas que cubrían todo mi rostro hasta llegar a mi pecho; fueron las cartas que dedicó mi alma a esta amarga realidad que aprisiona este peregrino de amor en un reencuentro eterno con el desolado viento del pasado.
La vi marcharse tan hermosa y radiante como aquel día en que la vi llegar, y entonces entendí que ese era el fin de algo que por varios años creí que sería eterno. Despertar y pensar que esta vez no te podría encontrar aun estando en aquel lugar donde juntos solíamos recrear las sinfonías mas hermosas, se habían vuelto las marcas que sellaron mi alma en este nuevo camino que atraviesa el día de hoy. La oscuridad no es el peligro, a lo que en verdad le temo es que algún día vayas a sentir por alguien todo este dolor que yo he llegado a sentir por ti.
Porque amarte no fue solo tenerte; también se convirtió en cuidar cada una de tus sonrisas de esos malos recuerdos que solían entrar y salir de tu memoria a la hora de ver a otros caminar hacia el desvarío. Saber apreciar cada una de tus incógnitas a tu estilo de duquesa frente a la corte imperial a la cual solías dejar relucir tus dotes magistrados aportados por Freyja.
Y el día que encuentres a alguien; que puedan sentir el uno por el otro lo mismo que yo siento por ti, veré el cielo mas estrellados empapado en lagrimas al junto de una sonrisa. Solemos caminar sobre los clavos que nos trae las construcciones abandonadas de un futuro que planeamos construir juntos, y las espinas sangran al momento de escuchar narrar nuestra historia. Que será del cielo si llega a perder su brillo; caerá en tinieblas al igual que mi alma en el momento en que me vi sin tu amor. No juzgo aquel que llora noche tras noche desconsoladamente, pues sé; que en algún momento de su vida todo ese llanto fue una sonrisa que hoy es marcada con lagrimas por su fuerte ausencia.
En realidad miro las paredes de mi habitación y me pregunto, como sucedió todo esto, andábamos por el mundo como si fuera nuestro y al mirar; todo se termino destruyendo, pero no fue tu culpa, en realidad fue mi oscuro sueño; donde en ti; me sentí una paloma alzando vuelo junto a tu mirada, y no me di cuenta que estaba preso bajo un techo de barras que impedía cumplir ese tan anhelado deseo de estar juntos por siempre.
Las cuerdas de mi guitarra y el sonido de mi garganta solo encuentran las notas en la melancolía, el silencio del amor fue notorio durante muchos días y nunca mas volvió a salir de su habitación. Volví a charlar con la razón hablamos tanto que sin darme cuenta mi corazón poco a poco se alivió, pero no olvido el dolor; todo fue una distracción que cada noche al mirar la luna llena desaparecía, en la silla del rincón ya había otro sentado y fuertes discusiones con personas que en algún momento estuvieron a mi lado; cada vez mas me arropaba el dolor y la sensibilidad desaparecía.
Fui como un cuerpo sin vida; insensible al aroma del amor; encontré casa en el dolor; y vi las nubes negras llenar mi mente. No luché para hacerme mas fuerte; sino para demostrar que aun aguardaba fuerzas para seguir luchando por esto que en algún momento consideramos ambos amor. Pero vi tu felicidad a su lado y comprendí que luchar solo sería un gasto de fuerzas que no se recordaría en el transcurrir de los años.
Escuchar a mis amigos hablar sobre la diferencia entre amor y el dolor se había convertido para mi en deporte, fingir se había vuelto un habito en los postreros días de su partida, todos querían ir en risas por sus sueños que se cumplían, dentro de aquella discusión alguien me mira y sale de repente la pregunta sobre el dolor y el sufrimiento,
-No sabrás nunca lo es que es dolor; hasta que hayas perdido a eso que en verdad te hacía feliz. (le respondí)
Todos olvidaron rápido la conversación mientras que en mi mente solo habían palabras suyas diciendo lo tanto que me quería y lo eterno que sería el amor entre nosotros. Las canciones de amor eran como gotas frías a mi alma, vi su rostro en todos lados y en las conversaciones pronunciaba su nombre, derramaba lagrimas frías cada noche en su memoria y dejaba ver mi alma ante la luz de la luna; los poemas de Neruda eran mis acompañantes, lineas de Benedetti y surcos de Cervantes fueron mi receso del dolor que por muchos días me trajo la literatura y la razón.
Y al final todo volvió a ser como era antes de su llegada, volvió el silencio; la oscuridad y la presencia de tu ausencia me hace pensar mas en ti, intento no pensarte; pero cierro los ojos y llego a tu recuerdo azul endeble que me carcome. Es fácil reconocer el grado del dolor al mirar la herida, pero quien mira las heridas que fueron hechas en lo mas profundo del corazón, quien reconoce que tanto se sufre cuando el dolor no es provocado por un accidente; mas bien por la perdida de aquello que era la fuente de tus mañanas mas hermosas.
Mis ideas quedaron vacías ya no habían mas recuerdos estelares ni momentos memoriales, charlé con el destino sobre ti, y no encontré respuesta; me hizo sentir culpable y preguntar cual fue mi error, el no haberla amado lo suficiente; o el haberla amado demasiado. Mi vista se volvió fría y sonrío por corto tiempo, por que ver la felicidad suya desde otros ojos era muy notorio para todos, perdido en el tiempo y espacio fue mi naufragio en las costas de Tahití, donde remolinos de olvido cargaban mis ansias de querer verte una vez mas.