Me contó todo lo que hacía. Todo lo que amaba hacer.
Me contó que es dibujante. Pero también terapeuta y maestro.
Y le creo.
Que ha escrito canciones, poemas, guiones y cuentos.
Que diagrama jardines y planta aromáticas en el patio de su casa.
Le creo.
Me dijo que sabe ajedrez, que lo juega desde muy pequeño, me dijo que aprendió el inglés copiando palabras del diccionario sin saber lo que escribía.
También le creo.
Me dijo que hace de todo, que fue guía de trekking, que ya no lo hace, que sale a caminar, que tiene dos gatas.
Le creo.
Porque no está entre el montón.
Porque yo también soy así.
Para los ojos comunes no tiene sentido,
sería irrisorio, pero yo le creo.
Porque sólo unos pocos van a entender estas palabras.
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Editado: 20.03.2025