El límite del cielo - Máleran | libro 1.

capítulo III - Los Felzi.

Tiempo:

11:37am, 1 de Agosto de 1897.

Lugar:

Destokar, Nación de Grity, Continente Apsurer.

 

Melody volvió junto con sus padres en el carruaje un poco apretados a causa de la inmensa pero bellísima (palabras de la propia Melody) lámpara que su abuela les había regalado.

—¿Te gusta la lámpara cariño?—preguntó Shaneka a su hija.

Melody asintió con la cabeza añadiendo:

—Me recuerda a la araña que encontré aquella vez en mi cama, y me da un poco de miedo.

Ambos, tanto Enrique como Shaneka rieron a carcajadas.

—Pero Mel... —dijo Enrique intentando mirar a su hija pero sin apartar los ojos del camino porque en ese tramo de la vuelta había varios pozos peligrosos para (León) el caballo de los Flanagan—. Es sólo una lámpara, no te hará daño; es más, ni siquiera se moverá de donde la pondremos, eso si no entra una fuerte brisa por la ventana —exclamó Enrique Flanagan.

—De igual manera la sombra se verá como una araña —repitió Melody.

—Pero una araña tendría pequeños pelos —contestó Shaneka tomando la mano de su hija y haciéndole tocar la sólida, lisa y fría base de aquel candelabro.

—Bien, será un candelabro entonces —contestó Melody.

La vuelta fue más tranquila, León había podido tomar una buena siesta, y comer bastante en el prado de Nanci Badel, así que esta vez iban un poco más rápido y pudieron llegar antes del atardecer.

—Mamá, me iré a la casa de Amy, debo mostrarle unas cosas —dijo Melody bajando fuertemente una vez su caballo se quedó quieto en frente de la casa de los Flanagan.

—Está bien cariño, pero ¿No preferirías cambiarte? —exclamó Shaneka al ver que su hija aún no se había sacado su vestido.

—Hubieras dejado que se quedara con ese, ¿Acaso no quieres que use más sus vestidos? —dijo Enrique.

—Ese es el tema, si los usa como a sus zapatos, volverá con más huecos en sus vestidos —explicó Shaneka justo antes de que Melody apareciera.

Entró para cambiarse y en un segundo salió para darle una vuelta a Destokar, para Melody el ponerse un overol y una camisa, era como respirar, aborrecía el usar vestidos.

Caminó lento al principio, para no cansarse, pues debía recorrer mucho con Amy y Trimuell. Al llegar a la casa de Amy llamó a su puerta, pero la atendió la señora Victoria Raw.

—Hola Melody, ¿Estás buscando a Amy? —dijo la madre de Amy.

—Si, por favor ¿Podría llamarla? —contestó la niña.

Desde el fondo de su casa salió Amy, totalmente despeinada y con su camisón.

—¿Qué hora es?

—Es hora de ir a recorrer Destokar, vamos Amy —dijo Melody tirando del puño de su camisón.

—Alto. péinate, y cámbiate antes de salir así señorita —exclamó su madre, tomando el peine y buscando una pequeña fuente de cerámica.

Luego de unos momentos, Amy salió cambiada, peinada y con una pequeña bolsita que cruzaba desde su hombro izquierdo hasta su cadera.

Cruzaron un callejón bastante lleno de tierra, sus alpargatas ya se habían llenado de polvillo y Melody estaba agradecida de su madre, al recordarle que llevara otra ropa, y no fuese con sus zapatos, no quería otro sermón como el de ayer, al mirarse los pies y alpargatas marrones de tierra.

—¿Por qué traes esa bolsita? —preguntó Melody.

—Por si acaso aparece alguna mariposa por ahí —dijo Amy sacando de la pequeña bolsita, un tarro de vidrio con unos pequeños orificios en la tapa.

—No sé por qué te gusta atrapar esos bichos tan feos —contestó Melody.

—Son bellisimos.

Al llegar a la casa de Trimuell, Amy y Melody tocaron las manos.

—Ahí voy —exclamó Trimuell asomándose por una ventana.

—Jovencito, lleva a Jack contigo —dijo Celia desde dentro de la casa.

—Pero mamá, va a ser muy peligroso —protestó Trimuell, tomando su boina color marrón y su resortera que estaban colgadas dentro de la casa en un pequeño perchero.

—Está bien, pero no vuelvan tarde —dijo Celia saliendo de la casa de los Mustaffa—. Hola niñas, por favor cuiden de mi Trimuell, y vean que no se meta en problemas —exclamó su madre mientras agitaba su mano.

Ambas hicieron una reverencia de saludo y otra para despedirse de la madre de Trimuell.

—Bien Melody, ¿A dónde iremos primero? —exclamó Trimuell, mientras los tres caminaban por aquellas húmedas calles, con charcos, barro, pisadas de personas, caballos y demás animales.

—No por favor Melody, no quiero ir a....—confesó Amy, pero antes de que ésta terminara la frase, Melody la hizo callar.

—¡Shhhh...! Deja que sea una sorpresa para Trimuell.

Los tres siguieron caminando hasta llegar al centro del pueblo donde se encontraba la estatua de Lady Halane, allí Melody se subió un poco la parte inferior del overol y enseguida se adentró en la fuente seguida por Amy, Trimuell se quedó fuera mirando hacia todos lados al observar que todas las personas las estaban mirando.



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En el texto hay: fantasia, romance, aviones

Editado: 19.07.2022

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