El límite del cielo - Máleran | libro 1.

Capítulo XVIII - Surcando los cielos.

Tiempo:

10:25 am, 8 de diciembre de 1908.

 

Lugar:

Hospital de Seratrom, Nación de Seratrom, continente Apsurer:

 

Faltaban solamente dos semanas para la segunda prueba de los aviadores del mañana, además de las preocupaciones que tenía Melody por mejorar como piloto en las réplicas del Hungary 1.0, también se encontraba el problema de su falta de visión en la primera prueba. ¿Había sido una alucinación por sus nervios? ¿Podría seguir en los aviadores del mañana? Esas preguntas casi no la habían dejado dormir la noche anterior.

—Estoy algo nerviosa Rumar —confesó a su amiga agarrando su estómago con fuerza.

—Esos resultados darán bien te lo aseguro. Esperemos a Ofelia.

La señorita Ofelia Zasdre se hizo presente a lo lejos del pasillo sus tacones resonaban por todo el hospital.

—Aquí viene —exclamó Rumar.

—Ya estoy aquí —beso a Melody y Rumar—, mucho trabajo en los aviadores, demasiado papeleo, las inscripciones para el siguiente año están siendo un calvario. ¿Todavía no te han atendido Melody? 

Justo en ese momento salió una de las médicas de la vista que la había atendido días atrás. 

—¿Señorita Melody Flanagan? —llamó el médico de bata blanca.

Las tres ingresaron en la sala para poder escuchar atentamente. Se saludaron y tomaron asiento.

—Bien Melody los resultados dieron positivos a un problema, tu vista está afectada por distorsión  de los objetos en el cielo. Te lo explicaré así… si estás dispuesta —añadió el médico.

Melody exhaló y tomó de las manos a Ofelia y Rumar.

—De acuerdo, estoy lista.

—Bien, verás. Los objetos que intentes identificar en el cielo no se verán hasta estar a pocos escasos metros de tu punto de vista, eso explica porque no pudiste ver aquello, tendríamos que hacer algunas pruebas más para poder verificar desde que altura te comienza a afectar esta distorsión de los objetos el término correcto es “Blagro distanciado”. El problema mayor es que no hay medicina ni tratamiento aún inventado para esta condición, son pocas personas en el mundo que la padecen o que se dan cuenta, pues claro, no muchas personas deciden ser pilotos o saltar en paracaídas como hobby o trabajo. Ahora puedes seguir siendo piloto y afrontar este problema de otra manera. Seguro tu madre —exclamó señalando a Ofelia.

—Oh no, no es mi hija. Soy su amiga y a la vez la que le seguirá enseñando a pilotar los aviones y las técnicas que haga falta para sobrellevar esto —contestó Ofelia.

Melody se llevó las manos al rostro y miró a Ofelia con los ojos invadidos por las lágrimas. La chica piloto salió de la habitación corriendo hacia afuera del hospital de Seratrom.

—¡Melody! —Ofelia salió corriendo detrás de ella— ¡solo quiero ayudarte!

—Muchas gracias señor, ¿Me podría dar las pruebas? ¿Tengo que firmar en algún lado? —consultó Rumar.

—Aquí y aquí —contestó señalando el papel en dos lugares. Rumar firmó y tomó los resultados. Agradeciendo con cordialidad y luego caminó por los pasillos rumbo a la salida. Allí se encontraban las dos sentadas en un banco bajo un árbol al costado de la entrada de las ambulancias.

Rumar se sentó al lado de Melody.

—¿Y si fallo? Ahora tengo más posibilidades de fallar, estoy literalmente ciega en el aire eso complica mucho más las cosas. Por fin sentía que estaba dominando el maldito Hungary 2.0 —dijo Melody agachando su cabeza sobre sus brazos y rodillas.

—Melody siempre hay una salida, sé de muchos métodos para resolver este problema. No puedes tirar todo lo que has logrado, solo porque las cosas se pusieron un poco más complicadas —aconsejó Ofelia.

—Así es Melody, Ofelia tiene razón. Más allá de todo lo malo, al menos hemos recibido los resultados, ahora sabemos cómo contrarrestar esto. Ofelia ha pasado años en los aviadores del mañana seguro conoce muchas personas para resolver este problema —añadió Rumar.

—Por supuesto Melody, podríamos modificar el Hungary para tí, podríamos poner un copiloto. Hay miles de formas, y más que podríamos encontrar con el tiempo.

—Eres mi amiga y te apoyaré en todo. A lo mejor comenzamos con el pie izquierdo, pero ahora sé que quiero ayudarte más allá de mis errores quiero enmendarlos Melody —dijo Rumar sin siquiera pensar en lo que acababa de decir. ¿De verdad he dicho eso? Ella me considera su amiga, creo que ya es hora de dejar mis remordimientos de lado y aceptar que somos amigas sin más. Algún día hallaré el motivo, pero ahora no es el momento de seguirle dando vueltas al asunto, reflexionó Rumar dentro de su cabeza.

—Se los agradezco, pero… —la muchacha de rizos se levantó de su asiento— necesito procesarlo sola durante un rato.

Melody camino y camino sin mirar atrás cuadra tras cuadra pasando canales tras canales sin un rumbo fijo. Pasó por aquel majestuoso edificio con sus palmeras características y entrada apabullante. Recuerdo que ingresé con tanta emoción a este edificio por primera vez cuando no conocía Seratrom, una chica llena de sueños como piloto, Melody rió por los bellos recuerdos que invadieron su mente. Un atisbo de nostalgia la invadió e hizo que se esbozara una sonrisa en su rostro. Necesito un consejo, hablarlo con mis padres, dentro de dos semanas volveré a verlos después de tanto tiempo.



#16923 en Otros
#2112 en Aventura
#27083 en Novela romántica

En el texto hay: fantasia, romance, aviones

Editado: 19.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.