El límite del cielo - Máleran | libro 1.

Capítulo XXI - La estrategia de Velicera.

Tiempo:

3:38 am, 27 de enero de 1909.

 

Lugar:

Oficinas de los Tulipanes, Nación de Grity, Continente Apsurer.

 

Las semanas afortunadamente le habían sacado algunas dudas al equipo de Velicera y Travis, lo primero que sacaron en concreto fue que al parecer… el recluso Espen les decía la verdad, esa verdad que les comía la cabeza a todos los estaban investigando. No estaban seguros pero parecía que alguien los había traicionado  pero… ¿Quién?

Si alguien lo hubiera querido fuera a Espen lo hubiera hecho durante aquella semana en la que estuvieron ausentes los seis. Las pistas a cerca de la máscara y seguir los puntos habían dado ciertos buenos resultados, otra razón más para creer que Espen no mentía. Los ataques se produjeron con la misma posición que los habían marcado en el mapa, estaban usando el mismo método exacto que usaron los seis opositores.

Los ataques de esas semanas fueron tres, pero entre el primero y el segundo habían pasado seis días. Pero entre el segundo y tercero no habían pasado la misma cantidad, fueron un par más, no tenía sentido. No usaban el método de atacar cada seis días o cada siete, ni siquiera había relación entre dos ataques seguidos, ni un patrón que seguir o eso pensaron.

—Tiene sentido hasta cierto punto que armen los tiempos de los ataques aleatoriamente —dijo Chajeo mientras bebía un vaso de agua.

—No puede ser, los seis opositores tienen todo muy bien estructurado —contradijo Clei. Estaba sentado al lado de Firclo.

—A lo mejor esto es lo único que no estructuran —se aventuró a decir Travis mientras se hamacaba en su silla con la mirada fija en la máscara y el mapa de Grity. Intentando hallar alguna clave, o solución.

—Estamos donde empezamos, tendríamos que montar guardia durante algunos días en el siguiente destino de los seis opositores —opinó Trimuell.

—Totalmente denegado, si alguno de los seis opositores descubre que sabemos dónde atacarán todo estará acabado —dijo Velicera.

—No estoy diciendo que aumentemos mucho la guardia Velicera, simplemente un par de soldados más para no llamar la atención —añadió Trimuell levantándose de su asiento.

—Los seis opositores tienen todo controlado, si hay un soldado más del rey Baggerty, ellos lo sabrán —dijo Chaqueo.

—¿Y si el tiempo tiene que ver con los lugares? ¿Y si usan los números para poner horarios? —preguntó Travis buscando algo debajo de un escritorio en un cajón lleno de polvillo.

—Además de los horarios recuerda que las fechas también tienen números —dijo Firclo. Travis sacó una regla desde debajo del escritorio y la colocó en el mapa de la nación con forma de pétalos de una flor.

Todos los puntos seguían marcados en el mapa, alrededor de veinte puntos negros estaban dispersos por el mapa de ataques pasados y futuros.

—Vé anotando Trimuell —ordenó Travis—, ¿El primer ataque fue…?

—La biblioteca del tercer pétalo en la manzana siete —completó la frase Velicera que se acercaba lentamente hacia el mapa con un atisbo de curiosidad, más que nada para saber a dónde llegaría esto.

—¿Y la siguiente…?

—El hogar de una familia un poco adinerada, su padre fue banquero en un pueblo cercano —añadió Clei.

—Ven, ¿Por qué atacaron una simple casa teniendo a un par de cuadras la escuela de Chefs?

—Por qué tienen que seguir los puntos —dijo Firclo.

Las medidas entre el primer punto y el segundo no coincidían, tampoco el segundo y el tercero. A medida que iban anotando menos sentido tenía lo que proponía Travis, pero se lo veía muy convencido por la forma en que iba moviendo la regla puntos por puntos. Terminó de colocar la regla en los que finalizaban la rotación de la misma, todavía tenían cuatro oportunidades, después estarían donde empezaron sin ataques futuros. Probablemente buscarían otro método, pero curiosamente no lo habían cambiado teniendo en cuenta de que hacía un par de meses que tenían capturado de Espen.

—Está súper claro, déjame ver esos números —exclamó Travis quitándole la hoja a Chaqueo—, lo siento —intentando corregir la falta de respeto que acababa provocar.

—Todavía no entiendo tu punto Travis —dijo Velicera agudizando su vista sobre el mapa para intentar ver algo que no lograba divisar.

—Los puntos se van corriendo algunos centímetros —expresó—, por eso no han atacado otros lugares además de ser el lugar, es el tiempo que deben tomar entre un ataque y otro expresado en medidas entre uno y otro.

—Sigo sin entender Travis —dijo Trimuell.

—Creo que empiezo a ver a qué te refieres, continua —ordenó Chaqueo.

—Déjame ponerlo así, el sexto ataque producido en un local de flores importadas fue el día ocho de junio a las doce y treinta aproximadamente, ¿Verdad? —preguntó para corroborar frente a sus compañeros, pero Travis estaba totalmente seguro.

—Tiene razón —comentó Firclo con la lista de los ataques con horario aproximado y fecha.

Así fue probando un ataque tras otro que se había efectuado a lo largo de todos los meses en la Nación de Grity. En todos coincidió. Nadie de los cinco allí presentes se opuso, Travis tenía la clave para predecir el momento en que atacarían los seis opositores en el futuro cercano.



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En el texto hay: fantasia, romance, aviones

Editado: 19.07.2022

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