El límite del cielo - Máleran | libro 1.

Capítulo XXIV - La presentación.

Tiempo:

9:32 am, 14 de abril de 1912.

Lugar:

Aeropuerto, Nación de Seratrom, Continente Apsurer.

 

Los años habían transcurrido y Melody ya contaba con veinte y uno, al igual que su amiga Rumar, los mellizos Partian tenian veinte y tres años en ese momento. La presentación de aviones se llevaría a cabo ese mismo día, de hecho los cuatro se encontraban debajo de un escenario para salir a presentarse como el regimiento 358. Gran parte de la Nación de Seratrom se encontraba en las gradas con sus binoculares listos apuntando al cielo para observar el deslumbrante show de los aviones.

Entre las gradas, más bien sobre un palco construido específicamente para él se encontraba el rey Baggerty con sus tres esoposas. El rey podía casarse las veces que quisiera siempre y cuando tuviera los diez hijos para reinar y seguir con su legado. El primero del lord o la lady que tuviese diez hijos heredaría la nación del actual rey y el título de rey o reina. Muchos hijos de lord o lady anteriores habían sido asesinados por sus tíos para no llegar a reinar sobre todo el continente Apsurer.

En esta generación habian sido tranquilos, al menos no se hbia producido ningun asesinato, la más cerca de ser reina era lady Gina gobernante de la Nación de Acekrop, claro, ella asumiria el reinado cuando su padre dejara este mundo.

El atuendo del rey Baggerty era un chaleco de color azul oscuro y una camisa blanca, su barba canosa estaba perfectamente recortada, su cara regordeta se mantenia seria bajo aquel techo de madera, agudizó la vista para ver a los cuatro muchachos que subian al escenario. Se colocó sus prismáticos de oro puro (muy pesados por cierto) y exclamó a su secretario:

—Arfac, ¿Estos son los cuatro chicos?

—Así es su majestad —declaró Afrac.

—Excelente, veamos de que son capaces y haz que se presenten en las oficinas de mi hijo.

El señor Corum se encontraba como presentador.

—Demos la bienvenida al regimiento 358, compuesto por: “La aviadora más rápida del continente”, Erla Parian —la chica de cabello negro se hizo presente en el escenario con una reverencia—. A su hermano “El rozador de las montañas”, Adamun Partian —el chico de parpados negros subió, dando besos a su club de admiradoras que se encoentraba en las primeras filas—. La tercera “La surcadora del viento”, Rumar Portig —la chica de bandolera azul se hizo presente en aquel escenario saludando al público— y… por último… “Rizos de fuego, la alturista”, Melody Flanagan —la chica de rizos largos subió las escaleras y salió al escenario parándose al lado de Rumar.

Los cuatro saludaron amablemente al público con sus relucientes cinco insignias, no eran treinta como las de Ofelia Zasdre pero ya llegaría su momento.

Cada uno tenía un Hungary 3.7, los hijos de los hermanos Hungary habían hecho modificaciones en su línea de aviones. Lugar para un copiloto en algunos modelos, un mayor rendimiento de la velocidad e inclusive podía llegar tan alto como un Imperial.

Los cuatro encendieron sus aviones para el show, estaban listos. La primera en salir fue Rumar, el segundo fue Adamun y la tercera fue su hermana Erla.

Por último Melody se empezó a desplazar por la pista a unos ochenta kilómetros por hora en un abrir y cerrar de ojos la piloto ya estaba elevando lentamente la palanca y el Hungary ascendió. Melody ya se encontraba a más de treinta metros cuando un veloz Adamun caia en picada a unos cuarenta y cinco grados pasó por debajo de Melody ladeando la aeronave, si no hubiera estado todo calculado centimetro por centimetro, probablemente Adamun habria golpeado el ala derecha contra la pista. El chico de cabello oscuro giró el Hungary nuevamente para dejar la cúpula mirando al cielo y recuperar altura en el vuelo. Debajo la multitud de personas bramó y aplaudió.

—Por poco Adamun, aún nos falta perfeccionar para que los dos pasemos de costado —comunicó Melody a través de la radio a sus tres compañeros. 

En las alturas, Rumar comenzó a girar su aeronave a una velocidad increíble, la chica de bandolera naranja no perdió la compostura ni por un segundo ubicándose donde se encontraba el cielo y donde la tierra a pesar de que giraba con mayor velocidad. Desde aproximadamente trescientos metros, Erla acudía al mismo nivel de altura y dirección que su compañera. A más de cien metros comenzó a girar el Hungary, con mayor velocidad, parecían tener una coordinación casi inhumana, Rumar bajó la velocidad y los dos Hungary se posicionaron en el mismo nivel y dirección con la diferencia que la aeronave de Erla estaba a siete metros por encima de la de Rumar. Su sincronización les permitió seguir girando, cuando un Hungary se encontraba con la cabina mirando hacia la tierra el otro estaba mirando hacia el cielo, cuando uno estaba con la cabina mirando hacia la derecha el otro estaba mirando a la izquierda. Parecía que había un mecanismo invisible que impidiera que los dos aviones chocaran o que estuvieran tan sincronizados, pero no, eso había sido el resultado de años de vuelo por parte de los cuatro.

—Hacen un trabajo sin precedentes —el rey Baggerty parecía muy sorprendido, lo cuál no era muy común.

—Así es señor, son muy buenos —añadió su secretario Arfac—. Pero los chicos del regimiento 593 también están muy bien calificados.

Arfac se detuvo cuando una mirada severa por parte de su rey lo hizo callar.



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En el texto hay: fantasia, romance, aviones

Editado: 19.07.2022

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