El lado frágil de la vida

Esta noche puede ser la primera, ni la última o la única que espero el día que el rumor por fin recorriera cada parte del viento desganado el lado frágil de la vida estaba por nacer, a unos minutos de vida tan solo un llanto basto para descontrolar lo que parecía saber que ese nacimiento quedaría marcado. La luna presenció mi llegada en la noche sobria el silencio fue cortado por los lobos que aullaban a la luna, los animales que descontrolados buscando un lugar para refugiarse.

La muerte llegó en espera del vacío de las vidas que fueron arrebatas, un pacto que marcó la línea del tiempo, un pacto...

—Traerla a mi presencia esté donde esté, para que pueda disfrutar de su última mirada de rencor no importa cuánto tiempo pase. —murmullos y gritos se escuchaban en la profundidad de la oscuridad.

Un pequeño reflejo apareció en la eternidad de la oscuridad guiándome poco a poco a hacia él. Cuando me acerque a ese reflejo mis ojos se abrieron con lentitud y dificultad.

Observe a detalle por un largo tiempo todo lo que para mí era desconocido en ese mismo instante.

El mismo cielo, se dibuja, finita, la luna, la oscura noche sobria cubierta de neblina, los pasos de algunos animales caminando, el viento pasar por todas partes moviendo las ramas de los árboles.

Trato de moverme después de ese largo lapso de admirar todo a mi alrededor, pero estoy desorientada no tengo ni la mínima idea de ¿qué es lo que hago aquí? Pareciera que mi cuerpo lleva mucho tiempo en este lugar y lo único que puedo hacer es mover mis manos y mi cabeza, todo mi cuerpo está dormido cada parte de él está gélido.

Pero de la nada recobre el sentido ¿yo? Y sin hacer otro esfuerzo me levante bruscamente volviendo a mirar todo a detalle, el frío cubría todo a su paso haciendo que los enormes árboles que estaban por todas partes crujieron, pero en el fondo de uno de ellos pude sentir que algo me observaba al instante mi cuerpo recorrió una extraña sensación que se apodero de mí, que me hizo caminar con dificultad ya que no lograba controlar mis movimientos, aquello que sentía en mi cuerpo de que alguien o algo estaba ahí mirándome estaba muy adentrada en mi piel pero aun así no me detendría quería saber que era lo que me llamaba a seguir sin importar que cada vez mi respiración era más agitada.

Seguía caminando sin importar las consecuencias que podría tener al alejarme del lugar donde desperté adentraba a los más profundo de lo que parecía ser un bosque. Sosteniéndome de los troncos de los árboles avanzaba, mi respiración ya eran jadeos que rompían los sonidos que el bosque hacía, ya no podía seguir.

Los árboles ya no seguían más allá de lo que no puedo ver y yo no podía seguir sin ayuda de sostenerme en los árboles o al menos en ramas, pero muy en el fondo de esa oscuridad se lograba ver dos grandes árboles diferentes al resto yo sentía y tenía la necesidad de acercarme a ellos, pero el camino era abierto sin ningún otro árbol donde sostenerme. Sin pensarlo más di un paso hacia adelante temblando mientras lentamente desconfiada me solté para seguir, pero era absurdo termine cayendo en suelo y aun así sabiendo que esto iba a pasar lo intente porque dentro mío sentía la necesidad de acercarme a esos dos árboles.

Volví a hacer el esfuerzo de levantarme, puse mis manos en el suelo me apoyé en ellas poniendo todo el peso mientras mis dos piernas se tambaleaban. Logré estar en pie cuando estuve a punto de dar el primer paso y que mi pie bajara y tocara el suelo.

El suelo se ilumino con una luz blanca que formaba un camino y la oscuridad que acariciaba ese rincón desapareció dejando ver un más lo que había en el fondo.

Estaba petrificada, todo a mi alrededor dejo de existir los ruidos que se escuchaban ya no estaban, lo que mis ojos veían era irreal. Esos dos enormes árboles estaban ahí no era una imaginación mía. ¡Ellos estaban ahí!

Los dos árboles grandes estaban ahí en la nada, uno alado del otro era asombroso cada pequeño detalle de ellos, sus raíces palpitaban un color azul muy remarcado cubriendo todo el tronco haciéndole brillar. No podía creer lo que mis ojos veían, el viento se ha enredado a la niebla y la trenza en el silencio del bosque.