¿el mejor sabor de helado? Tú (tqst Libro #3)

Hermanos

 

 

—¿No crees que estás exagerando un poquito? —preguntó viendo cómo su hermana metía un pijama por la fuerza en una mochila negra; Ann le dirigió una mirada mortal antes de continuar guardando ropa en la mochila—. ¿Ahora no vas a hablarme?

—Dile a papá y mamá que los quiero —declaró Ann sin mirarlo mientras cerraba la mochila a presión para luego colocársela en la es- palda, a continuación tomó el enorme oso de peluche que llevaba una sudadera y salió de la habitación.

Resopló y se pasó las manos por la nuca con desesperación antes de seguirla.

Decir que estaba sorprendido con todo lo que estaba pasando era quedarse corto, nunca jamás hubiera esperado que Kyle se hubiera ne- gado a abrirle a Ann y encima la echase. ¡Nunca había tenido tantas ganas de golpear a alguien! Dejar a su hermana así, ¡qué poco hombre!

Apretó los dientes y se metió con Ann en el ascensor. De reojo vio cómo su hermana se frotaba el rostro con fuerza para no llorar, lo que no hizo sino incrementar sus ganas de asesinar a Kyle.

Intentó acercarse a Ann para consolarla, pero ella solo le dirigió una mirada de odio antes de que las puertas del ascensor se abriesen y saliesen.

En la calle los esperaba Dafne, hacia la que corrió Ann, y ambas se fundieron en un abrazo no sin antes entregarle su enorme peluche a Damián, que lo tomó a regañadientes.

—¡Genial! —bramó Damián caminando hacia él con el oso de pe- luche en brazos, por lo que su enojo parecía menos creíble—. Ahora ellas harán planes y planes de venganza contra ti, lo que significa que Dafne pasará de mí durante no sé cuánto tiempo. ¡Estarás contento!

 

—Acaban de dejar a mi hermana de una forma bastante horrible, aunque no lo creas no estoy contento —dijo con seriedad.

Quería que ella dejase a Kyle, no al revés. No quería que le rom- pieran el corazón a Ann. Apretó los puños con fuerza, iba a matar a Kyle por ser un cobarde rastrero, por dejar a su hermana a través del telefonillo. ¡Si quería dejarla que fuera a la cara para que así ella pudiera pegarle un puñetazo!

—A mí todo esto me parece muy raro —habló Nora, que aún tenía en las manos la bolsa en la que Ann había guardado las sudaderas que había comprado en Portugal.

—No me puedo creer que Kyle la haya dejado —murmuró José, que estaba al lado de Nora, y Damián asintió con fuerza.

—Yo tampoco, seguro que Matt le hizo algo —indicó Damián.

—¡Yo no le hice nada! —exclamó molesto, pero José y Damián intercambiaron miradas y él gruñó. Desde que esos dos eran cuñados eran muy insoportables. ¿Y qué demonios hacía José allí?—. ¿Y por qué estás tú aquí?

José sonrió con malicia y le lanzó una mirada de reojo a Nora, que se sonrojó.

¡Ah! Debía ser el día que ella iba a dormir a su casa.

Miró a su amiga y luego a Ann y Dafne, que seguían abrazadas y murmuraban planes de venganza. Sí, como que Nora no iba a moverse de allí. Necesitaba que una persona razonable consolara a Ann, dejarla en manos de Dafne causaría más mal que bien. Y no lo decía por su hermana, sino por lo que ambas podían hacer cuando estaban furiosas con el mundo.

—Cambio de planes: Damián, tú irás a dormir con José, y Nora, tú te quedas en casa asegurándote de que Dafne y Ann no incendian el parque Lorca —dijo haciendo que José abriese la boca con indignación mientras Damián le hacía un saludo militar.

—¿Qué? ¡No! ¡Me niego! —protestó José.

—Noche de chicos, ¿puedo invitar a Ren y Will? —curioseó Damián con ilusión dejando el oso de peluche en el suelo, aprovechan- do que Ann estaba distraída hablando con Dafne.

 

—¡Por supuesto que no! —exclamó José a Damián.

—¿Y solo a Ren? Seguro que está aburrido en su casa limpiando sus gorritos, ¿no te da pena? —indagó Damián, José puso los ojos en blanco antes de revolverse el pelo.

—No vas a invitar a nadie a mi casa. De hecho, hay un nuevo cambio de planes, Nora se viene conmigo y tú te quedas a cargo de Dafne y Ann —propuso José, Damián pareció meditarlo antes de asen- tir contento.

—Esa idea me gusta más —afirmó Damián.

Esa idea era la peor del mundo. Dafne y Ann convencerían a Damián para que las ayudase en sus planes, o peor aún, usarían somní- feros para dormirlo y que no las molestase.

—Oye, oye… Nora, ¿puedes ir a pedir pizzas para Ann y para mí?

—preguntó Dafne acercándose a ellos mientras Ann se quedaba unos metros por detrás suspirando con pesar.

—Claro, yo me encargo —dijo Nora—. ¿Cómo está Ann?

—Pasa del llano al instinto asesino en segundos, creo que se volvió bipolar —contó Dafne antes de mirar fijamente a Damián—. Como te atrevas a dejarme así, te mato.

—¿Intentas decirme que no puedes vivir sin mí? ¡Lo sabía, soy tan irresistible! —Damián le guiñó a Dafne y ella negó con la cabeza antes de darle un rápido beso—. Me quieres.

—Cállate y ve a dormir a casa de José —indicó Dafne.

—¡Dejad de mandarlo a mi casa! —protestó José haciendo que Nora riese y le diese un beso en la mejilla como consuelo—. Te llevaré a la fuerza, lo juro.

—Nora no puede irse, debemos quemar fotos y comer pizza y hela- do de chocolate, ¿dónde está Triz? —preguntó Dafne, por lo que todos miraron a su alrededor, pero nadie vio a Triz—. Yo me encargo. ¡Triz, el repartidor pregunta por ti!

—¿Otro regalo? ¡Esto de tener un admirador secreto es tan mara- villoso! —exclamó Triz apareciendo de la nada con el rostro lleno de ilusión hasta que se dio cuenta de que no había ningún repartidor por lo que caminó hacia ellos y levantó el bolígrafo hacia Dafne—. ¡Me has engañado!

 

—¿Dónde estabas? —preguntó Nora, Triz dejó de mirar mal a Dafne y señaló hacia el edificio donde Kyle vivía.

—Intentando conseguir una entrevista de Kyle, obviamente.

—¿Conseguiste hablar con él? —preguntó Ann con esperanza, pero Triz negó con la cabeza con tristeza, Ann suspiró con lentitud y él dio un pequeño paso para ir a abrazarla y decirle que Kyle era un completo imbécil y que no se la merecía, pero se quedó donde estaba al sentir la mirada de hielo que le dedicaba Ann—. ¡Esto es culpa tuya! ¡No has parado de torturarlo desde que te enteraste que era mi novio! ¿Por qué no puedes ser un hermano normal como Nora?



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En el texto hay: humor, locura, amistad

Editado: 14.05.2020

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